Los huelguistas de Panrico aplazan la toma de una decisión hasta el miércoles

El presidente del comité, partidario de desconvocar el paro que empezó hace siete meses

Tras dos horas de tensa reunión, los huelguistas de la planta de Panrico en Santa Perpètua de Mogoda han decidido esta tarde aplazar 48 horas su decisión sobre si mantienen o desconvocan la huelga que llevan a cabo desde hace siete meses contra los despidos en la fábrica tras la sentencia de la Audiencia Nacional que avala los despidos ya realizados. El presidente del comité de empresa, Ginés Salmerón, ha argumentado que el retraso en la decisión se debe a "la inseguridad de continuar una huelga y que pueda ser ilegal". El ambiente se ha crispado de tal forma que mientras Salmerón atendía a lo...

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Tras dos horas de tensa reunión, los huelguistas de la planta de Panrico en Santa Perpètua de Mogoda han decidido esta tarde aplazar 48 horas su decisión sobre si mantienen o desconvocan la huelga que llevan a cabo desde hace siete meses contra los despidos en la fábrica tras la sentencia de la Audiencia Nacional que avala los despidos ya realizados. El presidente del comité de empresa, Ginés Salmerón, ha argumentado que el retraso en la decisión se debe a "la inseguridad de continuar una huelga y que pueda ser ilegal". El ambiente se ha crispado de tal forma que mientras Salmerón atendía a los medios de comunicación, buena parte de la asamblea le increpaba a gritos de "vendido" y coreando: "no hay otra manera: o con la patronal o con la clase obrera".

La sentencia paraliza los 156 despidos previstos para 2015 y 2016, pero no anula los 312 del año pasado y los 277 previstos para el año en curso. Sobre las rescisiones ya hechas, la sentencia, afirma que "no se ajustan a derecho". El fallo ha caído como un jarro de agua fría sobre los trabajadores de la fábrica catalana. Los huelguistas estaban convencidos de que la sentencia declararía nulo el ERE y podrían interpretarla como una victoria de su lucha. Pero pese a no permitir los despidos previstos en los próximos años, sí avala los ya realizados y previstos para este ejercicio. El mazazo ha sido de tal calibre que han sido incapaces de decidir si mantienen la huelga o vuelven a la fábrica. Tras una tensa asamblea de dos horas, se han dado 48 horas para decidirlo.

 “Hay que consultarlo y saber cuáles son las consecuencias tanto de volver al trabajo como de no hacerlo. ¿Y si mantenemos la huelga y resulta que es ilegal?”, se preguntaban los corrillos durante la asamblea. “Si es ilegal mantener la huelga tras la sentencia, nos iremos a la calle sin indemnización ni paro”, añadían.

Panrico, que capitanea el ejecutivo Carlos Gila —nombrado por el dueño, el fondo Oaktree— y artífice del plan de ajuste de 50 millones anuales en el que se enmarca el ERE, valoró la sentencia en un comunicado: celebra que la sentencia ve el ERE “válido y ajustado a derecho” y que no lo considera nulo como pretendía la demanda sindical.

La asamblea se ha celebrado en medio de una gran tensión. Antes de iniciar la reunión, el presidente del comité, Ginés Salmerón (CC OO) admitía que el fallo “es un varapalo”, pero se mostraba partidario de desconvocar la huelga. “Nos obligan por imperativo legal. En cabeza de nadie entra esperar un año en huelga mientras se falla un recurso de casación ante el Tribunal Supremo”, dijo.

Dentro, trabajadores han cuestionado su postura y la del sindicato. Aunque la asamblea ha vetado la entrada a la prensa, los gritos se escuchaban desde el exterior del centro cívico donde se celebró. Varias voces le han reprochado que la mayoría de representantes del sindicato en el conjunto de España apoyaran el plan de viabilidad en el que se basó el ERE. Tras siete meses en huelga los ánimos están muy calientes y mientras unos huelguistas se han mostrado partidarios de votar la continuidad de la huelga y decidir por mayoría, otros han recordado que antes del ERE en Santa Perpètua trabajaban, además de la plantilla, 50 eventuales cada día.

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Uno de los argumentos esgrimidos por los sindicatos en las demandas para reclamar la nulidad fue precisamente esta huelga. Según ellos, la empresa se habría cebado más en las rescisiones sobre los trabajadores de las instalaciones de Barcelona por ser un centro más conflictivo, lo que suponía una vulneración del derecho de huelga. Pero la sentencia no percibe discriminación alguna en los despidos.

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