Opinión

Mantengan la calma

"¿Cuándo veremos un liderazgo corajudo, expresivo, capaz de organizar y de hacerse valer?"

Keep calm and carry on es un lema británico. Fue concebido a comienzos de la Segunda Guerra Mundial. Con él, las autoridades trataban de infundir calma a su población. Era más que posible una invasión alemana del Reino Unido y por tanto la ciudadanía debía mantener la confianza. Estaba pensado para empapelar las calles de Londres con posters de fondo rojo y letras blancas bajo la corona del rey Jorge.

Este reclamo me ha hecho recordar al Partido Socialista Obrero Español. Sus carteles suelen tener el mismo color y las letras también son blancas. Ojalá el PSOE pudiera imprimir m...

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Keep calm and carry on es un lema británico. Fue concebido a comienzos de la Segunda Guerra Mundial. Con él, las autoridades trataban de infundir calma a su población. Era más que posible una invasión alemana del Reino Unido y por tanto la ciudadanía debía mantener la confianza. Estaba pensado para empapelar las calles de Londres con posters de fondo rojo y letras blancas bajo la corona del rey Jorge.

Este reclamo me ha hecho recordar al Partido Socialista Obrero Español. Sus carteles suelen tener el mismo color y las letras también son blancas. Ojalá el PSOE pudiera imprimir miles de pasquines con dicho lema y ojala dicho lema respondiera al estado general de los votantes y de sus dirigentes. La población está económicamente diezmada. El tono vital de las personas es bajo, taciturno, cuando no simplemente depresivo. Las expectativas se hunden cada día.

Hagamos un ejercicio de imaginación. Supongamos por un momento que los dirigentes del Partido Socialista nos pidieran calma; supongamos que nos invitaran a seguir adelante. Sin duda, todo eso sería creíble si mantuviéramos la confianza, si los ciudadanos creyéramos tener líderes activos y conceptivos, populares e intelectuales, mediáticos y enérgicos. Todo ello sería factible si viéramos a unos dirigentes interviniendo en la esfera pública, defendiendo con pasión los derechos, ocupando el espacio de la comunicación, abriendo el debate en su propia organización, aupando a los mejores, valorando los recursos humanos con que cuentan. Todo sería posible si observáramos a unos líderes dispuestos a sacrificarse y a molestarse, a vivir incómodamente, a abrasarse. Furia, entrega, razón, discernimiento. Quien se sabe bien dotado y generoso no teme, no es cicatero ni desconfiado, no recela de sus compañeros.

Siento decir esto: en el Partido Socialista muchos líderes se protegen, se guardan y, a la vez, recelan. No esperan despertar entusiasmo y viven con la quimera de que los adversarios no les invadan ni derriben. ¿Cuándo veremos un liderazgo corajudo, expresivo, capaz de organizar y de hacerse valer? No basta con movilizar a los adeptos. Hay que convencer a los ciudadanos, convencerlos de que mantengan la calma y de que sigan adelante porque al frente de la organización hay gente que no teme ni se conforma.

El cartel británico Keep calm and carry on no llegó a empapelar las calles de Londres. Inglaterra no fue invadida y no hubo necesidad. Mientras tanto, los británicos supieron mantener el equilibro. Simplemente confiaban y sabían que había determinación resistente en sus autoridades. ¿Puede el PSOE mantener la calma y seguir adelante? Los ciudadanos hemos de ver un partido que se atreva a romper la burocracia y los clientelismos; hemos de ver a los socialistas defendiendo los derechos, interviniendo, haciéndose presentes; hemos de ver a unos líderes saliendo de su ensimismamiento. Ya está bien: es cómodo ser segundo o secundario si sobrevives en la mediocridad y en la irrelevancia. El partido socialista padece serias patologías, un estado de fatiga crónica, trastornos funcionales y un cuadro de hastío con pérdida de la fuerza nerviosa.

Yo aún mantengo la calma. No sé por qué y no sé por cuánto tiempo.

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