Olga mira El Carme desde las alturas

Montolio coloca otra de sus imágenes gigantes en una medianera del barrio

La enorme fotografía de Olga Poliakoff, en la calle de la Corona, en Valencia.Tania Castro

El fotógrafo Luis Montolio continúa sembrando las medianeras de El Carme con sus gigantografías. Desde la pasada semana, una enorme Olga Poliakoff mira, entre irónica y descreída, al transeúnte que se interna en la calle de la Corona del barrio valenciano.

La bailarina y coreógrafa, renovadora de la danza contemporánea en Valencia, posó ante la cámara del amigo y artista nacido en Londres y militante de El Carme. Y ahora, cinco años después de su fallecimiento, revive a través del proyecto de M...

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El fotógrafo Luis Montolio continúa sembrando las medianeras de El Carme con sus gigantografías. Desde la pasada semana, una enorme Olga Poliakoff mira, entre irónica y descreída, al transeúnte que se interna en la calle de la Corona del barrio valenciano.

La bailarina y coreógrafa, renovadora de la danza contemporánea en Valencia, posó ante la cámara del amigo y artista nacido en Londres y militante de El Carme. Y ahora, cinco años después de su fallecimiento, revive a través del proyecto de Montolio que persigue llamar la atención sobre el barrio. La imagen, divertida e iconoclasta, es impactante y no solo para quien conoció a la bailarina, que regentó un popular local nocturno al que peregrinaban cineastas como Agustí Villaronga cuando visitaban la ciudad. Su tamaño de 7,5 metros de altura por cinco de anchura, sus tonalidades, su tocado de bombillas diseñado por Javi Soria (Visori), y su ubicación, al lado del Centre Cultural de la Beneficència, amplifican la impresión. Imposible que pase desapercibida.

Como tampoco lo hace el cercano Guerrero de El Carme, que en realidad responde al nombre de Fer, un modisto del barrio y modelo de body art. El fotógrafo engrandece las personas de su entorno en sus intervenciones callejeras que ejecuta a modo de grafitti.

“Olga era muy especial y una persona muy querida”

Ya lleva cuatro. “Los vecinos y los comerciantes me lo agradecen, porque atrae a gente y sobre todo hacen más agradables las calles”, explica Luis Montolio. “Olga era muy especial y una persona muy querida”, añade sobre su última imagen que preside una de las entradas al barrio que perdió su condición de bohemio y creativo y ganó en solares y medianeras.

También ha ampliado la fotografía de Victor, otro vecino que ocupa la mediana opuesta a la de Poliakoff. Montolio, de 40 años, pretende reivindicar a la gente que puebla calles y terrazas de El Carme. No a los estudiantes de Erasmus o los numerosos visitantes ocasionales que acuden al reclamo de su marcha nocturna, sino a aquellos que viven en el barrio, presentan unos rasgos singulares, visualmente potentes y construyen su identidad día a día.

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