Colecta para pleitear contra la Xunta

Medio Ambiente recurre la anulación del permiso a una fábrica ubicada a pie de playa La autorización fue revocada tras la denuncia de los vecinos

Instalaciones de la fábrica Aucosa en Redondela, al pie de la ría de Vigo.LALO R. VILLAR

Cuando se despierta el día neblinoso, los vecinos de Cabanas, en Redondela, fruncen el ceño. La experiencia les dice que es en esas jornadas cuando a mayor ritmo trabaja la fábrica de harinas de pescado de la empresa Aucosa, instalada en Cabo da Pedra, prácticamente junto a la arena de la ría de Vigo. Y la actividad de la planta, que comenzó en 1976, ha sido casi siempre sinónimo de olor a pescado podrido. Tras más de 30 años de olfatos saturados, la parroquia se llevó a finales de 2011 una alegría con la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que anula el permiso ambiental que ...

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Cuando se despierta el día neblinoso, los vecinos de Cabanas, en Redondela, fruncen el ceño. La experiencia les dice que es en esas jornadas cuando a mayor ritmo trabaja la fábrica de harinas de pescado de la empresa Aucosa, instalada en Cabo da Pedra, prácticamente junto a la arena de la ría de Vigo. Y la actividad de la planta, que comenzó en 1976, ha sido casi siempre sinónimo de olor a pescado podrido. Tras más de 30 años de olfatos saturados, la parroquia se llevó a finales de 2011 una alegría con la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que anula el permiso ambiental que la Xunta concedió a la empresa en 2008, en tiempos del bipartito. Pero el gozo no es pleno, porque tanto la empresa como la Administración han recurrido ante el Tribunal Supremo y los vecinos no saben a ciencia cierta si podrán reunir el dinero para seguir pagando pleitos.

 “Está la cosa difícil, tendremos que ir recaudándolo poco a poco”, cuenta Venancio, que ya vivía en la zona cuando se instaló la factoría. Fue él quien propuso llevar la cuestión a la Plataforma en Defensa da Ensenada de San Simón, que dio un empujón a unas reclamaciones vecinales que se extendieron a Chapela y Rande. En la tarea de repartir folletos informativos e ir casa por casa está ahora su presidente, Antonio Lores, que espera que la crisis no impida que los redondelanos se sumen a la colecta. “Si cada vecino pone cinco o 10 euros yo creo que llegaremos”, calcula Berto, que se mudó a la zona hace una década.

Los residentes se quejan de los malos olores y de los vertidos a la ría

La planta está en un terreno que haría salivar aún hoy a cualquier promotor inmobiliario. Prácticamente a pie de arena, con pista de acceso privada tras una verja con un cartel que avisa al visitante con el siempre inquietante “atención, perros sueltos”, el área se libra de la protección de la Ley de Costas porque los terrenos, que también forman parte de la Red Natura, dependen administrativamente del Puerto de Vigo. En consecuencia, el acceso a la playa está cortado, y solo cruzando por otro lado las vías del tren se puede llegar.

El que sigue siendo preceptivo es el permiso de la Xunta, que el Tribunal Superior ha echado abajo en una sentencia inusualmente sencilla. “El Ayuntamiento emitió informe urbanístico negativo y la Administración demandada no tenía otra opción que denegar la autorización”, explica la resolución, que recuerda que la normativa municipal solo permite instalar industrias “limpias”. Hasta la Xunta, que recurrirá, lo reconoce a su manera. “La autorización fue concedida por el bipartito de un modo ambiguo que dio lugar a su anulación. La tramitación del recurso es un proceso reglado”, apuntan desde la Consellería de Medio Ambiente.

La empresa defiende que se respetan los límites de emisiones
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Eladio Liz, director de la fábrica, resalta que el Superior no dice que la planta dañe el entorno. “La sentencia no se produce por incumplimientos de carácter ambiental, ni examina aspectos relacionados con esta materia, sino que se refiere a supuestos errores de procedimiento”, defiende. También resalta que desde 2007 Aucosa —abreviatura de Auxiliar Conservera, SA— cuenta con una acreditación independiente sobre su gestión ambiental, y asegura que en todos los controles periódicos se verificó que se respetan los límites de emisiones.

Los ánimos entre los parroquianos se encendieron en 2010, tras un vertido de fuel-oil a la ría que propició la apertura de un expediente por parte de Augas de Galicia y dejó el área llena de chapapote durante días. “No conozco otra fábrica en la ría que esté quemando fuel-oil”, se queja Venancio. “Vierte directamente a la ría y como las corrientes van hacia el interior la contaminación llega hasta la depuradora de Arcade, por lo que afecta a la pesca y marisqueo de toda la ensenada”, señala por su parte Óscar Benavides, portavoz local de Izquierda Unida, que junto a Lores espera que la próxima visita de una delegación de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo dé visibilidad internacional a la cuestión. Entre tanto, la plataforma seguirá con la recogida de fondos.

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