Un tribunal popular juzga a la parricida de Lloret

El fiscal pide 38 años de prisión para Lianne Smith por matar a sus dos hijos en un hotel en 2010

La británica Lianne Angela Smith, presunta homicida de sus dos hijos, de cinco años y once meses, el 17 de mayo de 2010 en un hotel de Girona, a su llegada a la Audiencia de Girona.ROBIN TOWNSEND (EFE)

La parricida de Lloret se sienta hoy en el banquillo de la Audiencia Provincial de Girona, donde un tribunal popular la juzgará por matar a su dos hijos pequeños en la habitación de un hotel en 2010. Lianne Smith admitió al día siguiente de los crímenes que había asfixiado a su hija de cinco años y a su hijo de 11 meses con una bolsa de plástico en la habitación 101 del Hotel Miramar. El fiscal pide para ella una pena de 38 años de cárcel por los dos asesinatos, mientras que la defensa reclama la libre absolució...

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La parricida de Lloret se sienta hoy en el banquillo de la Audiencia Provincial de Girona, donde un tribunal popular la juzgará por matar a su dos hijos pequeños en la habitación de un hotel en 2010. Lianne Smith admitió al día siguiente de los crímenes que había asfixiado a su hija de cinco años y a su hijo de 11 meses con una bolsa de plástico en la habitación 101 del Hotel Miramar. El fiscal pide para ella una pena de 38 años de cárcel por los dos asesinatos, mientras que la defensa reclama la libre absolución porque la mujer había “perdido el contacto con la realidad” al sentirse perseguida después de que su marido fuera detenido por delitos de pederastia.

Smith se presentó el 18 de mayo, alrededor de las 13:30, en la recepción del hotel y confesó que había acabado con las vidas de sus hijos Rebecca y Daniel. Había pasado la noche con los dos cadáveres en la habitación y nadie sabía lo sucedido. La familia había aterrizado en Barcelona en 2007 huyendo de la Justicia británica, que buscaba al marido de Lianne, Martin Anthony Smith, por delitos de pederastia cometidos en ese país que le habían colocado en el número 34 de los más buscados. El hombre se ahorcó este enero en una prisión de alta seguridad de Manchester donde cumplía condena por abusar de una niña de forma continuada durante 10 años.

Lianne buscó trabajo de profesora de inglés y la familia se instaló en Barcelona hasta que el 7 de mayo de 2010 su compañero sentimental fue detenido. Unos días después la mujer dejó Barcelona y se fue con los dos niños a Lloret de Mar “porque era el único sitio que conocía” en Cataluña, según el escrito de la defensa. El letrado que defiende a la mujer argumenta que Lianne sufría una “dependencia emocional absoluta de su marido” y que, tras la detención, entró en barrena al sentirse “perseguida y acosada” por la trascendencia que la noticia había alcanzado en medios españoles y extranjeros.

A pesar de ello, la mujer intentó “tirar hacia delante”, volver a trabajar y contratar a una chica para que cuidase a las criaturas. Pero todo se truncó cuando, el 15 de mayo, Lianne vio a dos personas en un coche y pensó que la estaban siguiendo. En su cabeza, eran los servicios sociales británicos, que pretendían quitarle a sus hijos. Ese mismo día una persona (“que bien podría ser una periodista”, dice la defensa) se acercó para preguntarle si era ella la mujer del pederasta detenido.

Lianne “entró en estado de pánico” y perdió el contacto con la realidad al sufrir un ataque psicótico. Por todo ello la defensa pide la absolución de la acusada, que o bien sufría “psicosis” o, alternativamente, un “miedo insuperable” que la llevó a cometer los crímenes. La defensa ha citado a declarar a un “publicista o periodista” al que Lianne envió una “carta de suicidio” tras la detención de su marido explicando lo que iba a hacer. También han sido citados la madre de la acusada, la mujer que cuidaba a los pequeños y un amigo de Lianne.

El fiscal, sin embargo, considera que la mujer era “plenamente consciente” de lo que hacía cuando acabó con la vida de sus hijos, aprovechándose de su corta edad y sin que ellos tuvieran posibilidad de defenderse. La mujer cogió primero al niño y luego a la niña, y los asfixió haciendo valer “la confianza que le daba su condición de madre”. Por el doble asesinato, el fiscal pide 38 años de cárcel con el agravante de parentesco y una eximente porque la mujer confesó los crímenes. Rebecca y Daniel Smith fueron enterrados en un nicho municipal del cementerio de Lloret sin que nadie de la familia acudiera a la ceremonia. El ayuntamiento se hizo cargo de los gastos.

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