Caras nuevas

En el mundo de los toros se cuida mucho la tradición. La historia, los méritos acumulados y el respeto a la antigüedad son valores en los que se educa a los taurinos, tanto a los actuantes como a los aficionados. No en vano, el orden de actuación de los espadas es por orden de antigüedad, no por edad, sino por la fecha en que tomaron la alternativa, es decir, cuando mataron su primera corrida de toros.

Y no solo ocurre entre las personas, pues cuando se trata de una corrida concurso de ganaderías, el orden de lidia también lo marca la antigüedad de la vacada, que se adquiere cuando lidi...

En el mundo de los toros se cuida mucho la tradición. La historia, los méritos acumulados y el respeto a la antigüedad son valores en los que se educa a los taurinos, tanto a los actuantes como a los aficionados. No en vano, el orden de actuación de los espadas es por orden de antigüedad, no por edad, sino por la fecha en que tomaron la alternativa, es decir, cuando mataron su primera corrida de toros.

Y no solo ocurre entre las personas, pues cuando se trata de una corrida concurso de ganaderías, el orden de lidia también lo marca la antigüedad de la vacada, que se adquiere cuando lidian una corrida en la madrileña plaza de Las Ventas.

Pero siempre hay cabida para los nuevos, porque la renovación en la fiesta no es fácil, aunque se trate de una de sus claves dentro y fuera del ruedo.

En Bilbao, este año el torero getxotarra Gonzalo Guadalupe ha debutado como asesor de la presidencia en las Corridas Generales. Ya había estado en alguna ocasión en el palco, pero es ahora cuando ha tomado el relevo de Manuel Chacarte, matador vizcaíno que a su vez cogió el testigo de Paco Morán, El Chico de Vista Alegre, hace ya casi dos décadas.

Guadalupe tomó la alternativa en Tolosa el 26 de junio de 1988 al estoquear a Juguetón, de Sayalero y Bandrés, con Julio Robles como padrino y Joselito como testigo. Su trayectoria profesional fue breve, pero alcanzó el doctorado y después acabó sus estudios universitarios.

A sus conocimientos como profesional suma su condición de reconocido aficionado, de dinastía, pues pertenece a una de esas familias clásicas de los tendidos de Bilbao que tendrá prolongación, ya que es habitual verle acompañado por sus hijos camino de los toros tanto en Vista Alegre como en festejos de localidades cercanas.

Ahora su labor será asesorar a Matías González en la presidencia para que tome las complicadas decisiones de atender los pañuelos de los tendidos y preservar la categoría de la plaza.

Para veteranos en el mundo taurino, el casi centenario fotógrafo Francisco Cano, el célebre Canito, que con su gorra blanca es una figura clásica de las principales plazas. Ayer sufrió un percance en Bilbao cerca del hotel donde se hospeda y tuvo que ser hospitalizado con fractura de cadera. Estará varios días ingresado en el Hospital de Basurto, donde posiblemente sea operado antes de trasladarse a su domicilio de Valencia.

El cartel de esta tarde es el del día grande de la Aste Nagusia y combina experiencia y novedad. La antigüedad de Enrique Ponce, que hace 20 años ya salió por la puerta grande de Bilbao y repitió éxito hace un par de meses. Con él estará la juventud de Saúl Jiménez Fortes, torero malagueño que tomó la alternativa en las pasadas Corridas Generales y que desde los sanfermines ha evolucionado una mejoría digna de tener en cuenta.

El tercero de la terna, Daniel Luque, llega por la vía de la sustitución de José María Manzanares, anunciado en un principio, pero que aún no se ha recuperado de sus problemas óseos en una mano. Y los toros, de Juan Pedro Domecq, por lo que mejor no mentar la bicha, no vaya a ser que decaiga el ánimo.