Azuvi vuelve al mercado

Una empresa compra la marca de la emblemática azulejera de Vila-real que cerró en 2010

La marca Azuvi volverá a salir al mercado. La empresa cerámica Magna Tiles, ubicada en Vila-real, ha comprado la marca de la emblemática azulejera de la misma ciudad que cerró sus puertas en 2010 tras más de medio siglo de historia. Han sido los hermanos Parra Soriano, hijos de uno de los fundadores de Azuvi, los que han rescatado el nombre gracias a su participación en Magna Tiles.

Esta empresa, dedicada a la comercialización al por mayor y menor de cerámica, materiales de construcción, cocinas y baños...

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La marca Azuvi volverá a salir al mercado. La empresa cerámica Magna Tiles, ubicada en Vila-real, ha comprado la marca de la emblemática azulejera de la misma ciudad que cerró sus puertas en 2010 tras más de medio siglo de historia. Han sido los hermanos Parra Soriano, hijos de uno de los fundadores de Azuvi, los que han rescatado el nombre gracias a su participación en Magna Tiles.

Esta empresa, dedicada a la comercialización al por mayor y menor de cerámica, materiales de construcción, cocinas y baños, entre otros, tiene un capital social de más de 1,5 millones de euros (tras una ampliación de capital de 290.000 el pasado mes de enero) e inició su actividad en 2011. La compra de la marca respondería al interés de lanzar una nueva línea de productos para comercializar con el histórico nombre.

Azuvi fue una de las primeras industrias cerámicas que nacieron en Vila-real en los años cincuenta. Comenzó a operar en 1956 y fue una de las firmas punteras en innovación, llegando a recibir reconocimientos en ferias como la de Cevisama. En el año 2004, dos firmas de capital riesgo adquirieron la empresa familiar. La crisis que arrasó el sector cerámico castellonense a partir de 2008 se cebó con ella. En 2009 la firma presentó un ERE para la mayor parte de la plantilla (llegó a ser de casi 300 trabajadores) y solo un año después presentó un tercer ERE que la finiquitó por completo y supuso el cierre de la planta.

Un convenio urbanístico mediante el cual el Ayuntamiento recalificó los solares del casco urbano donde nació la emblemática empresa sirvió para poner fin al conflicto laboral y permitir a unas 200 familias cobrar indemnizaciones de casi 900.000 euros.

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