11 protagonistas de 2011 | ana botella

Se cumplió la hoja de ruta

Acudió a las elecciones marcado por la sospecha de que no acabaría el mandato. Las ganó por mayoría absoluta. La llamada de Rajoy se produjo, el alcalde se convirtió en ministro y la concejal, en alcaldesa

Ana Botella y Alberto Ruiz-GallardónCRISTÓBAL MANUEL

En las elecciones municipales del 22 de mayo 756.952 madrileños votan a la candidatura del Partido Popular, encabezada por Alberto Ruiz-Gallardón y Ana Botella. Gallardón se convierte en alcalde y el 13 de octubre entra como número cuatro en las listas del PP por Madrid al Congreso de los Diputados. ...

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En las elecciones municipales del 22 de mayo 756.952 madrileños votan a la candidatura del Partido Popular, encabezada por Alberto Ruiz-Gallardón y Ana Botella. Gallardón se convierte en alcalde y el 13 de octubre entra como número cuatro en las listas del PP por Madrid al Congreso de los Diputados. Rajoy gana las generales del 20-N. El 21 de diciembre el alcalde diputado deja Cibeles para convertirse en ministro de Justicia. Y el día 27 Ana Botella se convierte en la primera alcaldesa de Madrid.

Se va un regidor que ha renovado notablemente la capital a costa, eso sí, de vaciar sus arcas. Y Madrid se queda con una alcaldesa sobrevenida. Los votantes no eligieron a Botella para ese puesto, pero nadie podrá dudar de la legitimidad de su designación. La exconcejal de Medio Ambiente y Movilidad iba en el número dos de la lista del PP por Madrid y la ley contempla que, en caso de renuncia del alcalde, encabeza la lista en que este figuraba el siguiente de la misma.

Relevo en Cibeles

El pasado día 27 Ana Botella se convirtió en alcaldesa de Madrid, tras ser nombrado Gallardón ministro de Justicia.

Esta era una posibilidad que cualquier votante informado tuvo oportunidad de valorar antes de depositar su voto en las municipales. Los medios lo advirtieron, la oposición lo utilizó en la campaña. Y el candidato Gallardón, que nadie se equivoque, nunca se comprometió a terminar su mandato. Experto en el manejo de las palabras, las frases con que Gallardón respondía a la pregunta de rigor son lapidarias. Ejemplos: “No creo que hubiese ningún puesto en el Gobierno de España que me produjese más satisfacción que este”; “no tengo prevista cosa distinta que terminar mi mandato como alcalde de Madrid”. Creer. Tener previsto. Hábiles palabras para eludir el compromiso.

Botella entraba en las listas municipales del PP de Madrid en 2003. Llegó como una cuota y desde entonces le ha servido a Gallardón de escudo ante los recelos de los sectores más reaccionarios del partido. Licenciada en Derecho y funcionaria en excedencia, aterrizó en el Ayuntamiento sin más experiencia política que la de ser esposa del expresidente Aznar.

Botella y Gallardón han formado un extraño tándem. Representan, respectivamente, el ala más dura y la más moderada del PP. Los ocho años de Botella en el Ayuntamiento se recordarán sobre todo por sus salidas de tono (peras, manzanas...) y por su postura algo negacionista en el grave problema de la contaminación (“más asfixia el paro”). A Botella le toca gobernar con las manos atadas por la crítica situación de las cuentas municipales. Y sin Juan Bravo, la persona que mejor la conocía, que se va al ministerio con el exalcalde a culminar la hoja de ruta.

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