Pellizquitos del Gordo y un cuarto premio vendido desde Pontevedra

"¡Ha caído el Gordo en A Coruña!". Un amago de euforia se desató a media mañana en la ciudad coruñesa. Y también en Carballo e incluso más lejos, en Meira, junto a la montaña de Lugo. El Gordo de la Lotería de Navidad parecía estar por todas partes. Pero con las nuevas tecnologías ni siquiera el Gordo es ya lo que era. Ahora puedes entrar en una administración y a través de una máquina comprar un décimo de cualquier número. Eso es lo que ha pasado con el Gordo en Galicia, cuatro simples décimos adquiridos electrónicamente en tres lugares distintos: dos en Carballo, uno en la calle Alcalde Lens...

"¡Ha caído el Gordo en A Coruña!". Un amago de euforia se desató a media mañana en la ciudad coruñesa. Y también en Carballo e incluso más lejos, en Meira, junto a la montaña de Lugo. El Gordo de la Lotería de Navidad parecía estar por todas partes. Pero con las nuevas tecnologías ni siquiera el Gordo es ya lo que era. Ahora puedes entrar en una administración y a través de una máquina comprar un décimo de cualquier número. Eso es lo que ha pasado con el Gordo en Galicia, cuatro simples décimos adquiridos electrónicamente en tres lugares distintos: dos en Carballo, uno en la calle Alcalde Lens de A Coruña y otro más en Meira, donde fue vendido anoche mismo, según ha relatado el propietario de la oficina de lotería de la localidad.

Con todo, para lo que suele ser costumbre y el descenso de ventas experimentado este año, el sorteo no ha sido excesivamente rácano con Galicia. El mayor pellizco es el del cuarto premio, vendido íntegramente por una administración de Pontevedra. Lo compró una mutua médica que se supone lo ha repartido por toda España.

Ha habido pellizcos de todos los primeros premios, excepto el segundo. Del tercero han quedado bocados de medio millón de euros en Vigo, Arteixo y Boiro. Pero los más benévolos han sido los quintos, que han dejado 4,8 millones de euros también en Vigo, en una administración de la calle María Berdiales, y 1,6 en Culleredo, en el área metropolitana de A Coruña. El de Culleredo sí que ha sido un premio más acorde con la vieja tradición del sorteo: lo repartió en decenas de pequeñas participaciones un equipo de fútbol modesto, el Portazgo, cuyos dirigentes ya hacían cábalas esta mañana sobre cómo aprovechar el dinero para mejorar sus instalaciones deportivas.