El pacto con Feijóo permite a Baltar seguir al frente del PP de Ourense

Los rivales del actual presidente renuncian a competir en el congreso provincial

José Manuel Baltar Blanco, en la presentación, el pasado lunes, de su candidatura a la reelección en el PP de Ourensebrais lorenzo (efe)

José Manuel Baltar Blanco no encuentra rivales en el PP de Ourense. El heredero de los poderes político e institucional del fundador del baltarismo concurre esta vez en solitario —para sucederse ya a sí mismo— al congreso provincial que el próximo 16 de marzo lo proclamará de nuevo presidente del partido en la provincia. La desgastada facción del PP ourensano contraria al baltarismo, que en 2010 contó con el respaldo de la ejecutiva gallega del PP —le puso enfrente al alcalde de Verín, Juan Manuel Jiménez Morán, vapuleado por los votos de los numerosos compromisarios al congreso contratados en...

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José Manuel Baltar Blanco no encuentra rivales en el PP de Ourense. El heredero de los poderes político e institucional del fundador del baltarismo concurre esta vez en solitario —para sucederse ya a sí mismo— al congreso provincial que el próximo 16 de marzo lo proclamará de nuevo presidente del partido en la provincia. La desgastada facción del PP ourensano contraria al baltarismo, que en 2010 contó con el respaldo de la ejecutiva gallega del PP —le puso enfrente al alcalde de Verín, Juan Manuel Jiménez Morán, vapuleado por los votos de los numerosos compromisarios al congreso contratados en la Diputación Provincial— rehúye ya el cuerpo a cuerpo. Solo se ha presentado él. Ayer se cerró el plazo para presentar candidaturas y solo Baltar Blanco cumplimentó el trámite.

Para esta ocasión, Alberto Núñez Feijóo no ha querido sangre. Ni arriesgarse a otra derrota dolorosa. El presidente del PP de Galicia arrancó, hace algunas semanas, la renuncia a la militancia de Baltar padre, el todopoderoso exbarón provincial, cuando se conoció su imputación por contratar a destajo, y sin informes de Secretaría ni Intervención, a personal para la Diputación vinculado a los compromisarios al congreso del partido en 2010 o candidatos ellos mismos a serlo. A cambio de la retirada del PP del incómodo jubilado José Luis Baltar, Feijóo ofertó a su hijo esta aparente calma de la candidatura única, aunque bajo la turbulencia de una obligada lista de integración. Esto es, nuevo reinado de Baltar, pero custodiado por los espadas del presidente gallego en la provincia.

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En su comparecencia, el lunes, ante los periodistas, para presentar la candidatura, Baltar Blanco descartó, sin embargo, la palabra integración, alardeó de superar el número de avales que logró reunir en 2010 cuando fue promovido por su padre, guardó el secreto de la lista e intentó, una vez más, desmarcarse de Feijóo, envolviéndose en la bandera del ourensanismo identificador: desde su llegada a la presidencia del partido, el PP de Ourense es el único de España que entrega a sus militantes un carné propio de la provincia.

En su carrera por revalidar la presidencia del PP ourensano, Baltar obvió, sin embargo, el cumplimiento de algunos de los principios estatutarios de su partido. Los 25.000 militantes del PP en la provincia ni siquiera fueron avisados por carta de la convocatoria del congreso. “Nos enteramos por los medios de comunicación de la fecha”, aseguraron a este diario fuentes del sector opuesto a los baltaristas, que espera aún recibir la convocatoria para la celebración de las asambleas locales en las que se deben elegir los compromisarios. Los partidarios de Feijóo acusan al presidente provincial de practicar el oscurantismo en este proceso y de pretender “evitar un triunfo pírrico”. Pero aun así han desistido de dar la batalla.

Con el baltarismo en el juzgado, el segundo de la dinastía intenta poner freno a la incorporación de los representantes de Feijóo en su ejecutiva. De momento, tiene que incorporar (por su calidad de miembros natos) al parlamentario nacional Celso Delgado, a su rival en el congreso de hace tres años —ahora también es senador— al conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, y a dos miembros de la ejecutiva gallega: la directora del hospital provincial, Eloína Núñez —prima de Feijóo— y a la exsecretaria de Turismo de la Xunta Carmen Pardo.

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El entorno de Baltar da por hecho que esta es cuota suficiente. Sus eternos rivales esperan que sea arrastrado con su hijo en la querella por enchufismo que ha presentado la fiscalía y que instruye el juez Leonardo Álvarez, ante quien el jubilado y exmilitante Baltar explicará hoy con qué criterios empleó a 104 personas, la mayoría afines al PP, en los meses previos al congreso que ganó su vástago. En las vísperas de su declaración, Baltar mostró su nerviosismo al espetar a un periodista de La Voz de Galicia: “No me hagáis a mi también actuar de payaso en este circo”.

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