Litton lleva a la Sinfónica al más alto nivel de la temporada

Litton expresó toda la matización de los Cuatro interludios marinos de Peter Grimes y sus bellísimos contrastes

La Orquesta Sinfónica de Galicia, dirigida por Andrew Litton, celebró el viernes uno de esos conciertos que la colocan a un primer nivel europeo. En la primera parte, tras la wagneriana obertura de El holandés errante, llena del redondo poder de sus metales, Litton expresó toda la matización de los Cuatro interludios marinos de Peter Grimes y sus bellísimos contrastes entre una nebulosa ligereza en los mismos metales, y el poderío de unos tutti llenos de la fuerza de un barco a vapor.

En la segunda parte, el Shostakóvich más arcano, capaz de componer ...

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La Orquesta Sinfónica de Galicia, dirigida por Andrew Litton, celebró el viernes uno de esos conciertos que la colocan a un primer nivel europeo. En la primera parte, tras la wagneriana obertura de El holandés errante, llena del redondo poder de sus metales, Litton expresó toda la matización de los Cuatro interludios marinos de Peter Grimes y sus bellísimos contrastes entre una nebulosa ligereza en los mismos metales, y el poderío de unos tutti llenos de la fuerza de un barco a vapor.

En la segunda parte, el Shostakóvich más arcano, capaz de componer sorteando el peligro que suponía para su vida el “realismo socialista” impuesto por Stalin. La dolorosa oscuridad de la cuerda baja al inicio del primer movimiento, apenas rasgada por el canto del clarinete, y los hachazos de las cuerdas en ese Allegro que algunos consideran retrato sonoro del dictador dieron paso a la belleza del Allegro final, en el que la tensión transmitida por director y orquesta se unió a unos solos de máximo nivel, alcanzando momentos de una belleza realmente inusitada.

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