10 planes para los que se tengan que quedar en Madrid este verano

En un momento en el que lo más oído no es la clásica canción hortera y animada típica de estas fechas, sino términos ya malditos como prima de riesgo, mercados, rescate… la crisis, verdadera protagonista del verano, ha afectado inevitablemente los planes de los madrileños. Solo el 42% se marchará de vacaciones, en comparación con el 54% del año pasado, según datos del barómetro de consumo del Ayuntamiento de Madrid.

Es la primera vez, desde que se tiene registro (2005), que son más los que...

En un momento en el que lo más oído no es la clásica canción hortera y animada típica de estas fechas, sino términos ya malditos como prima de riesgo, mercados, rescate… la crisis, verdadera protagonista del verano, ha afectado inevitablemente los planes de los madrileños. Solo el 42% se marchará de vacaciones, en comparación con el 54% del año pasado, según datos del barómetro de consumo del Ayuntamiento de Madrid.

Es la primera vez, desde que se tiene registro (2005), que son más los que se quedan que los que se van. Los más de 1.000 euros que se gastan de media los que se marchan de viaje, casi 3.500 si es al extranjero, parecen ser excesivos para la mitad de los bolsillos de los residentes en la capital. La buena noticia para los que se tengan que quedar en Madrid es que existen muchas alternativas para un auténtico veraneo.

1. Entre el esquí acuático y el surf.

Los más aventureros pueden aprovechar para probar el deporte acuático de moda, el wakeboard, una modalidad con tabla, en un centro deportivo a 65 kilómetros de Madrid. Para los acompañantes a los que no les interese demasiado deslizarse sobre el agua, hay una zona de playa con arena apta para el baño, un campo de voley playa y un lounge con tumbonas. Además, hay un bar en el que se organizan sesiones en directo de dj los sábados hasta las 03.00.

Dirección: Avenida de Venecia, Los Ángeles de San Rafael (Segovia). Alquiler de tabla una hora más cinco vueltas: 21 euros (consultar el resto de precios en su página web).

2. Tarzán por un día.

De Pino a Pino propone un plan no apto para personas con vértigo. Tirolinas, puentes tibetanos, pasarelas, lianas, redes… todo ello dispuesto entre los árboles de este parque de aventuras de Navacerrada, a 40 kilómetros de la capital. Una actividad para niños y adultos para la que no hace falta tener ninguna experiencia, ya que existen varios circuitos con diferentes niveles de dificultad. El último cuenta con plataformas a 15 metros de altura y gran una tirolina de 160 metros.

Dirección: Carretera Pinar de la Barranca, s/n. Entrada: 10-20 euros.

3. Un oasis de altura.

Sólo ocho pisos separan el ardiente asfalto de Madrid de una de sus terrazas más apetecibles. En el barrio de Chueca, en la azotea del Hotel Room Mate Óscar, existe un pequeño oasis: un bar de cócteles, una piscina y una temperatura algo más agradable que a pie de calle. La terraza está abierta todos los días hasta las 18.00 para los que quieran tomarse una copa, darse un chapuzón, disfrutar de la fusión francojaponesa del restaurante París-Tokyo, admirar las vistas del skyline madrileño o simplemente tumbarse al sol. La piscina cierra a las 19.00, pero el bar sigue abierto hasta las 2.00. Además, los miércoles se organizan degustaciones de cócteles.

Dirección: Plaza Vázquez de Mella, 12. Entrada: 20 euros (medio día) y 40 (día completo).

4. Rodando por Madrid Río.

La senda ciclable de Madrid Río es el sitio para dar un agradable paseo en bicicleta. Cuando apriete el calor, se puede hacer un descanso en la “playa urbana” de Arganzuela; una zona con chorros de agua para remojarse. “Los niños están encantados con los chorros”, comenta Belén, acompañada por su hijo pequeño. Aquellos que no tengan bicicleta pueden alquilarla en MibikeRío, un pequeño comercio situado al lado del punto de partida de la ruta. Su oferta incluye además tándems, karts, triciclos y remolques, y un servicio de guardabicis todo el año.

Dirección: c/ Aniceto Marinas, 26. Consultar precios en su página web.

5. Cine al fresco.

Ver una película en la pantalla más grande del mundo —¡440 metros cuadrados!— tumbado en una hamaca, con una cerveza fría en la mano y a cielo abierto. Los que anden rápidos todavía tendrán la oportunidad de disfrutar del Openstar, que estará en la capital hasta mañana. El recinto abre sus puertas a las 20.00, para los que quieran picar algo en su terraza antes de que empiece la película, y al finalizar la proyección hay una sesión de dj hasta las 03.00.

Dirección: parque de Enrique Tierno Galván; entrada: 12 euros.

Otra propuesta interesante de cine al aire libre es la del Fescinal, que permanecerá abierto hasta el 2 de septiembre. Un cine “de barrio”, al que es mejor llevarse el cojín de casa, con un programa muy completo que incluye películas para todos los gustos: taquillazos, indie, cintas de animación... Hay sesiones dobles todos los días de la semana y coloquios después de las proyecciones de cine español.

Dirección: parque de la Bombilla; entrada: 5,50 euros.

Si quieres averiguar más sobre cines de verano, consulta nuestra guía de cine al aire libre.

6. Copas bajo cero.

Los enemigos más radicales de las altas temperaturas veraniegas podrán disfrutar de un ambiente gélido, literalmente, en el Ice Bar, un local en el que todo está hecho de hielo: la barra, los vasos, los asientos, el reloj… ¡hasta el radiador! Para combatir los ocho grados bajo cero que conservan ese mundo helado, el bar proporciona unos ponchos térmicos y vende guantes y calcetines para los más frioleros. El que quiera decorar su casa o alguna fiesta con una de las esculturas de hielo artesanales que adornan el local, no tiene más que encargarla: están todas a la venta. “Una de las últimas que me han pedido es la de la copa de la Champions”, comenta divertido el escultor, Francisco Franco.

Dirección: c/ Conde de romanones, 3. Entrada: 15 euros (incluye cóctel y copa de bienvenida.

7. Cenar en secreto.

Una cena con encanto en un lugar muy íntimo y especial, cuya dirección es... secreta. Esta es la iniciativa que la chef Aline Dupont ha organizado en la terraza de su casa. Algo así como una cena en casa de una desconocida. “Es un concepto que existía en Argentina o en México, pero no en España”, explica. Velas, flores y un menú exquisito diseñado por esta cocinera francesa son las claves del éxito que está teniendo esta idea, que se ha propagado por el boca a boca. Los interesados en reservar una de sus cuatro mesas disponibles deberán bucear en internet. Una pista: la búsqueda es “confidencial”.

Se acepta una “donación” de 25 euros.

8. Teatro en la mina.

Este verano, Hamlet, El avaro, La hermosa fea y otras obras serán representadas al aire libre en un escenario inusual: una mina del siglo XIX . El Festival de Teatro de la Antigua Mina celebra su cuarta edición en Zarzalejo, al lado de El Escorial. Su programa combina autores clásicos como Shakespeare, Molière o Lope de Vega, con zarzuela, comedia moderna e incluso adaptaciones infantiles. El festival se despedirá el 19 de agosto con una obra de Heiner Müller, Cuarteto, basada en Las amistades peligrosas.

Dirección: Puerto de la Cruz Verde, Zarzalejo. Entrada: 15 euros (adultos), 10 euros (niños).

9. Música en Matadero.

La terraza de Matadero es un escenario alternativo para disfrutar de una buena sesión de música en directo. Los jueves hay conciertos, performances y otras actividades de artistas madrileños emergentes, mientras que los viernes la programación se abre a cualquier ciudadano que quiera presentar su propuesta artística. Antía, de 25 años, ha venido para ver una obra de teatro, pero le ha llamado mucho la atención el dispositivo que Andrés Jaque ha diseñado para la terraza utilizando dos sistemas de irrigación: “Está genial, la próxima vengo a un concierto”.

Dirección: Paseo de la Chopera, 10. Entrada gratis, excepto algunos conciertos.

10. Una noche con Hopper.

El museo Thyssen amplía su horario este verano para ofrecer una velada cultural y culinaria en torno a Edward Hopper, referente de la pintura realista estadounidense del siglo XX. De martes a sábado, se podrá admirar la exposición del artista neoyorquino hasta las 23.00. Además, su restaurante, situado en el ático y con unas vistas increíbles, ofrece un menú especial inspirado en él.

Dirección: Paseo del Prado, 8. Entrada: 10 euros (general), 6 euros (reducida), gratis para menores de 12 años y desempleados.