El gobierno local apunta a la Generalitat

“Es un asunto de la Consejería de Cultura”, responde un portavoz oficial El Consistorio se declara no competente en este asunto

El Ayuntamiento de Valencia niega que la ampliación del Museo Nacional de Cerámica González Martí sea un trámite de su competencia. “Es un asunto de la Consejería de Cultura”, respondió este martes un portavoz oficial. Éste insistió en que, al igual que sucedió con la remodelación del Museo San Pío V, el Consistorio otorga la licencia de obras. Es cuando el Consistorio solicita información del proyecto, comprueba que todo está...

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El Ayuntamiento de Valencia niega que la ampliación del Museo Nacional de Cerámica González Martí sea un trámite de su competencia. “Es un asunto de la Consejería de Cultura”, respondió este martes un portavoz oficial. Éste insistió en que, al igual que sucedió con la remodelación del Museo San Pío V, el Consistorio otorga la licencia de obras. Es cuando el Consistorio solicita información del proyecto, comprueba que todo está en orden y, si procede, autoriza los trabajos.

El plan de entornos BIC, que promueve con años de retraso el Gobierno de Rita Barberá y que está ahora en fase de exposición pública, no alude a la ampliación del centro museístico. “No tiene por qué”, precisa la Concejalía de Urbanismo, que dirige Alfonso Novo.

Fuentes del Ministerio señalan, sin embargo, que al presentar un plan especial que incluyen la modificación de la volumetría del edificio se precisa tal autorización si se sigue el trámite legal. Recuerdan que desde el Consistorio se apuntó hace años que las modificaciones podían incluirse en ese plan de entornos BIC. Y añaden que el museo está bajo la normativa estatal, aunque se consulte con instituciones como la Consejería de Cultura. El Gobierno español también podría aprobar por decreto el plan de Museo de Cerámica, como ya pasó con el Museo Arqueológico Nacional, aunque se prefiere evitar fricciones entre instituciones.

Otras fuentes municipales apuntan a que el trámite urbanístico de la ampliación lo podía instar tanto el Ayuntamiento como la Generalitat, “si hubiera habido voluntad de hacerlo”. Citan el caso de la Casa del Relojero, un edificio que el Ayuntamiento quería derribar para convertir el solar en una plaza. Pero la Generalitat se opuso porque afectaba al entorno de la catedral de Valencia, un BIC, y frenó durante años los planes municipales. Hasta que hace poco se alcanzó un pacto y el contencioso se desbloqueó. En el caso del González Martí, ni la Generalitat ni el Ayuntamiento mostraron gran interés cuando el ministerio les remitió un informe con sus planes.

La fecha en la que el Ministerio remitió su plan oficial al Ayuntamiento también pudo influir; fue en 2007, año en el que el Ministerio de Cultura lo dirigía el PSOE. La convivencia entre las dos administraciones, como se vio después, no era fácil. El conflicto en torno a la remodelación del Museo de Bellas Artes San Pío V fue un claro exponente de la falta de sintonía.

Con la llegada del PP de Mariano Rajoy a Moncloa, la modernización del San Pío V se desatascó, al menos parcialmente, porque la permuta de terrenos que exigía la alcaldesa Rita Barberá sigue en el aire, pendiente de resolución. “Sin la colaboración del Ayuntamiento de Valencia es complicado llevar a cabo cualquier planeamiento”, corroboran fuentes de la oposición municipal.

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