Las críticas de teatro de la semana: el fenómeno pop de Dagoll Dagom, un monólogo apabullante y mujeres obreras en el siglo XIX
Los expertos de ‘Babelia’ reseñan los estrenos recientes más destacados
Que Mar i cel es un fenómeno pop de la cultura catalana lo demuestra que muchas personas pueden cantar Les veles s’inflaran sin haber visto nunca el espectáculo. Desde su estreno en 1988, el musical más emblemático de Dagoll Dagom es el ejemplo perfecto de la filosofía de la compañía: una propuesta popular y de creación a partir de un clásico de la literatura catalana. No es necesario imitar a los americanos para triunfar. La obra escrita por Àngel Guimerà en 1888 es una historia de guerra religiosa y amor: la relación imposible entre la cristiana Blanca y el musulmán Saïd, ambientada en un barco de piratas. Dagoll Dagom apostó todas las cartas a la nave y triunfó: el imponente barco diseñado por Isidre Prunés y Montse Amenós sigue siendo la gran estrella del montaje, y domina el escenario con elegancia en madera y fluidez hidráulica. Su entrada en escena, con el contraluz diseñado por Albert Faura, pone los pelos de punta.
Imagínense un día cualquiera saliendo por la puerta de su casa: ¿llevo chaqueta?, ¿hará frío más tarde?, ¿qué me pongo? Las dudas suelen resolverse rápido, pero también puede pasar que una pregunta lleve a otra y el pensamiento se precipite hacia el abismo: ¿y si me compro otra chaqueta?, ¿de verdad tengo que ir?, ¿para qué salir?, ¿esto ya es todo?, ¿ahora?, ¿qué sentido tiene esto? Es el detonante que lleva al protagonista de Hoy tengo algo que hacer a emprender un viaje iniciático en busca de algo que hacer, o más bien una motivación para hacer algo. Por el camino se cruza con albañiles, camareros, barrenderos, taxistas, madres trabajadoras, emprendedores, activistas, hortelanos, eruditos. De todos aprenderá algo.
“Cuando Amparo hablaba, ardía la leña verde”. Sus camaradas de la Fábrica de Tabacos de La Coruña la apodaban La Tribuna, por su elocuencia. Emilia Pardo Bazán la describe como una mujer católica, federalista, republicana y protofeminista, en la primera novela española protagonizada por mujeres de clase obrera. Cigarreras, versión teatral de La Tribuna, escenifica la vida laboral y las circunstancias de alguna de ellas durante el periodo que va desde la Revolución de 1868 hasta la proclamación de la I República. Cinco años en los que Amparo abraza ideas igualitarias mientras lee en voz alta la prensa a sus compañeras, durante la jornada laboral.