La venta de libros cae un 20% en Cataluña en los últimos tres años

Las editoriales en catalán disminuyen tanto los títulos como las tiradas

La tirada de los libros en catalán se ha reducido un 20%. MARCEL·LÍ SÀENZ

Los catalanes compran cada vez menos libros. Al menos, en estos últimos tres años. La caída de ventas en el sector editorial de Cataluña, hasta ahora moderada, se ha acelerado a lo largo de 2012. Hasta la fecha y a las puertas de la campaña de Navidad, se han comprado un 10% menos de libros que en 2011. “Desde el inicio de la crisis editorial en enero de 2010, la disminución ha sido de un 20%, muy similar a la del resto de España. Es una cifra muy significativa para el sector, pero no catastrófica si se compara con otras áreas de la economía”, apunta Xavier Mallafré, presidente del Gremio de E...

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Los catalanes compran cada vez menos libros. Al menos, en estos últimos tres años. La caída de ventas en el sector editorial de Cataluña, hasta ahora moderada, se ha acelerado a lo largo de 2012. Hasta la fecha y a las puertas de la campaña de Navidad, se han comprado un 10% menos de libros que en 2011. “Desde el inicio de la crisis editorial en enero de 2010, la disminución ha sido de un 20%, muy similar a la del resto de España. Es una cifra muy significativa para el sector, pero no catastrófica si se compara con otras áreas de la economía”, apunta Xavier Mallafré, presidente del Gremio de Editores de Cataluña. “Antes el comprador se llevaba dos libros aparte del que iba a comprar exprofeso. Ahora revuelve más las estanterías pero su tícket es más pequeño”, resume. Lo que sigue manteniendo una balanza positiva es principalmente la exportación, tanto a Europa como a América Latina, además de los fenómenos mediáticos.

 Según Mallafré, las editoriales que sólo editan libros en catalán notan más los efectos de la crisis, debido en gran parte, precisamente, a la falta de ingresos por exportación que ayudan a equilibrar los números de las que publican en castellano. “Las editoriales en catalán han de afrontar el descenso de ventas con menos ingresos de compensación por el mismo esfuerzo de producción y márketing —argumenta Mallafré—, hecho que se traduce en una disminución significativa de la oferta editorial, de un 10% en los títulos en catalán, y tiradas un 20% más cortas”. La baja de las ventas hace que la producción se ajuste al máximo a la demanda, fenómeno que se nota ya en los estantes de las librerías, donde “hay más oxígeno que papel”, ilustra el presidente del gremio.

En las previsiones del sector para 2013 no hay luces al final del túnel ni brotes verdes a la vista; por ello, en el gremio se muestran preocupados por la destrucción de empleos. El futuro, afirma Mallafré, pasa por invertir en el formato digital, que todavía ocupa una proporción modesta dentro de las cifras totales del sector (apenas un 5% de ventas en el 2012, incluyendo revistas y otros ítems). “Hacemos grandes esfuerzos para digitalizar todos los productos y sacarlos en papel y en pantalla a la vez”, asegura el representante de los editores. El 40% de las empresas tienen ya normalizada su actividad digital, aunque aún es asignatura pendiente hacer el salto en el contenido. Ebooks enriquecidos, aplicaciones de todo tipo y híbridos entre el libro y el juego son algunos de los proyectos que barajan. Mallafré insiste también en la importancia de combatir las “prácticas fraudulentas”, trabajando en las leyes contra la piratería para que se “valore el esfuerzo del creador”. Según el gremio, los ingresos del negocio digital pasarían entonces de 70 a 300 millones de euros por año, además de abaratar el producto y permitir una mejor retribución a los autores.

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