‘Asesinato en la Casa Rosa’, de Arantza Portabales: una novela negra divertida y con un manejo impecable de la trama
La autora gallega arranca una nueva serie en la que se encuentra lo mejor de Agatha Christie y una vocación por divertir que funciona. Aquí no hay falsas pretensiones ni estridencias
Arantza Portabales lleva desde Belleza roja (Lumen, 2019) demostrando un sólido manejo de las herramientas de la ficción criminal, un manejo sin estridencias ni trampas. En esta ocasión, no pierde de vista estos atributos y añade nuevas virtudes a las ya demostradas en ...
Arantza Portabales lleva desde Belleza roja (Lumen, 2019) demostrando un sólido manejo de las herramientas de la ficción criminal, un manejo sin estridencias ni trampas. En esta ocasión, no pierde de vista estos atributos y añade nuevas virtudes a las ya demostradas en la serie de Abad y Barroso, un policial más puro con excelentes momentos y que ahora aparca para llevarnos a la idílica playa gallega donde pasó su infancia.
Mayo de 2024: la inspectora Iria Santaclara está de baja para cuidar a su marido Ángel, convaleciente de un ictus grave, cuando el millonario Ulises Villamor contacta con ella para que investigue la muerte de su mujer durante la pandemia. Todos piensan que fue por causas naturales, pero el señor Villamor tiene dudas, serias dudas. Estaban en el confinamiento, todos en la Casa Rosa, su mujer murió allí, si fue alguien tuvo que tratarse de uno de sus hijos, o de una de sus parejas. Un asunto familiar, o no. La herencia del imperio sanitario está en juego. El hecho de que se exija al heredero tener descendientes que garanticen la pervivencia del negocio da a todos distintos motivos para el crimen. Los tres hijos, cada uno con sus taras e intereses, solo se unen con un objetivo: mentir a la inspectora, embrollar todo, salirse con la suya. Todos los personajes están bien creados por Portabales, que da a cada uno anclajes y aparejos para que se manejen en la trama.
Encontramos aquí varios ingredientes clásicos: misterio en una casa (no misterio de puerta cerrada, pero casi) con una nómina exigua de sospechosos, pero con una lista considerable de motivos para el crimen; una versión criminal del clásico los ricos también lloran y una investigación de las de toda la vida. Santaclara se alía con César, su antiguo jefe en la policía, ahora jubilado y desarrolla sus pesquisas asediada por los rumores del pueblo (magnífica esa cotilla a la que conocen como Gestapo) y las frases cargadas de intención de los sospechosos. Porque de lo que se trata en Asesinato en la Casa Rosa es de jugar con la información a lo largo de más de 400 páginas, y ahí Portabales lo borda. Fogueada en los albores de su carrera en el relato breve, este entrenamiento le proporciona un músculo que utiliza para mantener al lector al filo, atento, también para sorprenderlo y engatusarlo.
Hacia la mitad de la historia, Santaclara reconoce que no sabe nada de la gente de la Casa Rosa. Lo mejor es que el lector se habrá hecho sus cábalas, pero está en las mismas que la inspectora. Si la idea es centrarse en la dosificación de información como gran herramienta narrativa, cada paso que se toma tiene su peligro, abre puertas que ya no se podrán cerrar, pero Portabales se sostiene en la cuerda sin aparente esfuerzo.
Que Iria no sea policía en activo (y César tampoco) le permite hacer muchas cosas más e incluso delinquir en pos de la verdad, pero también rescata a su autora de la rutina. “Tenía ganas de salir del procedimental. Estaba ya harta de describir autopsias”, bromeaba Portabales hace unos días en Madrid. Ella confiesa que se lo pasó muy bien escribiéndola, y se nota. Le ocurre lo mismo que a Agatha Christie cuando hablaba de La casa torcida, a la que esta novela remite, y que era la preferida de la escritora inglesa.
Uno de los hermanos, Eduardo (triunfador, vividor, irresponsable) le dice a su cuñada Elvira (casada con el heredero oficial, una mujer de orígenes humildes a la que todos ven como una trepa): “Tranquila, nadie va a hablar. Todos tenemos cosas que esconder. Solo hay que conservar la sangre fría. Tenemos un pacto, recuérdalo”.
Mentiras, secretos y venganza, algunas de una naturaleza bien oscura, son materia prima aquí. El resto, por las condiciones de los relatos de género criminal, se lo dejamos a los lectores. Acérquense a Asesinato en la Casa Rosa si quieren leer buena novela negra.
Asesinato en la Casa Rosa
Lumen, 2025
440 páginas
20,90 euros