Las críticas de teatro de la semana: un diálogo con la inteligencia artificial, un clásico del siglo XX y una comedia surgida de un salón

Los expertos de ‘Babelia’ reseñan los estrenos más destacados de la semana

Una escena de la obra 'Una isla', en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid.Leafhopper (Blanca Galindo & David Simon)

El espectáculo Una isla comienza con la advertencia de que ha sido creado con la ayuda de inteligencia artificial. Suponemos entonces que quiere mostrarnos lo que pueden hacer las máquinas en el ámbito artístico y responder a una de las grandes preguntas que torturan a la humanidad desde los tiempos de Asimov: ¿puede un robot crear una obra de arte? Pero a medida que transcurre la función vemos que lo que se busca en este caso no es hasta dónde pueden llegar las computadoras, sino cómo son o pueden llegar a...

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El espectáculo Una isla comienza con la advertencia de que ha sido creado con la ayuda de inteligencia artificial. Suponemos entonces que quiere mostrarnos lo que pueden hacer las máquinas en el ámbito artístico y responder a una de las grandes preguntas que torturan a la humanidad desde los tiempos de Asimov: ¿puede un robot crear una obra de arte? Pero a medida que transcurre la función vemos que lo que se busca en este caso no es hasta dónde pueden llegar las computadoras, sino cómo son o pueden llegar a ser sus procesos de creación. Y eso es lo realmente interesante.

Cuenta la leyenda que el texto Our Town se representa todos los días en algún teatro de los Estados Unidos. Thornton Wilder ganó el Premio Pulitzer en 1938 por esta obra que retrata la vida de la ciudad ficticia de Grover’s Corner combinando el retrato sociológico con la reflexión metafísica. Muy influenciado por los postulados del teatro épico de Bertolt Brecht, el autor sitúa la acción en un teatro y da al narrador el papel de regidor, mostrando y comentado al mismo tiempo los entresijos de la escena. Ferran Utzet dirige una compañía de quince actores y Llàtzer Garcia firma una acertada dramaturgia, a partir de la traducción al catalán de Víctor Muñoz Calafell.

Hace una década, Estel Solé compuso Animals de companyia, comedia escrita a partir de improvisaciones. Como nadie quiso estrenarla, la interiorista Bárbara Aurell la acogió en el comedor de su casa. Otros la imitaron: durante un año, la función se hizo en pisos, en albergues y hasta en un castillo. Luego giró por América. Solo entonces pudo estrenarse en sendos teatros de Barcelona y la crítica la bendijo. Ahora, esta opera prima teatral se estrena en castellano en Madrid. Es una producción nueva que poco tiene que ver con aquella, tan recogidita, presentada en el hoy cerrado Club Capitol, donde la escenografía (un salón comedor hecho a base de palés: puro arte povera) servía de apoyo a una interpretación decidida, con momentos en los que el contacto físico se resolvía en estallidos violentos.

'Una isla', de Agrupación Señor Serrano

La Agrupación Señor Serrano dialoga con las máquinas en un espectáculo de gran belleza plástica pero simple en su dramaturgia. Crítica de Raquel Vidales.

'La nostra ciutat', de Thornton Wilder

La obra del estadounidense Thornton Wilder habla de la vida cotidiana, del amor y de la muerte, y cobra especial interés en su tercer y último acto, el que ha convertido este texto en un clásico. Crítica de Oriol Puig Taulé.

'Animales de compañía', de Estel Solé

Estel Solé, actriz, poeta y dramaturga, estrena por fin en Madrid ‘Animales de compañía’, una muy exitosa comedia ligera sobre el instinto gregario de la especie humana, con dirección de Fele Martínez. Crítica de Javier Vallejo.

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