FREDDY MAS FRANQUEZA|DIRECTOR DE CINE

“Es mentira que haya una industria del cine en España”

Mas ingresó en 2001 en la prestigiosa escuela Deutsche Film und Fernsehakademie (DFFB) Allí se ganó la confianza de los directores Jutta Brückner y Wim Wenders

Valencia -
Freddy Mas.JESÚS CÍSCAR

En busca de motivación, con 21 años llegó a Berlín cuando era un referente alternativo. Con un corto bajo el brazo, Inconscientes, ingresó en 2001 en la prestigiosa escuela Deutsche Film und Fernsehakademie (DFFB), donde se ganó la confianza de dos pesos pesados del cine alemán, los directores Jutta Brückner y Wim Wenders. Bajo su tutela realizó su primer largometraje, Amanecer de un sueño, vendido en 17 países y galardonado con 9 premios, cuyo guión escribió siete años antes de su estreno. Entre Valencia y Alemania, el director Freddy Mas Franqueza (Pego, 1979) confiesa no p...

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En busca de motivación, con 21 años llegó a Berlín cuando era un referente alternativo. Con un corto bajo el brazo, Inconscientes, ingresó en 2001 en la prestigiosa escuela Deutsche Film und Fernsehakademie (DFFB), donde se ganó la confianza de dos pesos pesados del cine alemán, los directores Jutta Brückner y Wim Wenders. Bajo su tutela realizó su primer largometraje, Amanecer de un sueño, vendido en 17 países y galardonado con 9 premios, cuyo guión escribió siete años antes de su estreno. Entre Valencia y Alemania, el director Freddy Mas Franqueza (Pego, 1979) confiesa no plantearse buscar oportunidades en el cine español ni el audiovisual valenciano. Con participación en Mar d‘Avellanes, el restaurante que nació de la productora que comparte con su compañera Claudia Peris, trabaja al mismo tiempo en proyectos en Estados Unidos y Alemania y en una serie para crossmediacon Daniel Luna.

Pregunta. ¿Por qué eligió Berlín?

Respuesta. Necesitaba saber de cine, y en su escuela estaban los directores que quería conocer. Me gustaba mucho Wim Wenders, su forma de contar una historia en el tempo, los silencios, las introspecciones, la mirada meditativa. Allí no sólo conocí el cine alemán y los directores alemanes, sino a gente que daba clases magistrales y hoy tengo amigos profesores que son directores de cine o de fotografía. Los grandes nombres no significan que no pueda debatirse con ellos.

P. ¿Aquí el gran nombre marca distancias?

R. La gente más grande que he conocido ha sido siempre la más cercana, como Héctor Alterio o Rodrigo Cortés. A partir de ahí, la relación con todos los grandes nombres a nivel profesional es como un tapón, no hay diálogo. En Alemania se aprende a no tener miedo a compartir conocimientos. Pero tampoco sé cuántas películas se hacen al año en España. La impresión que tengo es que actualmente se ha acabado el cine español. Los que hacen cine son cuatro o cinco.

P. ¿Es el fin del cine español?

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R. Se ha acabado, porque la gente que conozco no trabaja. Que haya cuatro o cinco directores haciendo cine no significa que un sector funcione. Es mentira que haya industria del cine en España.

P. ¿La autoproducción es el futuro?

R. Actualmente no se paga a la gente que trabaja en cultura. En Valencia he visto a compañeros que trabajan para cosas autoproducidas. Con equipos reducidos se hacen documentales. Para la ficción bien hecha, lo único que se puede autoproducir en casa son las ideas. El cine low cost significa que el riesgo económico es pedir favores a técnicos que llevan dos años sin cobrar. Eso no es cine, ni es digno. ¿Cómo se vende una película hecha en casa entre cuatro amigos?

P. ¿Qué queda del audiovisual valenciano?

R. No sé todavía lo que es. Una amalgama de ilusiones y frustraciones. Unas productoras han desaparecido y las que quedan están sufriendo. Para mí no es un sector, sino un erial. No quedan ni las piezas básicas como Canal 9 ni el IVAC.

P. Usted tiene una productora.

R. Tengo una productora unipersonal para proyectos pequeños como talleres o documentales. Pero una productora con gente contratada y volumen de negocio es algo más serio. No soy productor, dirijo y escribo guiones lo mejor que sé. En estos momentos no hay posibilidades de producir.

P. ¿Y qué le dice el aumento del IVA?

R. Hay que aplicar lo que hacen en la Cinematheque francesa. Sin una política de consumo de la propia cultura, no puede decirse que a la gente no le gusta el cine español. Poner el 21% de IVA a la cultura es como decir que el cine vive de subvenciones, los estudiantes son vagos y no llegan al 6,5 y que la sanidad pública es cara. Son gotas para desprestigiar sectores y privatizarlos. Cuando alguien le molesta a la clase política, se le estigmatiza.

P. ¿Cuánto se paga en Alemania?

R. 16 puntos menos. Y si le compro libros a mi hijo, tengo descuento, y recibo una ayuda del Estado por él hasta los 18 años. En España no está todavía definida la ley de mecenazgo, que consiste en desgravar impuestos al invertir en cultura. En Alemania, Francia y Estados Unidos existe, y en Colombia desde hace un año. España tiene que aplicar el concepto de que invertir en cultura es hacer algo por el país. Los americanos lo aprendieron hace mucho tiempo.

P. ¿Rodar una película cuesta menos que estrenarla?

R. Sí, es el final del maratón al que llegan muy pocos. A mí me costó tres años. Muchas producciones no llegan porque les falta fuelle y oxígeno después de pelear por la financiación. Disfruto compartiendo cada momento del rodaje con el equipo, pero la parte económica del estreno es otra cosa. Los productores de verdad son muy valientes ahora, porque no saben cuándo recuperarán el dinero.

P. ¿Qué les espera a los jóvenes realizadores?

R. No sé qué les pasará a los demás. Mi futuro es ser feliz con lo que hago y con los míos, pelear por esa felicidad y la dignidad. Así se llega a los sitios que creo debo llegar. Si estoy feliz con mi vida en este momento, esa energía positiva, activa y motora la pongo en los proyectos en lo que puedo movilizar a un equipo para trabajar y al espectador para ver la película. Con la queja no se llega a ninguna parte. Mi pasión es el cine y la ficción, hacer las cosas bien y con una cierta calidad, nada de hacer lo que sea porque no hay trabajo.

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