‘El gos’: algunos perros tienen currículos más interesantes que muchos humanos
Albert Arribas pone en escena el premiado texto de Lluïsa Cunillé: no es muy habitual salir del teatro con más preguntas que respuestas, así que vayan a ver esta obra
Los habitantes de los márgenes se reconocen entre ellos. Primero se olisquean, como un par de perros callejeros, y, si se aceptan, su relación puede durar toda una vida. El azar, la providencia o la admiración mutua hicieron que el mundo de Lluïsa Cunillé colisionara con el de Albert Arribas, hace tres años en la Sala Beckett, donde nos regalaron El jardí, una excentricidad en nuestro previsible panorama teatral. Ahora, el director más radical de Cataluña se vuelve a reunir con la multiprem...
Los habitantes de los márgenes se reconocen entre ellos. Primero se olisquean, como un par de perros callejeros, y, si se aceptan, su relación puede durar toda una vida. El azar, la providencia o la admiración mutua hicieron que el mundo de Lluïsa Cunillé colisionara con el de Albert Arribas, hace tres años en la Sala Beckett, donde nos regalaron El jardí, una excentricidad en nuestro previsible panorama teatral. Ahora, el director más radical de Cataluña se vuelve a reunir con la multipremiada dramaturga con El gos (El perro); Cunillé ganó el año pasado y por tercera vez el prestigioso Premio Born de teatro.
El universo de Arribas está poblado por actores de gran personalidad, que entienden profundamente los textos que interpretan. En El gos, asistimos a la feliz reunión de “los tres Alberts”: Arribas, a la dirección; Pérez y Prat, como protagonistas. Un perro perdido es el detonante que provoca la cita inesperada entre un hombre y un joven, en una noche de tormenta propia de peli de serie B (espacio sonoro de Lucas Ariel Vallejos). El perro ha decidido que estos dos hombres tenían que conocerse, pero hay que recordar que un can puede ser faldero, pastor o incluso PPP (perro potencialmente peligroso). Una alfombra gris sirve de cuadrilátero para el combate dialéctico entre dos seres que se encuentran en tránsito, y que coinciden brevemente en este umbral que es el teatro. El espacio de Silvia Delagneau recuerda a un jardín zen, y un traje puede dar más pistas sobre un personaje que muchas líneas de texto.
El veterano Albert Pérez dota de un aire de misterio a ese hombre de mirada triste, y Albert Prat nos vuelve a demostrar que es un gran actor
El veterano Albert Pérez dota de un aire de misterio a ese hombre de mirada triste, y Albert Prat nos vuelve a demostrar que es un gran actor. Si en el diálogo inicial nos hace quererlo y temerlo a partes iguales, en el monólogo que cierra el espectáculo nos regala un recital interpretativo. Los perros no tienen siete vidas como los gatos, pero algunos tienen currículos más interesantes que muchos humanos. Suele decirse que los perros se parecen a sus amos: a menudo los papeles son totalmente intercambiables. No es muy habitual salir del teatro con más preguntas que respuestas, así que háganme el favor de ir a La Gleva y no se pierdan El gos. Apunte final: a partir del 9 de enero, Arribas volverá a coincidir con Cunillé en Al contrari!, en la Sala Atrium. Ya se lo contaremos.
El gos
Texto: Lluïsa Cunillé. Dirección: Albert Arribas.
Intérpretes: Albert Prat i Albert Pérez.
Teatro La Gleva. Barcelona. Hasta el 14 de enero
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