El fiscal pide cárcel para cuatro ‘mossos’ por agresión

Los agentes confundieron a los hombres con dos sospechosos y les persiguieron por carretera

Una camioneta, dos falsos sospechosos y una delirante persecución van a llevar al banquillo a cuatro agentes de los Mossos, acusados de apalear a dos hombres a los que habían confundido con delincuentes. El caso sería de risa si no fuera por la agresión que sufrieron las víctimas y porque los mossos afrontan una petición de cuatro años y cuatro meses de cárcel por lesiones.

El suceso ocurrió en mayo de 2008 en una gasolinera del CIM Vallès (Vallès Occidental). Dos de los policías hacían labores de paisano desde sus coches en una investigación policial. En el aparcamiento había ...

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Una camioneta, dos falsos sospechosos y una delirante persecución van a llevar al banquillo a cuatro agentes de los Mossos, acusados de apalear a dos hombres a los que habían confundido con delincuentes. El caso sería de risa si no fuera por la agresión que sufrieron las víctimas y porque los mossos afrontan una petición de cuatro años y cuatro meses de cárcel por lesiones.

El suceso ocurrió en mayo de 2008 en una gasolinera del CIM Vallès (Vallès Occidental). Dos de los policías hacían labores de paisano desde sus coches en una investigación policial. En el aparcamiento había también una camioneta con dos ocupantes. Uno de los agentes creyó que eran los sospechosos a los que vigilaban y se acercó a ellos sin identificarse como policía y con la pistola en la mano, relata el fiscal.

Al ver el arma, los hombres temieron por su vida. “Se asustaron y, con mucho nerviosismo, arrancaron el camión” y escaparon. Su conducta reafirmó las sospechas de los policías, que subieron a uno de los coches y se lanzaron a la carrera. El vehículo impactó con la camioneta, pero no logró detenerla. Ya en la autopista, las víctimas vieron de nuevo a sus perseguidores por el retrovisor y llamaron al 112. A la entrada de Ripollet, observaron vieron con alivio la llegada de un coche patrulla. Se detuvieron “pensando que estos les podrían proteger del fundado temor que sentían”. Pero no. Al bajar, uno de los policías empujó a uno de los sospechosos a la mediana, le tiró al suelo, le pegó patadas por todo el cuerpo y le pisó la cabeza. Repitió algo similar con el otro, también ante la “conducta impasible” de sus compañeros.

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