Música al salir de la cárcel

Jordi Mas, el hombre que se entregó a la policía hace 10 meses tras robar y vivir en varias casas de L’Escala, inicia una carrera como compositor y cantante

Jordi Mas.PERE DURAN

Han pasado más de 10 meses desde el día en que Jordi Mas, desesperado, se entregó a la policía de L’Escala (Alt Empordà, Girona) y confesó que era él el ladrón que había entrado en varias casas. En algunas solo para ducharse y dormir. De otras se llevó algún ordenador, un televisor o un par de viejos patines. Con 32 años y sin recursos, no podía más. Le metieron en la cárcel de Figueres. Ahora ha salido en libertad provisional y, mientras espera juicio, ha conseguido recuperar su pasión, la música. Jorg (nombre artístico) tiene ya una maqueta con cuatro canciones de su álbum ...

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Han pasado más de 10 meses desde el día en que Jordi Mas, desesperado, se entregó a la policía de L’Escala (Alt Empordà, Girona) y confesó que era él el ladrón que había entrado en varias casas. En algunas solo para ducharse y dormir. De otras se llevó algún ordenador, un televisor o un par de viejos patines. Con 32 años y sin recursos, no podía más. Le metieron en la cárcel de Figueres. Ahora ha salido en libertad provisional y, mientras espera juicio, ha conseguido recuperar su pasión, la música. Jorg (nombre artístico) tiene ya una maqueta con cuatro canciones de su álbum Mientras tanto. “Quiero dedicarme a esto”, explica en la casa de un amigo con vistas al mar.

“Hoy voy a cambiar mi mundo, a salir del fondo”, dice una de las canciones. Atrás quedan unos tiempos difíciles. La policía le imputó siete delitos de robo con fuerza y uno de ocupación de inmueble. Mas se coló en una casa vacía y se quedó viviendo en ella durante semanas. Pasó varios meses robando en viviendas y escondiendo en un descampado lo que sustraía. Era mejor eso que seguir malviviendo en una caravana, sin luz ni agua para ducharse o cocinar. Hasta el año pasado había sobrevivido con trabajillos e incluso gracias a la música durante un tiempo. Pero la situación se fue haciendo cada vez más precaria. Su madre, enferma, perdió su piso y se fue a vivir con él. No tenían ingresos.

Esos siete meses fueron para Mas un “infierno”, un precio demasiado alto por “errores del pasado”, como relata en una carta que escribió para pedir que se abra un centro social en L’Escala para personas en riesgo de exclusión. “Sin luz, sin agua corriente, sin coche, sin trabajo, sin paro, sin subsidio de desempleo, cuidando de mi querida madre, enferma de esquizofrenia, quien se negaba a contemplar la mera posibilidad de que tal vez eso pudiera ser cierto. Compartiendo mi cama con ella, rodeado de mierda que ella se dedicaba a amontonar, […]hartándome de ir de arriba abajo removiendo contenedores”. El hombre acabó “abandonando” a su madre “a su propia suerte” con gran tristeza, lo que propició que a ella la ingresaran en una clínica.

Mas dice que no recibió ayuda de los servicios sociales. “Me dijeron que con lo joven que era, que me pusiese a trabajar”, cuenta. Sí estuvieron dispuestos a ayudar a su madre, pero ella se negó a acudir. La relación con el Ayuntamiento ha sido complicada desde entonces. Él ha decidido ahora renunciar a la renta mínima de 400 euros que podría cobrar al carecer de ingresos, como gesto de autoafirmación frente a los funcionarios, porque dice que le acusaron de querer vivir de las ayudas. Pero también recalca que no quiere entrar “en guerra” con ellos. Un amigo le ha conseguido un trabajo ocasional como ayudante de chapista en un taller.

“Voy a encontrar un sitio donde haya un poco de paz y pueda volver a empezar”. Es el estribillo del tema Volver a empezar, en el que Jorg afirma que está harto “de esta puta depresión” y se anima a encontrar la alegría. Jorg, que estudió en el Taller de Músicos de Barcelona antes de que las cosas se torcieran en su vida, compone, canta y toca la guitarra. El estilo del disco es pop-rock semiacústico y “algo minimalista”, en palabras del músico. Los temas los ha grabado en el estudio casero de un amigo en Figueres y dos de ellos se pueden escuchar en el siguiente enlace, que también admite pagar por descargarlos: http://jorg1.bandcamp.com/track/volver-a-empezar. El sufrimiento no le ha quitado la ilusión de su vida. “Quiero trabajar como músico, perderme en la música, dedicarme a ella”.

Mas devolvió todo lo robado cuando decidió poner fin a la espiral delictiva en la que había entrado. “Me entregué porque vi que lo que estaba haciendo no me iba a llevar a ningún sitio”, dice. “Quería cambiar mi vida radicalmente”. Al entrar en prisión, llamó al jefe de policía de L’Escala para “darle las gracias por todo”, ante la estupefacción de este.

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Sobre la cárcel, dice que pasar por allí ha sido una “experiencia inolvidable” en un sitio al que, evidentemente, no quiere volver. “Allí no vas a pasarlo bien, aunque aprendí cosas y conocí a gente a la que admiré”, relata. En la carta, desanima a cualquiera que se encuentre en una situación desesperada a hacer lo que él hizo. “La cárcel no es la salida, es un castigo”. Su amigo Dídac Figueras, que le acompaña durante la entrevista, cree que Mas “merece otra oportunidad”.

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