El PP vizcaíno respalda a Arantza Quiroga para renovar la ejecutiva
Segundo apoyo de una junta directiva territorial
Primero el miércoles en Sebastián y después anoche en Bilbao, la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, ya cuenta con el refrendo de las juntas directivas de dos territorios para armar la ejecutiva que crea conveniente en sus planes por dar un nuevo impulso al partido.
Dentro de esos planes figura su intención de relevar en la secretaría general a Iñaki Oyarzábal, pretensión qu...
Primero el miércoles en Sebastián y después anoche en Bilbao, la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, ya cuenta con el refrendo de las juntas directivas de dos territorios para armar la ejecutiva que crea conveniente en sus planes por dar un nuevo impulso al partido.
Dentro de esos planes figura su intención de relevar en la secretaría general a Iñaki Oyarzábal, pretensión que ha convulsionado el partido. Sin hablar de nombres en ningún momento, la presidenta de la formación expuso, como había hecho anteayer en la junta guipuzcoana, el modelo de partido que pretende desarrollar en la actual situación política vasca, con unos retos, encabezados por la gestión del final de ETA, ante los que se precisa un PP vasco “fuerte y unido”. Y para ello quiere hacer su equipo con plena libertad.
Varios miembros de la junta tomaron la palabra para mostrar su confianza en el proyecto de la presidenta y recalcar que en el congreso es a ella a quien se elige, y no a otros cargos, por lo que cuenta con libertad plena para formar su ejecutiva. “Puede hacer su equipo como todos los presidentes”, señaló uno de ellos. “Apoyo unánime a Quiroga”, fue el resumen de otro de los presentes.
La presidenta popular tiene aún por delante la plaza más complicada, la reunión de la junta directiva alavesa, el territorio que ha recibido con mayor rechazo su pretensión de relevar a Oyarzábal. Para esa convocatoria aún no existe fecha.
Dirigentes alaveses mantienen que la presidenta debería concretar ya su propuesta de dirección para poder negociar un consenso y evitar el desgaste público de Oyarzábal.