Machando el suelo a ritmo de jazz

La primera edición de Tap Residency Madrid acerca el tap dance (el claqué) a bailarines o profanos mediante talleres, charlas y espectáculos

Clase de claqué en el Conservatorio de Danza Marienma. Samuel Sánchez

— Vaya, ¿pero esto no estropea el suelo? 

— Umm, sí, se araña un poco pero, ya sabes, es nuestro instrumento.

Ahí delante una veintena de bailarines repiquetea frenéticamente sobre el oscuro parqué, tip, tap, tip, tap, punta, talón, talón, punta, con sus hermosos botines y zapatos bicolores de suela metálica. Son bailarines avanzados, los hay que vienen de Suecia o de Australia, y algunos parecen mantenerse flotando en el aire salvo por esos mínimos y percusivos contactos con las tablas. Al fondo, piano, batería y contrabajo hilvanan la sesión con añeja música de jazz.

— V...

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— Vaya, ¿pero esto no estropea el suelo? 

— Umm, sí, se araña un poco pero, ya sabes, es nuestro instrumento.

Ahí delante una veintena de bailarines repiquetea frenéticamente sobre el oscuro parqué, tip, tap, tip, tap, punta, talón, talón, punta, con sus hermosos botines y zapatos bicolores de suela metálica. Son bailarines avanzados, los hay que vienen de Suecia o de Australia, y algunos parecen mantenerse flotando en el aire salvo por esos mínimos y percusivos contactos con las tablas. Al fondo, piano, batería y contrabajo hilvanan la sesión con añeja música de jazz.

Los alumnos
compartirán escena con grandes
profesionales

— Vaya, ¿y esto no estropea los pies?

— Bueno… tienes que aprender a lidiar con estas cosas, y cuidar tus pies.

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El suelo repiqueteado es el de una sala del Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma, en Embajadores, y quien contesta es Michela Marino Lerman, bailarina profesional de claqué, y neoyorquina, que ha cruzado el charco para pasar una semana impartiendo clases en la primera Tap Residency Madrid.

“En Madrid hay una comunidad de bailarines de claqué, pero todavía es muy pequeña”, explica el bailarín Lucas Tadeo, organizador de estas jornadas. El evento consiste en una serie de clases, para niveles de iniciación o avanzados, que cada noche se completa con actividades abiertas al público como jam sessions, charlas, una batalla de claqué (el Cutting Contest, donde los bailarines improvisarán a un tempo dado), un flashmob y un gran espectáculo final en el teatro San Pol que recogerá el trabajo de toda la semana. “En los festivales europeos hay muchas clases, pero al final da la sensación de que falta algo”, dice Tadeo, “así que aquí queremos dar salida al trabajo, sacarlo al escenario y que los alumnos compartan escena con grandes profesionales”.

Semana de ‘tap dance’

Martes. Charla: Cosas que hay que saber sobre el tap. Con Michela Marino Lerman. Taberna del Ferrocarril, c/ Ferrocarril, 17. 20.00 horas.
Miércoles. Flashmob en el Mercado de San Fernando. 20.00 horas.
Viernes. Cutting Contest, batalla a capella en la que los bailarines participantes mostrarán sus mejores improvisaciones. Nave 73 (Palos de la Frontera, 5). 20.00 horas.
Sábado. Espectáculo final en el Teatro Sanpol (calle de San Pol de Mar, 1) 20.00 horas. Después, fiesta final en el Centro Gallego (Carretas, 14). 22.30 horas.

Nueva York, en cambio, “es la Meca del tap”, según relata Marino Lerman, “y, aunque siempre es difícil hacer carrera en este arte, en Estados Unidos existen más oportunidades. Pero hay grandes bailarines de tap por todo el mundo que merecen subir a un escenario. Fuera de Estados Unidos hay instituciones y ministerios de Cultura (que no hay allí) que empiezan a promocionar este baile”, prosigue. Eso sí, en opinión del organizador hay un sencillo paso que ayudaría mucho: “Habría que unificar el nombre a tap dance, porque la nomenclatura diversa (tip tap en Italia, step dance en Alemania, claqué en España y Francia, sapateao en Brasil y Portugal…) hace muchas veces que la gente no sepa a qué nos referimos”. Tadeo ha formado en Madrid una compañía llamada Tap Show Project (en colaboración, entre otros, con John O'Brien “un maestro de la escena madrileña desde hace 30 años”) con el que celebran espectáculos familiares de tap mezclado con humor absurdo.

El tap dance surgió a principios del s. XX como una mezcla entre danzas africanas, bailes típicos irlandeses y el jazz que empezaba a popularizarse; un sabroso mejunje que resultó en el tap americano. Sus grandes nombres han sido Jimmy Slide, Sammy Davis Jr., Buster Brown o, más recientemente, Gregory Hines. También está relacionado con el swing, una danza muy en boga en Madrid y el mundo: “Con la diferencia de que el swing tiene otros alicientes como que es más social y se baila en pareja, y el tap es más complicado, lo que lo ha hecho un poco menos popular”, dice Tadeo.

El ‘tap’ es una
mezcla de danzas africanas, bailes irlandeses y el jazz

“Pero no solo hay que hablar del tap dance en pasado”, continúa, “sino que tiene un gran presente. No se ha estancado y ha evolucionado con la música actual: hoy se baila con funk, latin, world music… Se puede bailar con cualquier cosa. Es muy flexible”.

Hoy en día uno de los grandes referentes mundial es Savion Glover. Eso sí, este baile también tiene sus inconvenientes. Los bailarines de la Tap Resindency Madrid han acabado cuatro horas de clase y desentumecen sus castigados pies sentados en las esquinas del aula y tomando un refrigerio a base de fruta fresca y frutos secos. Pero eso no es lo peor: “Esto es como un rompecabezas, acabas loco”, dice el organizador en referencia a la continua percusión, “ahora toda esta gente que ves aquí tendrá un martilleo en los oídos por un buen rato”.

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