El comisionado para la Marca España pide perdón a los catalanes

Espinosa de los Monteros comparece en Barcelona para presentar las disculpas institucionales

El alto comisionado del Gobierno para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, en Barcelona.Toni Garriga (EFE)

“Condena, repulsa y rechazo” de lo que supuso el contenido del tuit de la discordia, en el que Juan Carlos Gafo escribió: “Catalanes de mierda, no se merecen nada”.  El alto comisionado de la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, en su comparecencia ante los medios en Barcelona esta mañana, ha condenado las palabras de Gafo. “Fue un acto irresponsable realizado por una persona sin ser consciente de la responsabilidad que tiene por desempeñar ese cargo las 24 horas del día”, h...

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“Condena, repulsa y rechazo” de lo que supuso el contenido del tuit de la discordia, en el que Juan Carlos Gafo escribió: “Catalanes de mierda, no se merecen nada”.  El alto comisionado de la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, en su comparecencia ante los medios en Barcelona esta mañana, ha condenado las palabras de Gafo. “Fue un acto irresponsable realizado por una persona sin ser consciente de la responsabilidad que tiene por desempeñar ese cargo las 24 horas del día”, ha explicado Espinosa, a la vez que ha subrayado que una actitud de este tipo no se corresponde con los “valores de tolerancia y educación” del proyecto.

Gafo, antes adjunto al Alto Comisionado para la promoción exterior y ya cesado en sus funciones, envió una carta a su superior en la que se retractaba y reconocía que se trató de un “error infantil”, que utilizó un “lenguaje impropio para alguien con un cargo público” y que incurrió en una “injusta generalización”. Como representante institucional, Espinosa ha querido dejar claro que no existe un sentimiento anticatalanista dentro del proyecto que representa.

De hecho, Espinosa ha elogiado a Cataluña calificándola como la Comunidad Autónoma “más culta, más desarrollada y más de vanguardia tradicionalmente”. “Nos interesa seguir ese camino, ser cada vez más cultos y más desarrollados”, ha reconocido. En el terreno político no ha querido entrar a hacer valoraciones aunque, en relación al proceso soberanista catalán, ha considerado que “la imagen de los países se construye con más facilidad desde la unidad”.

Adelantándose al turno de preguntas, el alto comisionado ha reconocido que España tiene dos problemas graves, como son la tasa de paro y la corrupción. Pero, según Espinosa, éstos no deberían oscurecer los méritos logrados en otros ámbitos como el empresarial, científico, cultural, gastronómico o deportivo que dejan alto el pabellón de la Marca España.

Preguntado más tarde sobre cómo afectan a la imagen del país determinados asuntos como el caso Bárcenas o el caso Urdangarin, el alto comisionado ha respondido que los casos de corrupción “no causan tanto revuelo fuera como lo están causando” dentro de España, porque la corrupción, “desgraciadamente”, es “bastante común en todo el mundo”. No obstante, ha admitido que no dispone de instrumentos para saber si estos comportamientos están deteriorando o no la imagen internacional del país.

A lo largo de su intervención, Espinosa ha insistido varias veces en que Marca España es un “proyecto integrador, inclusivo, en el que todos los que quieren tienen su sitio”. Preguntado por si le preocupa que la creación por parte de algunas determinadas Comunidades Autónomas de su propia marca – Marca Vasca, por ejemplo – pueda hacer competencia a la Marca España, el alto comisionado ha respondido que la prioridad es que todas las regiones que integran España se beneficien del proyecto común, y después cada una destaque sus particularidades. “En el mundo hay 7.000.000.000 de habitantes. Menos de 2.000.000.000 saben dónde está España. Lo primero es que nos sitúen”, ha explicado Espinosa. Para ilustrar esta idea, ha comparado a España con “un gran paraguas que cubre y proyecta la imagen de país, y dentro cabe todo el mundo” a la vez que advertía de que hacer algo “fuera de ese paraguas” desconcertaría al cliente final, dificultará la venta del producto y sería un derroche de los recursos públicos. Espinosa ha lamentado que muchos de los comentarios y las críticas “arrancan de un desconocimiento de los objetivos y el proyecto de la Marca España”.

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