‘Weltschmerz (títol provisional)’: Angustia, incertidumbre y petanca
En la obra de Ferran Dordal, mutable según el azar de la partida que juegan los intérpretes, la interinidad del título representa la paradoja de la irremediable condición transitoria de nuestro mundo, un constante presente líquido y escurridizo
Hay creadores atípicos, hay creadores con personalidad, y luego está Ferran Dordal Lalueza. El hecho de que haya titulado su último espectáculo Weltschmerz (títol provisional) ya nos da algunas pistas. Se podría resumir con la frase “la obra donde juegan a petanca”, pero Weltschmerz es mucho más. Dramaturgo, dramaturgista, docente, editor y director, Dordal ejemplifica en sus múltiples oficio...
Hay creadores atípicos, hay creadores con personalidad, y luego está Ferran Dordal Lalueza. El hecho de que haya titulado su último espectáculo Weltschmerz (títol provisional) ya nos da algunas pistas. Se podría resumir con la frase “la obra donde juegan a petanca”, pero Weltschmerz es mucho más. Dramaturgo, dramaturgista, docente, editor y director, Dordal ejemplifica en sus múltiples oficios las dificultades contemporáneas para vivir del teatro. Nuestro protagonista es un trabajador autónomo, por supuesto. Con su última creación nos habla de dudas y de procrastinación, de becas destinadas a la escritura y de navegaciones por Internet, de lecturas abandonadas y de relaciones sentimentales que se dejan en pausa porque uno de los dos no puede imaginar el futuro. Así, en general: el futuro de nuestro mundo.
Pero empecemos por el principio. Es decir, por la etimología. “Welt” en alemán significa “mundo”, y “Schmerz” es “dolor”, por lo tanto, Weltschmerz alude al dolor que nos provoca el mundo. Ya sea este físico o espiritual, propio de los filósofos alemanes del siglo XIX o de nuestro presente líquido y escurridizo. El “título provisional” entre paréntesis se ha acabado quedando, paradoja de la irremediable condición transitoria de nuestro mundo. Todo en esta vida es momentáneo, y el teatro es efímero como lo son las lágrimas en la lluvia. ¿Y por qué la petanca? ¿Por qué no? Deporte de origen provenzal, la práctica tiene historia y muchos antecedentes, pero fue gracias al reuma que pasó a jugarse como se hace hoy en día. Aquí nos parece un asunto de jubilados, pero solo hay que ir a Francia para comprobar que en el país vecino lo practica gente de todas las edades. Estamos ante un deporte tranquilo, cercano a la meditación, donde la puntería y la destreza se entremezclan con el azar, la física y la impredecibilidad de la vida.
El espectáculo es una partida de petanca, y viceversa: los cuatro miembros del equipo artístico son a la vez los creadores y los jugadores de la pieza. Ferran Dordal Lalueza, al texto y la dirección, Marc Salicrú, a la escenografía y la iluminación, Clara Aguilar, a la música y el espacio sonoro, y Albert Pérez Hidalgo, a la interpretación. Al autor no le gusta el teatro de texto, pero ha escrito una obra con mucho texto: en escena será proyectado, dicho en off (por la voz sosegada de Albert Prat) o leído por los mismos intérpretes, que se irán pasando el micrófono sin dejar de jugar ni un momento. Aquí lo importante es la petanca, no el texto: son las jugadas las que delimitan qué fragmento lee cada uno. Cada función, por tanto, es distinta. Como la vida misma.
El espectador se puede sentir abrumado, en un primer momento, por este teatro ensayístico y discursivo, que merodea por los pensamientos del autor como un río sinuoso
El espectador se puede sentir abrumado, en un primer momento, por este teatro ensayístico y discursivo, que merodea por los pensamientos del autor como un río sinuoso. Ferran Dordal Lalueza es nuestro dramaturgo más germánico, y la pieza podría estar perfectamente programada en el HAU 2 de Berlín. Las emisiones de carbono, las milanesas con patatas, el neoliberalismo o el amor acaban todos en el mismo plano, mientras los espectadores vamos quedando hipnotizados por la danza de la petanca. Dos momentos escénicos insuflan vida a este ritual pagano y posdramático: Marc Salicrú humedece la tierra con una de esas mochilas de agua con dosificador para, a continuación, pasar un rastrillo por toda la pista. Un campo de petanca es, también, un jardín zen donde se peinan los pensamientos. El autor de Weltschmerz tiene sentido del humor, aunque no lo parezca: una cita en inglés leída por Albert Pérez Hidalgo se convierte, de repente y gracias al humo artificial, en una escena propia de los británicos Forced Entertainment. Entretenimiento forzoso y filosofía, dudas y estadísticas, desazón y copas de vino con amigas y vecinas. Todo esto es Weltschmerz (títol provisional). Y todo esto lo es en un mundo, el nuestro, donde nadie ya recuerda donde ha leído lo que ha leído.
Weltschmerz (títol provisional)
Texto y dirección: Ferran Dordal Lalueza.
Reparto: Clara Aguilar, Ferran Dordal Lalueza, Albert Pérez Hidalgo y Marc Salicrú.
Fundación Joan Brossa. Barcelona. Hasta el 30 de marzo.