Edipo en la Unión Europea
Declan Donnellan dirige una puesta en escena potente, ágil, flexible y actualísima de la tragedia sofoclea, interpretada por un elenco rumano formidable, con el público en escena, de pie y en movimiento constante
Con este singular montaje programado por los Teatros del Canal, Declan Donnellan pone de manifiesto que Edipo rey es a la vez un thriller perfecto, una tragedia abisal y una fábula política para educación de príncipes. El público está en escena, inmerso en la acción, moviéndose a placer entre los actores, sin butaca alguna donde hacer nido. Claudiu Mihail, intérprete de Edipo, interpela a cada espectador con su mirada, a alguno lo abraza y hasta besa a una joven, tras anunciarse que va a ser proclamado re...
Con este singular montaje programado por los Teatros del Canal, Declan Donnellan pone de manifiesto que Edipo rey es a la vez un thriller perfecto, una tragedia abisal y una fábula política para educación de príncipes. El público está en escena, inmerso en la acción, moviéndose a placer entre los actores, sin butaca alguna donde hacer nido. Claudiu Mihail, intérprete de Edipo, interpela a cada espectador con su mirada, a alguno lo abraza y hasta besa a una joven, tras anunciarse que va a ser proclamado rey en su Corinto natal.
Como es su costumbre, el director británico representa sin apenas cambios el texto original, para que Sófocles nos hable al oído. Sin embargo, encarnadas en los admirables actores rumanos del Teatrul National Marin Sorescu, de Craiova, las palabras de hace 2.450 años parecen de ahora y quienes las pronuncian se asemejan a ciertos cargos públicos actuales: sus ambiciones y sus temores nos resultan familiares. También es reconocible su impiedad con el adversario. Obran todos bajo el influjo de urgencias transmitidas admirablemente por sus intérpretes en sus cara a cara con el público, que les abre un pasillo, les sigue, se codea con ellos o bien les divisa desde el estradillo dispuesto por el escenógrafo: Nick Ormerod ha dejado el escenario vacío, salvo por un quirófano, una mesa palaciega y un catafalco que aparecen ocasionalmente.
Mihail conduce la acción con un empuje formidable: su Edipo es un eje de conexión horizontal entre elenco y público, en contrapunto con el rayo fulminante que viene a ser la Yocasta de Ramona Drăgulescu. En esta versión fidedigna, cada actor interpreta a un personaje exclusivamente: son 23. Nadie dobla papeles, al contrario que en las producciones españolas, con elencos precarios: el Teatro Marin Sorescu tiene 35 actores en plantilla y 33 títulos en repertorio, algo inimaginable en España. Es una herencia que los teatros de Europa del Este conservan del antiguo régimen.
Respecto a la pieza sofoclea, Donnellan se ha tomado una sola libertad: ha reducido al mínimo las intervenciones corales, porque en su montaje el público (con algunos actores entremezclados) hace las veces de coro. Hay que aplaudir a los Teatros del Canal por ofrecer nueve funciones de Edipo rey, a razón de dos diarias, ahora que de los montajes extranjeros suelen darse solo dos o tres pases: ojalá cunda el ejemplo. Eso no ha evitado que las localidades se agotaran hace mucho.
‘Edipo rey’. Texto: Sófocles. Dirección: Declan Donnellan. Madrid. Teatros del Canal, hasta el 21 de enero.
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