Música y cuentos entre las flores

El Jardín Botánico de Córdoba ofrece conciertos durante las noches de verano

Ángela García-López (en primer término) y Beatriz Casalz.

Córdoba, en verano, se convierte en sinónimo de calor tórrido. Los 40 grados que estos días se respiran vacían las calles en las horas centrales y obligan a los cordobeses a hacer vida nocturna. Uno de los escasos lugares de la ciudad, además de las faldas de la sierra, donde puede encontrarse refugio de las altas temperaturas es el Real Jardín Botánico de Córdoba, perteneciente al Ayuntamiento. Desde el año 2001, este recinto a la orilla del Guadalquivir abre sus puer...

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Córdoba, en verano, se convierte en sinónimo de calor tórrido. Los 40 grados que estos días se respiran vacían las calles en las horas centrales y obligan a los cordobeses a hacer vida nocturna. Uno de los escasos lugares de la ciudad, además de las faldas de la sierra, donde puede encontrarse refugio de las altas temperaturas es el Real Jardín Botánico de Córdoba, perteneciente al Ayuntamiento. Desde el año 2001, este recinto a la orilla del Guadalquivir abre sus puertas las noches de los meses de estío, ofreciendo un amplio programa cultural a los visitantes que aprovechan la tregua. La oferta recibe el nombre de Raíces en el Jardín y está acompañado de otras iniciativas con el jardín y la noche como protagonistas.

“Todo empezó con la actividad En verano abrimos de noche”, recuerda Elena Moreno, responsable de Promoción, Imagen y Cultura del Jardín Botánico. “Fue hace 11 años y nos tomaban por locos. Se creía que nadie iba asomarse al jardín con el calor. El primer día vinieron 100 personas. Hoy lo hace una media de 600”, señala. Aquella primera iniciativa se limitaba a visitas guiadas nocturnas por el recinto. La iniciativa respondía a una propuesta del sector hotelero de la ciudad, que trata de conseguir que el turista pernocte en Córdoba.

“La respuesta fue muy buena. Basándonos en ella, en 2004, decidimos ofrecer actividades culturales abiertas a todas las familias, desde cuentacuentos hasta conciertos. Y así nació Raíces”, prosigue Moreno. En aquel arranque, el punto en común de toda la programación era el vínculo con lo rural, con la tierra, su folclor y sus tradiciones orales. Pero el abanico se ha ido abriendo y ahora los sonidos son más variados, desde el flamenco al jazz, pasando por los boleros, la bossa-nova y el propio folk.

El flamenco, el jazz, la ‘bossa-nova’, los boleros y el ‘folk’ llenan el recinto

Raíces comienza en la noche del miércoles. Pero no lo hace con música, sino con un cuentacuentos. Ese ha sido el orden desde hace ocho años: los miércoles, cuentos, los jueves, música. Y este verano, los viernes, más música. “Vamos a ofrecer el espacio para los intérpretes noveles. Hemos llegado a un acuerdo para que actúen alumnos de la Escuela de Músicos de Córdoba”, amplía la responsable de Cultura del Jardín Botánico.

El ciclo se prolongará hasta el 7 de septiembre. Entre los artistas que actuarán se encuentran las jóvenes intérpretes de cuerda Beatriz Casalz y Ángela García-López, que ofrecerán un recital de música clásica el 27 de julio; el grupo Bon Vojazz, que centra su repertorio en el jazz, el soul y la bossa (2 de agosto) o la música africana de Len Ke (6 de septiembre).

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Una exposición, gincanas y talleres de cultivo de semillas completan la oferta

El Jardín Botánico ofrece más sorpresas de noche. En colaboración con el Museo Arqueológico de Córdoba pone en marcha la muestra Un jardín en el museo, un museo en el jardín, que selecciona imágenes de importantes piezas con motivos vegetales de los fondos del museo, para ser interpretadas en el jardín desde un punto de vista botánico, con la ayuda de carteles informativos.

Asimismo, este año vuelven las visitas guiadas nocturnas por el jardín, que dieron pie a todo lo que hoy es Raíces. La ocasión lo merece, porque las instalaciones recuperan la zona del invernadero, que ha estado cuatro años remodelándose. “También ofertamos la actividad Durmiendo en el bosque que permite acampar en el recinto una noche a grupos o familias de entre 10 y 30 miembros. Les ofrecemos diversas actividades en función de sus edades, desde gincanas a talleres de pan o cultivo de semillas”, explica Elena Moreno. El coste por persona de esta actividad es de 20 euros, pudiéndose contratar la cena y el desayuno (tipo picnic) por 10 euros adicionales cada persona.

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