Multado con 19.000 euros por maltratar a 33 perros de caza en Montcada i Reixac
El hombre tenía a los animales en una finca en la que se encontraron 23 canes muertos La Generalitat le ha inhabilitado para la caza durante cinco años
El cazador que tenía en su finca 23 perros de caza muertos, en bolsas y enterrados, Faustino L. P., deberá pagar una multa de 19.080 euros. También perderá su licencia de cazador y no podrá tener animales durante cinco años. El hombre poseía otros 33 perros vivos, pero estaban “atados con cadenas y grilletes, con agua putrefacta y sin ningún alimento”, según denunciaron las asociaciones Fundación Altarriba y la ONG Defensa Animals Rescue (DAR). Algunos animales, además, sufrían lesiones en la piel y presentaban heridas abiertas.
Esas son las sanciones que le han impuesto el Ayuntamiento...
El cazador que tenía en su finca 23 perros de caza muertos, en bolsas y enterrados, Faustino L. P., deberá pagar una multa de 19.080 euros. También perderá su licencia de cazador y no podrá tener animales durante cinco años. El hombre poseía otros 33 perros vivos, pero estaban “atados con cadenas y grilletes, con agua putrefacta y sin ningún alimento”, según denunciaron las asociaciones Fundación Altarriba y la ONG Defensa Animals Rescue (DAR). Algunos animales, además, sufrían lesiones en la piel y presentaban heridas abiertas.
Esas son las sanciones que le han impuesto el Ayuntamiento de Montcada i Reixac, donde tenía la finca, y el Departamento de Agricultura de la Generalitat, según ha informado la Fundación Altarriba, después de que en diciembre del año pasado hiciesen una inspección sorpresa.
Un vecino alertó de los maltratos a los perros de caza. Las asociaciones sospechan que el hombre mataba a los canes por estrangulamiento, una vez llegaban heridos de las cacerías o eran demasiado viejos y ya no servían para ello.
Los animales estaban en tal estado de descomposición que hubo que analizar los restos para estar completamente seguros de la cifra de cadáveres. El 60% de los perros que entran en las perreras españolas son de cazadores que los abandonan, según DAR y Fundación Altarriba.