RUMBA

¡Qué concierto!

Las raíces, la música popular vinculada a las tradiciones

Las raíces. Están enterradas y no se ven, no pueden sacar pecho o fanfarronear, exponerse, pavonearse y ser miradas, allí dentro, bajo la tierra que les da vida y oculta. Están, pero no se pueden ver. Alimentan, pero lo hacen de manera invisible. Eso es la música popular vinculada a las tradiciones, la música popular anterior al pop, una raíz que todo lo irriga, una fuente de nutrientes rebuscados en lo más profundo de nuestra memoria, de nuestra tierra. Y cuando nada se entiende, allí está la música popular para ayudarnos a convivir con nuestras miserias y frustraciones, abriéndonos ventanas ...

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Las raíces. Están enterradas y no se ven, no pueden sacar pecho o fanfarronear, exponerse, pavonearse y ser miradas, allí dentro, bajo la tierra que les da vida y oculta. Están, pero no se pueden ver. Alimentan, pero lo hacen de manera invisible. Eso es la música popular vinculada a las tradiciones, la música popular anterior al pop, una raíz que todo lo irriga, una fuente de nutrientes rebuscados en lo más profundo de nuestra memoria, de nuestra tierra. Y cuando nada se entiende, allí está la música popular para ayudarnos a convivir con nuestras miserias y frustraciones, abriéndonos ventanas para respirar y sentirnos unidos a quienes son como nosotros, hijos del trabajo.

¿Se puede pensar en todo esto mientras se baila?, ¿hay espacio en el cerebro para ser consciente de que la acción política es también el baile, la fiesta sin pauta?, ¿es posible pensar en lo diminuto del mundo y de la relación entre sus músicas cuando un grupo toca una cumbia que es rumba, tiene una guitarra soukous, un tumbao y un cantante que canta a la verbena de san Juan? Sí, al menos siempre y cuando La Troba Kung Fú sea este grupo. No es el único, pero es de los mejores. ¡Vaya concierto hicieron en el Circ Cric!, en pleno Montseny. Una noche maravillosa.

La Troba Kung Fú

Circ Cric

21 junio 2013

En la primera hora hubo circo: equilibristas y patinadores que evolucionaban mientras el grupo tocaba un ramillete de las canciones festivas de su inminente tercer y estupendo disco, Santalegria. La felicidad debe ser parecido a lo que se vivió bajo la carpa del circo, niños y padres escuchando música mientras miraban hacia arriba o a la pista con esa sonrisa que solo el circo hace brotar. Y se repartió chocolate, y Joan Garriga cantó y se quitó una camisa de fuerza que representó aquello de lo que queremos librarnos, y un aro engulló a un hombre y giró… en fin, una delicia.

La segunda parte ya fue una fiesta completa, con un repertorio de temas populares de la Troba, la extraordinaria banda de música popular festiva y bailable, la que tiene más intención, una mirada más localmente panorámica y un acordeón, ese piano de los pobres, que nos recuerda que la buena música popular nace de abajo, como las raíces. ¡Qué concierto, señor!

 

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