El traficante de arte más buscado, en el banquillo de los acusados

El costarricense Patterson está acusado de traficar con una colección de arte precolombino

Si en estos tres días nada se tuerce, el presunto contrabandista de arte Leonard Patterson, uno de los hombres a los que la Interpol ha seguido la pista por medio mundo, se sentará el jueves en el banquillo en los juzgados de Santiago. El costarricense Patterson, de 69 años, está acusado de traficar con una colección de arte precolombino que expuso en Galicia en los años noventa bajo la tutela de la Xunta. La fiscalía pide para él dos años de cárcel y una multa de 60 millones por llevarse las piezas de España a Alemania sin los preceptivos permisos. El juicio se fijó para diciembre pasado, per...

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Si en estos tres días nada se tuerce, el presunto contrabandista de arte Leonard Patterson, uno de los hombres a los que la Interpol ha seguido la pista por medio mundo, se sentará el jueves en el banquillo en los juzgados de Santiago. El costarricense Patterson, de 69 años, está acusado de traficar con una colección de arte precolombino que expuso en Galicia en los años noventa bajo la tutela de la Xunta. La fiscalía pide para él dos años de cárcel y una multa de 60 millones por llevarse las piezas de España a Alemania sin los preceptivos permisos. El juicio se fijó para diciembre pasado, pero tuvo que ser suspendido por el mal estado de salud del imputado, que actualmente se encuentra en prisión fuera del territorio gallego.

Patterson introdujo en España la colección, integrada por más de 1.400 obras precolombinas procedentes de países como México, Ecuador, Costa Rica, Panamá o Guatemala, en noviembre de 1996 con un permiso de importación que, según la fiscalía, caducó en seis meses. Las piezas se exhibieron durante un año en el Auditorio de Galicia, la Iglesia de San Domingos de Bonaval y el Pazo de Fonseca de Santiago y después se depositaron en un bajo de una empresa de mudanzas, donde permanecieron durante una década.

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En este tiempo, varios de los países de procedencia de las piezas de la colección se movilizaron para buscarlas. El Gobierno de México reivindica la propiedad de más de 500 de las obras que Patterson exhibió como suyas y fue su reclamación la que hizo saltar las alarmas en la Aduana de Munich cuando el tesoro precolombino llegó a esta ciudad alemana en 2008.

53,4 millones

El ministerio público sostiene que fue Patterson quien el 4 de marzo de aquel año ordenó sacar la valiosa colección del local compostelano donde llevaba depositada diez años y enviarla a la capital de Baviera, en la que aún hoy permanece. “Para esta actuación no contó con autorización del Ministerio de Cultura”, asegura el fiscal, Antonio Roma, quien acusa al presunto contrabandista de conculcar la Ley de Patrimonio Histórico Español, que obliga a pedir permiso al ministerio para llevar al extranjero obras de arte que permanezcan más de diez años en territorio español. Según la fiscalía, las 1.431 piezas están valoradas en 53,4 millones de euros y la más preciada es una figura olmeca de piedra cuyo precio ronda los 6,5 millones.

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