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‘Germans de sang’: un cuento de Navidad pasado por el realismo social de Ken Loach

El reestreno del musical de Willy Russell, de gran éxito en los ochenta, es un regalo ideal para estas fiestas

Vivimos en la era de la nostalgia, los remakes y las bandas-tributo. La generación del EGB intenta desesperadamente recrear la felicidad que teníamos treinta años atrás: se llamaba juventud. En este afán de recuperación, se acaba de estrenar Germans de sang: el musical fue un gran éxito en 1994, con un montaje dirigido por Ricard Reguant y protagonizado por Àngels Gonyalons, Roger Pera y Joan Crosas. Ahora, Danie...

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Vivimos en la era de la nostalgia, los remakes y las bandas-tributo. La generación del EGB intenta desesperadamente recrear la felicidad que teníamos treinta años atrás: se llamaba juventud. En este afán de recuperación, se acaba de estrenar Germans de sang: el musical fue un gran éxito en 1994, con un montaje dirigido por Ricard Reguant y protagonizado por Àngels Gonyalons, Roger Pera y Joan Crosas. Ahora, Daniel Anglès firma la nueva puesta en escena de este dramón inglés de dos hermanos gemelos separados al nacer, un cuento de Navidad pasado por el filtro del cine social de Ken Loach y una pizca de distanciamiento brechtiano. El esquematismo del musical de 1983 de Willy Russell es de una ingenuidad apabullante: que la clase social determina nuestra felicidad es algo que ya veníamos sospechando desde hace un tiempo.

El montaje se sustenta sobre sus dos protagonistas, unos espléndidos Albert Salazar y Roc Bernadí en los papeles de Mickey y Eddie. Sus respectivos retratos de niño de barrio obrero y niño de familia bien son deliciosos y dignos de mención: es muy difícil que un adulto interprete a un crío sin provocar vergüenza ajena. Tai Fati les secunda muy bien, como la amiga inseparable que crece y madura con ellos: lástima que Willy Russell no contemplara la trieja como una opción válida de relación sentimental. Mariona Castillo interpreta a la sufrida madre, y el día del estreno estaba un poco floja: son tiempos de gripe, pero el drama de una mujer que vende a su hijo para poder sobrevivir no puede despacharse tan a la ligera. El cantante Triquell en el papel de narrador tiene muy buena voz (con unos bajos dignos de Barry White), pero necesita más energía, un mayor aplomo en su función de coro griego que comenta la acción.

Como suele suceder con esta coreógrafa, el movimiento de Ariadna Peya insufla mucha energía al montaje, pero lo iguala a varios de sus trabajos anteriores. Me convence más cómo mueve al elenco de bailarines que los propios bailes grupales, en una escenografía de Alessio Meloni que en el primer acto es como si no existiera. Los aplausos de la noche de estreno fueron un poco discretos, la verdad. Pero esto es irrelevante: Germans de sang es el regalo ideal para estas fiestas.

Germans de sang

Libreto, música y letras: Willy Russell. Dirección: Daniel Anglès

Adaptación al catalán: Albert Mas-Griera. Dirección coreográfica: Ariadna Peya. Dirección musical: Andreu Gallén.

Teatre Condal. Barcelona. Hasta el 8 de febrero

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