Los mejores cómics de septiembre: de la poética de la noche en ‘Nocturnos’ a la era del transhumanismo en ‘Deep me’
Los autores Laura Pérez, Jules Mamone, Marc-Antoine Mathieu, Edgard P. Jacobs y Liam Cobb, entre lo más destacado de las publicaciones recientes
La noche como protagonista omnipresente de una obra coral, donde no es necesario un argumento canónico para sentirse subyugado por la poética de un trazo con el que la autora valenciana se adentra en el misterio de la noche a través de sensaciones y sentimientos. Las miradas y silencios de los personajes de esta obra nos llegan a través de una viñeta que actúa de ventana indiscreta, que nos hace sentirnos ladrones de esas percepciones hasta que advertimos en carne propia que esos ojos nos ven y nos interpelan como parte de esa ...
1. Nocturnos. Laura Pérez. Astiberri.
La noche como protagonista omnipresente de una obra coral, donde no es necesario un argumento canónico para sentirse subyugado por la poética de un trazo con el que la autora valenciana se adentra en el misterio de la noche a través de sensaciones y sentimientos. Las miradas y silencios de los personajes de esta obra nos llegan a través de una viñeta que actúa de ventana indiscreta, que nos hace sentirnos ladrones de esas percepciones hasta que advertimos en carne propia que esos ojos nos ven y nos interpelan como parte de esa fascinación por la nocturnidad, por esa oscuridad llena de magia, dolor, alegría, miedo o tranquilidad. Una obra para dejarse atrapar, coger la mano de la autora para que nos acompañe en este descubrimiento de sinuosas penumbras en las que la imaginación se libera por mil historias diferentes de ese lugar donde solo se permite entrar a la luz de la Luna.
2. La madriguera. Jules Mamone. Liana Editorial.
El trazo y paleta cromática de Femimutancia, pseudónimo de Jules Mamone, es visceral, de una fuerza en apariencia incontenible y poderosa, pero en esta obra que nos habla de la relación con su madre, todo ese torrente de energía se vuelca en un relato catártico e íntimo que llega al lector transmutado en sinceridad desbordada que busca ser envuelta en el abrazo de nuestra lectura. Leer se convierte así en un diálogo con nuestra experiencia, en una puerta abierta a sentimientos que muchas veces hemos querido olvidar, pero que siempre han estado ahí, a la espera del recuerdo.
3. Deep me. Marc-Antoine Mathieu. Traducción de Irene Oliva. Salamandra Graphic.
A lo largo de toda su carrera, Mathieu ha exprimido el lenguaje del cómic hasta límites impensables, experimentando con él en equilibrios imposibles que llevaban a reflexiones complejas. En la primera parte de este díptico se llega al extremo con una aparente sucesión de viñetas en negro, una oscuridad apenas rota por las palabras de Adán, el protagonista, que conecta con ese aislamiento sensorial del protagonista de Johnny cogió su fusil. Una atmósfera cerrada y opresiva que ira dejando paso a preguntas sin respuesta que el lector deberá ir componiendo como un puzle sin referencias, pero que irá creando otras preguntas que resultan de rabiosa actualidad y ponen en tela de juicio el propio sentido de nuestra existencia en la era del transhumanismo.
4. Blake and Mortimer Integral Vol. II. Edgard P. Jacobs. Traducción de Ramón de España. Norma Editorial.
Un clásico absoluto del cómic europeo que llega a las que son, posiblemente, sus entregas más recordadas: S.O.S. Meteoros, La marca amarilla y El enigma de la Atlántida, tres obras que marcan el registro definitivo de una serie que nacía con ecos de la ciencia ficción del cómic de prensa para lanzarse a esa seductora mezcla entre aventura y espionaje que tan hábilmente conformó Jacobs. El trazo limpio pero naturalista, esos textos interminables, la hierática acción de sus protagonistas… pueden ser vistos como defectos o aciertos, pero constituyen una firma única que dota a la serie de una poderosa personalidad que hace la lectura un goce continuo.
5. Lo que les espera. Liam Cobb. Traducción de Manuel Moreno. Libros Walden.
Un recopilatorio de historias cortas que permite conocer por fin la particular habilidad de este autor para el trazo camaleónico, que puede cambiar de una aséptica risografía deudora de Schrauwen a un trazo vitalista y orgánico para adecuarse a las necesidades de unas historias que rompen cualquier expectativa. Ya sea con un Bibendum ejerciendo de lógico crítico gastronómico, el drama en el interior de una tupida jungla o parajes de clima extremo, las narraciones de Cobb se mueven siempre por caminos inesperados, explorando destinos alternativos que no atienden a la lógica para entrar en sugerentes terrenos oníricos donde todo es posible, donde lo absurdo se convierte en implacable ley por la que asoman conclusiones sorprendentes.