La desaparición de Nlufa

Los Mossos buscan una pista de la mujer, de la que no se sabe nada desde hace dos semanas cuando acudió a un centro comercial con sus cuatro hijas

Nlufa, la mujer desaparecida, en una foto cedida por la familia

“Nos dijo que se iba a pasear y hacer unas compras”, explica su hijo de 17 años, Rayhan Ali. Era un viernes, 7 de febrero, por la tarde. Nlufa, de 37 años, y originaria de Bangladesh, cogió a sus cuatro hijas, de un uno, tres, 11 y 14 años, y se fue al centro comercial de Montigalà, en Badalona. En concreto, al Decathlon, donde pretendía hacer algunas compras. Su hijo cuenta que llevaba algo dinero, con el que esperaba pagar unas facturas de agua.

No era la primera vez que la mujer acudía con sus hijas a ese centro comercial, y en alguna otra ocasión se pudo ausentar un momento, pero re...

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“Nos dijo que se iba a pasear y hacer unas compras”, explica su hijo de 17 años, Rayhan Ali. Era un viernes, 7 de febrero, por la tarde. Nlufa, de 37 años, y originaria de Bangladesh, cogió a sus cuatro hijas, de un uno, tres, 11 y 14 años, y se fue al centro comercial de Montigalà, en Badalona. En concreto, al Decathlon, donde pretendía hacer algunas compras. Su hijo cuenta que llevaba algo dinero, con el que esperaba pagar unas facturas de agua.

No era la primera vez que la mujer acudía con sus hijas a ese centro comercial, y en alguna otra ocasión se pudo ausentar un momento, pero regresaba rápidamente. Ese viernes 7 de febrero fue distinto. Nlufa recibió una llamada cuando estaba con sus hijas. Les dijo que enseguida volvía, que era un momento, y se marchó.

Pero las horas pasaron, y la mujer no regresó a por las cuatro niñas. Finalmente, uno de los vigilantes del recinto dio el aviso a los Mossos d’Esquadra de que había cuatro niñas solas en el establecimiento, que esperaban a su madre que no había vuelto. “Los Mossos llegaron con ellas a casa y nos contaron lo que había pasado”, recuerda el hijo mayor de Nlufa. Desde entonces, no han vuelto a saber nada de la mujer.

Aquella noche estuvieron buscándola desesperados por los alrededores. Después, acudieron a comisaría a poner una denuncia. En ella contaron la extraña actitud de uno de los dos hombres a los que tienen realquiladas habitaciones en su piso, en Santa Coloma de Gramenet. Llegó muy tarde aquel día, de madrugada, y no mostró preocupación ni colaboración por la desaparición de la mujer. Los Mossos lo detuvieron el lunes, por su implicación en los hechos.

“Él sabe algo, pero no ha sido él”, asegura Rayhan. De hecho, el hijo mayor de Nlufa y el detenido compartían habitación en el piso en el que vivían en Santa Coloma de Gramenet. Rayhan explica que el sospechoso es un amigo de su padre, también de origen bangladesí, y que lleva varios años con ellos. En el piso vive otro hombre más, también realquilado, al que Rayhan define también como amigo de su padre.

El hijo mayor de Nlufa y el detenido compartían habitación en el piso en el que vivían en Santa Coloma de Gramenet
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Hasta ahora, la principal hipótesis de la policía es que la mujer está muerta, aunque por el momento no han hallado el cuerpo de la víctima. La mujer llevaba unos cuatro años en España. Nunca hasta el viernes 7 de febrero había sufrido ningún episodio raro, o violento, relacionado con el detenido, según explica su hijo mayor.

Ayer una comitiva judicial, junto a agentes de la unidad de desaparecidos, acudieron a primera hora de la mañana al centro comercial de Montigalà. Allí realizaron con el detenido una reconstrucción de lo que pasó cuando se le perdió la pista a Nlufa, en la zona que se encuentra entre el Decathlon y la montaña. El hombre necesitó el apoyo de un traductor porque no habla español con fluidez. Por ahora todas las hipótesis están abiertas, y la policía no descarta que pueda haber otra persona implicada en la desaparición de la mujer. El caso se encuentra bajo secreto de sumario, y ayer no trascendió ningún detalle de la declaración del detenido.

Rayhan — un joven muy implicado en los estudios, y se ha movilizado para que cambien algunas normas en el acceso a los estudios de grado superior, que perjudica a los estudiantes de 18 años— no se explica qué ha podido pasarle a su madre, a la que define como una mujer muy religiosa. Pero a pesar de todo, sigue sin creer que el que era el compañero de su habitación esté implicado directamente en la desaparición de la mujer. Estaba raro la noche en la que ocurrió todo, y ni siquiera se mostró muy colaborador cuando le dijeron que Nlufa había desaparecido. “Pero no quiero decir nada contra él”, repitió ayer Rayhan. Ni siquiera dar su nombre.

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