Una inyección de vida

Apenas 600 personas acudieron anoche al Circo Price para conocer de cerca a la nigeriana Nneka Egnuba, pero el secreto no podrá perdurar mucho más. Esta joven y menuda vocalista de Lagos parece mujer de mirada asustadiza, pero desprende coraje por cada poro. Y en cada canción, un género que ella concibe como cauce de reivindicación y energía. Portavoz de esa África orgullosa que se rebela contra los clichés de enfermedad y pobreza, cada concierto de Nneka constituye una inyección de vida y compromiso.

Vivió muchos años en Hamburgo y su eclecticismo tiene divertido reflejo en las tablas:...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Apenas 600 personas acudieron anoche al Circo Price para conocer de cerca a la nigeriana Nneka Egnuba, pero el secreto no podrá perdurar mucho más. Esta joven y menuda vocalista de Lagos parece mujer de mirada asustadiza, pero desprende coraje por cada poro. Y en cada canción, un género que ella concibe como cauce de reivindicación y energía. Portavoz de esa África orgullosa que se rebela contra los clichés de enfermedad y pobreza, cada concierto de Nneka constituye una inyección de vida y compromiso.

Vivió muchos años en Hamburgo y su eclecticismo tiene divertido reflejo en las tablas: una sección rítmica negra a su izquierda, un teclista y un guitarrista rubicundos en el otro extremo. La nigeriana se ha abonado a ese soul efectista con alguna brizna de hip hop (como en Soul is heavy’ la pieza que titula su reciente tercer álbum) que ya practicaban Erykah Badu o Lauryn Hill. Añadamos a la marmita algunas gotas de su adorado Fela Kuti y la savia jamaicana que corre por las venas de Lucifer, My home o Sweet dreams are made of this, su simpática lectura del clásico de Euryhtmics, y el resultado es revitalizador.

Un sector del público aprovechó las baladas (Do you love me now) para contarle al vecino sus avatares, un fenómeno misterioso al que quizás debiéramos llamar, sencillamente, mala educación. Pero nadie pudo resistirse a la sacudida final de Heartbeat, que acaso siga siendo su pieza más reseñable.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En