Un mundo onírico e irónico

La primera gran retrospectiva de la desaparecida artista sevillana Pepi Sánchez pone el acento en sus pinturas en piedra

'Imposible saber lo que estaban pensando', óleo sobre piedra de Pepi Sánchez.

Fue una pintora tan precoz que la bidimensionalidad del lienzo pronto se le quedó corta y, a partir de 1965, las formas caprichosas de las piedras le sirvieron para plasmar toda la complejidad de su imaginación. La dama entre duendes, la primera gran retrospectiva de Pepi Sánchez (Sevilla, 1929-Madrid, 2012), pretende hacerle justicia a la artista en su ciudad, en la que empezó a pintar con tan solo nueve años y donde es prácticamente una desconocida porque en 1958 se mudó a Ma...

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Fue una pintora tan precoz que la bidimensionalidad del lienzo pronto se le quedó corta y, a partir de 1965, las formas caprichosas de las piedras le sirvieron para plasmar toda la complejidad de su imaginación. La dama entre duendes, la primera gran retrospectiva de Pepi Sánchez (Sevilla, 1929-Madrid, 2012), pretende hacerle justicia a la artista en su ciudad, en la que empezó a pintar con tan solo nueve años y donde es prácticamente una desconocida porque en 1958 se mudó a Madrid. La muestra, que puede verse en la Casa de la Provincia de la Diputación de Sevilla hasta el 23 de marzo, reúne 116 obras realizadas entre 1944 y 2011, casi siete décadas en las que la pintora se fue liberando de todo encorsetamiento estilístico para crear un lenguaje simbólico que nacía de sus ensoñaciones y de un irrefrenable deseo de volver a la infancia.

Aunque la fantasía está presente desde el principio de su trayectoria, seres que parecen nutrirse del simbolismo y el surrealismo pueblan arquitecturas imposibles, las características de sus personajes se acentúan en las litopinturas (óleo sobre piedra), técnica que comenzó a usar por casualidad en 1965 y que acabó convirtiéndose en su faceta más conocida y reconocida. A la muestra de Sevilla han llegado 41 de esas piezas que están entre la escultura y la pintura y en las que Pepi Sánchez aprovecha las formas caprichosas de la naturaleza para inventar nuevos mundos poblados por animales y personas extraordinarias.

'Sin título' (1990), una de las obras de la muestra.

"Comenzó a pintar piedras casi por casualidad, cuando la forma de una de ellas le pareció un buey y, a partir de esa, otras piedras le sugirieron formas del resto de las figuras de un Belén. En 1965 pintó el primer Belén entero para sus hijos, por diversión; pero la idea cuajó y, durante toda su vida, siguió dejando que las piedras le contaran historias", comenta Eduardo Gálvez, comisario de la muestra junto a la hija de la artista Patricia Viñó.

Pepi Sánchez ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla con tan solo 12 años gracias a una dispensa especial, pero muy pronto abandonó el clasicismo que aprendió en la escuela, etapa de la que pueden verse varias obras en la exposición. "En los años sesenta recibe la influencia del informalismo para, poco después, soltarse totalmente la mano. Ella se creó un mundo de fantasía lleno de personajes de cuento, pero cargados de crítica social. Siempre trata la figura femenina desde una postura reivindicativa de la igualdad", explica Gálvez.

Sus temas, incluso los títulos de sus obras, necesitan un espectador paciente, dispuesto a descubrir en un mundo aparentemente disparatado una gran carga irónica que, a veces, recuerda a la plasmada por Goya en dos de sus series de grabados: Los caprichos y Los disparates.

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Su obra, expuesta en Museo Español de Arte Contemporáneo, en el Museo Nacional de Artes Decorativas o en los de arte contemporáneo de Sevilla y Toledo, no se veía en la capital andaluza desde 1992, cuando presentó una exposición en la Galería Magdalena Haurie; aunque en 2002 participó en la colectiva Andalucía y la modernidad organizada por el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.

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