Un hotel con mucha historia

El palacio del Marqués de Caro se convierte en un establecimiento de cinco estrella Una larga rehabilitación ha destapado restos de diversas épocas

Valencia -
El hotel Caro de Valencia.

El palacio del Marqués de Caro, en pleno corazón de Valencia a 200 metros de la catedral, ocultaba mucha historia entre sus paredes. Mosaicos romanos, una escalera medieval y restos de la muralla árabe de Valencia que han quedado al descubierto en una larga rehabilitación de siete años que ha convertido el palacio gótico en un hotel de cinco estrellas. El hotel Caro, en la calle de Almirante, abre sus puertas estos días con 26 habitaciones envueltas en un entorno que respeta la huella de la historia y la funde con una línea estética contemporánea y los servicios exigidos a un...

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El palacio del Marqués de Caro, en pleno corazón de Valencia a 200 metros de la catedral, ocultaba mucha historia entre sus paredes. Mosaicos romanos, una escalera medieval y restos de la muralla árabe de Valencia que han quedado al descubierto en una larga rehabilitación de siete años que ha convertido el palacio gótico en un hotel de cinco estrellas. El hotel Caro, en la calle de Almirante, abre sus puertas estos días con 26 habitaciones envueltas en un entorno que respeta la huella de la historia y la funde con una línea estética contemporánea y los servicios exigidos a un cinco estrellas.

El proyecto lo han sacado adelante cuatro socios valencianos que compraron el palacio en 2005 a los descendientes del marqués para convertirlo en hotel. La transformación no ha sido sencilla, ya que se trata de un edificio protegido declarado Bien de Interés Cultural. La rehabilitación requirió una campaña arqueológica privada de tres años que sacó a la luz restos del circo romano de Valencia, un mosaico del año 138 a. C., una torre y un lienzo de la muralla árabe de la ciudad, una imponente escalera medieval, azulejos de distintas épocas y otros elementos que habían quedado ocultos en sucesivas ampliaciones y reformas del palacio en los siglos XVII y XVIII, según han explicado los promotores con ocasión de la fiesta inaugural celebrada el miércoles.

Los elementos recuperados han sido integrados y musealizados en su emplazamiento o en las zonas comunes de la mano del arquitecto Francisco Jurado y el interiorista Francesc Rifé.

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