El largo brillo del estuco

Una exposición repasa en Zarautz el pasado y el presente de una técnica decorativa milenaria Existen ejemplos de hace 5.000 años

Antonio Lovelli (a la izquierda) y Roberto Zini, con uno de los ejemplos de estuco expuestos en la muestra.JAVIER HERNÁNDEZ

Hubo una época en que existió el oficio de estucador. Las manos de los artesanos amasaban una pasta de grano fino compuesta por cal apagada, mármol pulverizado, yeso y pigmentos naturales que se endurecía y se utilizaba, sobre todo, para enlucir paredes y techos. El estuco se empleaba como refuerzo en las paredes de las casas romanas o como elemento de decoración en los palacios venecianos.

El estuco sobrevive hoy a base de aunar lo antiguo con lo moderno, la técnica ancestral con soportes avanzados. Para dar a conocer esta técnica decorativa surge la exposición Entre antiguo y moderno,...

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Hubo una época en que existió el oficio de estucador. Las manos de los artesanos amasaban una pasta de grano fino compuesta por cal apagada, mármol pulverizado, yeso y pigmentos naturales que se endurecía y se utilizaba, sobre todo, para enlucir paredes y techos. El estuco se empleaba como refuerzo en las paredes de las casas romanas o como elemento de decoración en los palacios venecianos.

El estuco sobrevive hoy a base de aunar lo antiguo con lo moderno, la técnica ancestral con soportes avanzados. Para dar a conocer esta técnica decorativa surge la exposición Entre antiguo y moderno, abierta en la galería Zazpi de Zarautz hasta el 5 de febrero.

La muestra ha sido organizada por dos arquitectos italianos

Los responsables de la muestra, los arquitectos italianos Antonio Lovelli y Roberto Zini, llevan años estudiando las posibilidades que ofrece el estuco, hoy una alternativa al mármol, que con el paso del tiempo se han ido perdiendo, entre otras razones por el elevado coste de la mano de obra. “Lo que tratamos de demostrar es que una técnica tan antigua se puede hoy aplicar sobre muchos soportes modernos que van desde el metal al metacrilato”, explica Lovelli.

Esta técnica se emplea en la actualidad tanto en residencias privadas como en hoteles y otros ámbitos públicos en combinaciones de múltiples colores con resinas o metales pulverizados que consiguen ofrecer efectos muy variados.

La técnica se aplica hoy en día incluso en soportes como metal
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La exposición traza un recorrido en el tiempo. Varios paneles informativos permiten al visitante profundizar en la historia de esta milenaria técnica decorativa. En Creta existen ejemplos de estucos de 5.000 años de antigüedad y a comienzos del Renacimiento, Donatello (1386-1466) ejecutó estupendos ejemplos de estucos en la Sacristía Vecchia de la Basílica de San Lorenzo en Florencia, obra de Brunelleschi.

Otros paneles de la muestra desentrañan la estratificación de la pintura, que el visitante puede tocar capa a capa, comprobando varios niveles hasta ver el acabado. La muestra se cierra con ejemplos clásicos de estuco de pigmentos tenues y tonos terrosos y, por otro lado, con placas de metacrilato y metal en colores más actuales e intensos.

“En estos años la técnica no ha variado. Lo que sí son diferentes son los componentes, que ya vienen integrados y no hay que mezclar a mano. Además, las espátulas son más técnicas y sobre todo, varía la gama de colores utilizados”, dice Lovelli, afincado en Zarautz.

Ambos arquitectos destacan como una ventaja del estuco que se elabora con materiales naturales muy resistentes. “Ahora que la gente está tan sensibilizada con la ecología y el medio ambiente, es una alternativa interesante para decoración y como refuerzo en los muros, porque los impermeabiliza, permitiendo la transpiración natural”.

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