clásica | Cuarteto Latinoamericano

Tan lejos, tan cerca

El Cuarteto Latinoamericano tiene una extraordinaria calidad artística Su concierto el 21 de abril tenía una componente cultural de primer orden y fue sorprendente

La música iberoamericana tiene una personalidad arrolladora. Se mira, como en un espejo, en sus raíces populares, y asimila lo que le conviene de la vanguardia europea. Por razones que se me escapan, en nuestro país no se le ha dado en líneas generales la valoración que merece, contando además con la existencia de afinidades entre la península Ibérica y Latinoamérica.

El concierto del lunes en el Museo Reina Sofía tenía por ello una componente cultural de primer orden. Era, casi, una necesidad o, si se prefiere, una reparación. Los compositores eran figuras consagradas de Brasil, Argent...

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La música iberoamericana tiene una personalidad arrolladora. Se mira, como en un espejo, en sus raíces populares, y asimila lo que le conviene de la vanguardia europea. Por razones que se me escapan, en nuestro país no se le ha dado en líneas generales la valoración que merece, contando además con la existencia de afinidades entre la península Ibérica y Latinoamérica.

Cuarteto Latinoamericano

Con Juan Carlos Garvayo al piano. Obras de Villa-Lobos, Lavista, Sierra y Ginastera. CNDM. Museo Reina Sofía, 21 de abril.

El concierto del lunes en el Museo Reina Sofía tenía por ello una componente cultural de primer orden. Era, casi, una necesidad o, si se prefiere, una reparación. Los compositores eran figuras consagradas de Brasil, Argentina, Puerto Rico y México. Los intérpretes, de Chile y México. El pianista, español. Al margen de consideraciones geográficas, hay que señalar la extraordinaria calidad artística. De inicio a fin, todo fue sorprendente. Desde el sentido folclórico, popular y magníficamente construido del cuarteto de Villa-Lobos, al imaginativo y compacto cuarteto de cuerda de Mario Lavista, último premio Tomás Luis de Victoria de música iberoamericana, una suite en cinco partes de 1999 que pide a gritos una inmediata continuidad.

Del puertorriqueño Roberto Sierra se estrenó Introducción, canción y descarga, una obra para piano de fuerza rítmica y emoción caribeña que el autor califica, con humildad, como un poco “salsera”. Lo es, desde luego, pero es mucho más. Por sentido coherente del desarrollo musical y por capacidad comunicativa. Juan Carlos Garvayo bordó su interpretación y el éxito fue absoluto. Para cierre, una obra maestra, el Quinteto para piano, opus 29, de Alberto Ginastera, quizá la obra de mayores resonancias europeas del programa, resuelta por el cuarteto y el pianista con maestría técnica y frescura interpretativa.

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