Seis pelucas y un destino telefónico

'A Modo mío', de Marco Calvani, continúa la tradición literaria bonaerense de la transexualidad

La tradición literaria y teatral bonarenses para tratar los dramas de la transexualidad vienen de lejos. Piénsese en Asfalto, la novela pionera de Renato Pelegrini o después en Boquitas pintadas de Manuel Puig. Esta versión de un original italiano adquiere carta de naturaleza en el vocabulario y las maneras, con un personaje en solitario que domina la escena y reclama su sitio, que entre buches a pico de botella, obtiene mientras desgrana su tragedia. La canción A mi manera sirve de himno.

Un reloj marca indolente las siete y media de la mañana, los tacones de...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La tradición literaria y teatral bonarenses para tratar los dramas de la transexualidad vienen de lejos. Piénsese en Asfalto, la novela pionera de Renato Pelegrini o después en Boquitas pintadas de Manuel Puig. Esta versión de un original italiano adquiere carta de naturaleza en el vocabulario y las maneras, con un personaje en solitario que domina la escena y reclama su sitio, que entre buches a pico de botella, obtiene mientras desgrana su tragedia. La canción A mi manera sirve de himno.

Un reloj marca indolente las siete y media de la mañana, los tacones del travestido molestan a los vecinos. Andrea (nombre ambiguo y de guerra) vive en un mundo artificial dominado por el color rosa y una decoración donde no falta el ara sacrificial, allí recibe llamadas de amantes, algunos imaginarios, otros reales y llega a decir: “una sobredosis de hombres y ninguno nunca me pagó un café”. Detrás, como telón virtual, el drama añadido del deseo transexual: prótesis, cosméticos, drogas, alcohol y hormonas.

A MODO MÍO

Compañía Mixó (Argentina-Italia). Texto y dirección: Marco Calvani; traducción: Marina Espasa; performer: Néstor Saied. Cuartel del Conde Duque. Hasta el 22 de julio.

En una impactante escena ritual casi al final de la representación, Andrea se mutila los genitales (la autocastración que le exorciza), y quizás ya muerto, realiza su sueño plástico, su teatrillo. Hay calidad de movimiento en el performer, decisión en la dirección actoral y una buena dosis de economía estética en el decorado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En