Telmo Martín renuncia como edil y dejará de liderar el PP en Pontevedra

Se da un tiempo para seguir de presidente local “hasta que el partido mande”

Telmo Martín.

El portavoz del PP de Pontevedra y dos veces candidato a la alcaldía, Telmo Martín, abandonará su cargo en la corporación municipal tras el próximo pleno, según anunció ayer en rueda de prensa. Le sustituirá su número dos, Jacobo Moreira, que compatibilizará el puesto con el de diputado en el Parlamento autónomo. La salida de Martín, que continuará temporalmente “hasta que el partido mande” como líder oficial del PP local, la había avanzado él mismo la noche electoral del 22 de mayo de 2011, cuando el recuento de votos evidenció que el desmoronamiento del PSOE no le sería suficiente para alcan...

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El portavoz del PP de Pontevedra y dos veces candidato a la alcaldía, Telmo Martín, abandonará su cargo en la corporación municipal tras el próximo pleno, según anunció ayer en rueda de prensa. Le sustituirá su número dos, Jacobo Moreira, que compatibilizará el puesto con el de diputado en el Parlamento autónomo. La salida de Martín, que continuará temporalmente “hasta que el partido mande” como líder oficial del PP local, la había avanzado él mismo la noche electoral del 22 de mayo de 2011, cuando el recuento de votos evidenció que el desmoronamiento del PSOE no le sería suficiente para alcanzar la mayoría absoluta que había rozado en 2007. Desde entonces había ido delegando funciones en sus compañeros de grupo, hasta llegar a ausentarse del pleno de los presupuestos para asistir al funeral de un compañero de partido.

Tras asegurarse un puesto de salida en la lista de los populares para el Congreso por la provincia de Pontevedra, Martín reconoció ayer que ambos cargos “son algo incompatibles”. “Seguiré trabajando por Pontevedra desde el Congreso, aunque habrá que esperar un poco por los proyectos porque lo que más preocupa a nivel nacional es la crisis”, admitió. Dijo sentirse “contento y orgulloso” de su paso por la ciudad del Lérez, de la que destacó la apuesta “que no tiene vuelta atrás” por la construcción del hospital único de Monte Carrasco, en el limbo presupuestario. En su haber está también el giro de 180 grados en la postura de los populares respecto a la ubicación de la fábrica de celulosas junto a la ría, que antes defendían y ahora repudian, o la polémica por el cobro de sobreprecios ilegales en viviendas públicas por parte de una constructora de la que era socio.

Fichaje de Feijóo

En los últimos meses de campaña trató sin éxito de reeditar a escala local la estrategia de desgaste del bipartito a cuenta de un pretendido exceso en el coste del mobiliario municipal, y llevó al juzgado a un concejal por una concesión irregular de obras en la que el juez vio una chapuza, pero no un delito. PSOE y BNG se aliaron para reprobarlo oficialmente en un pleno en abril. El fichaje de Martín fue una decisión personal del líder del PP gallego y hoy presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. En el verano de 2006, cansado de las guerras intestinas de los populares pontevedreses se fue a buscar a Sanxenxo, segunda residencia de destacados militantes de la ciudad, a un hombre hecho a sí mismo que había ganado reputación y contactos entre los veraneantes más ilustres de la villa.

El supuesto milagro económico de Sanxenxo propició que Feijóo decidiera ficharlo

Constructor y alcalde al mismo tiempo, Martín disfrutaba de la bonanza económica que el boom del ladrillo dejaba en licencias a las arcas municipales de su Ayuntamiento y también en la cuenta de resultados de la promotora de la que era socio y de su empresa de materiales de construcción. Fruto de esa época de las vacas gordas revocó la concesión del puerto deportivo de Sanxenxo a una empresa privada para que volviese a propiedad municipal. Aquel presunto milagro económico avaló su candidatura en Pontevedra ante Feijóo, pero el sector más tradicional de la ciudad nunca dejó de ver en él a un recién llegado. En su primer intento le faltaron unos cuantos centenares de votos para la mayoría absoluta. Cuatro años más tarde, pinchada ya la burbuja inmobiliaria, ni siquiera fue ya primera fuerza en mayo de 2011.

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