El mercado toma su plaza

El Mercado Central protagoniza por primera vez la Semana Europea de la Movilidad en Valencia

Valencia -
El gerente del Mercado Central Luis Roberto Doménech, Francisco Dasí, y los arquitectos David Estal y Carles Dolç en la presentación de la exposición.Mònica Torres

Arquitectura ejemplar en su uso, diseño y gestión que no encuentra respuestas a las carencias urbanísticas de su entorno. Catedral civil de la alimentación fresca y de proximidad y atracción fotográfica de turistas, políticos y grandes marcas, El Mercado Central de Valencia se suma por primera vez a la Semana Europea de la Movilidad como escenario reivindicativo por la accesibilidad de un espacio público y sostenible. Bajo la rúbrica De la Plaça al Mercat i del Mercat a la Plaça, una exposición participativa con instantáneas de los usuarios del mercado ofrece hasta el 27 de septiembre...

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Arquitectura ejemplar en su uso, diseño y gestión que no encuentra respuestas a las carencias urbanísticas de su entorno. Catedral civil de la alimentación fresca y de proximidad y atracción fotográfica de turistas, políticos y grandes marcas, El Mercado Central de Valencia se suma por primera vez a la Semana Europea de la Movilidad como escenario reivindicativo por la accesibilidad de un espacio público y sostenible. Bajo la rúbrica De la Plaça al Mercat i del Mercat a la Plaça, una exposición participativa con instantáneas de los usuarios del mercado ofrece hasta el 27 de septiembre, una doble mirada local y global de la Plaza del Mercado destinada a concienciar sobre la recuperación del centro histórico para los ciudadanos.

El mercado funciona bien, es la ciudad la que se ha quedado atrás Francisco Dasí, presidente de los vendedores

Sus ocho mil metros cuadrados de modernismo ecléctico cobijan una ciudad en sí misma, por la que circulan a diario más de quince mil personas. Tras el lavado de cara consumado a finales de 2012 después de ocho años de reforma integral y 23 millones de euros de coste, el mercado reforzó su personalidad centenaria como edificio, mientras que su entorno no ha cesado de acumular escollos urbanísticos por resolver: la licitación del aparcamiento de la Plaza de Brujas que sigue vacío tras construirse hace tres años, la peatonalización de la Plaza del Mercado o la demora de la línea T2 del metro.

“El mercado funciona bien, pero la ciudad es la que se ha quedado atrás”, afirma Francisco Dasí, presidente de la Asociación de Vendedores del Mercado Central. En la encrucijada por consolidarlo como el motor comercial del centro histórico, la junta de la agrupación decidió arremangarse hace dos años por la accesibilidad de su perímetro encargando un estudio para hallar estrategias de mejora a su espacio público ante su futuro peatonal. “A los vendedores nos ha costado entender que impulsar el uso de la plaza será muy positivo para el mercado. Cuando el comercio en general vive una situación delicada, hay que calcular muy bien las intervenciones que compaginen el acceso del transporte público, la problemática de la carga y descarga, la peatonalización y el parking subterráneo, y el disfrute patrimonial para que el centro sea más vivible”, sostiene Dasí.

Si el parking de Brujas no funciona, la accesibilidad será un problema

Carles Dolç, arquitecto

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Fruto de la colaboración entre expertos en movilidad y vendedores, nace A la redor del Mercat Central, un libro blanco del espacio público que analiza 16 puntos clave del entorno del mercado concebido como centro comercial abierto. “Las iniciativas de los vendedores han puesto al día el edificio como comercio, pero Valencia no ha respondido a sus necesidades, atendiendo al entorno de la calle Colón y a las nuevas zonas comerciales de la periferia, mientras el centro se encuentra en un cierto grado de decadencia que nos preocupa”, observa el arquitecto Carles Dolç, coautor de un trabajo con propuestas abiertas que se presenta como un estudio “más de ideas que de imágenes”.

Divido en dos partes, la primera atiende a la problemática del aparcamiento de Brujas, la clave de partida, observa Dolç, para resolver la desatención histórica del mercado. “Lo que tenemos es una gestión con muchas deficiencias. Mientras el parking no esté acabado y en funcionamiento, la accesibilidad no solo será un problema para la plaza del Mercado, sino para toda el área comercial del centro que actúa en sinergia”.

A pesar de constituir una de las plazas más monumentales de la urbe histórica, con la Lonja y la iglesia de los Santos Juanes lindantes, la singularidad de su estructura modernista no ha llamado la atención de la academia como objeto de estudio. “El defecto de hacer más historia de los arquitectos que de los edificios afecta a nuestra cultura arquitectónica, como cuando la alcaldesa dijo que quería un Foster pero no sabía qué encargar. El problema del mercado es que posee una arquitectura excelente pero diseñada por arquitectos de poca relevancia”, explica el arquitecto Dolç. “Lo importante es que el mercado fue concebido como edificio abierto en todas sus caras para que los problemas de movilidad fueran fáciles de resolver”.

La situación es decadente con el cierre de tiendas y una hostelería efímera y de baja calidad David Estal, arquitecto

Acuciado por los planes municipales de legislación reciente --el de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) y el de Protección de los Entornos BIC de Ciutat Vella (PEP)--, el estudio no pretende quedarse en un manual cargado de tecnicismos. Como continuidad visible que reclama la interacción colectiva, una exposición-acción nutrida de fotografías de los usuarios a través de las redes sociales junto con la proyección del documental danés La Escala Humana, en el que participa el arquitecto Jan Gehl, cabeza de la corriente humanizadora del espacio urbano, persigue implicar a la ciudad en las problemáticas del entorno de la plaza del Mercado.

“Muchas de las intervenciones en plazas importantes como Nueva York cuentan con celebraciones previas de ese espacio. Nuestro concepto no se basa en decir no a los coches, sino en decir sí a las personas. El propio mercado quiere estar presente en la Semana de la Movilidad no como un agente pasivo o víctima de su entorno, sino afirmando su voluntad de aprender a trabajar el espacio público”, señala el arquitecto David Estal, coautor del estudio y organizador de una exposición que no busca “la museización” del mercado, sino compartir propuestas ciudadanas para su funcionalidad. “No tenemos un urbanismo de anticipación, sino de urgencias, como lo muestra el tener un Plan General durante 25 años que ahora se está acabando de revisar pero que todavía no ha cerrado una página. La situación es todavía más decadente si se le añade el cierre de tiendas en el centro sustituidas por una hostelería mucho más efímera y de baja calidad”.

Símbolo emblemático de la “Valencia dels botiguers” que se resiste a la ciudad low cost, el Mercado Central clausurará la Semana de la Movilidad con la presentación pública de A la redor del Mercat Central el 1 de octubre, día de la Arquitectura, en un debate que contará con la participación del presidente de la asociación de vendedores, Francisco Dasí, el arquitecto Carles Dolç y el concejal de Circulación y Transportes del Ayuntamiento de Valencia, Alberto Mendoza.

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