‘Vértigo’, la transición vital de Rigoberta Bandini
Tras llegar a la recta final de Eurovisión, la cantante reedita en versión revisada su debut como escritora, una autoficción donde relata su crisis de la treintena. ‘Babelia’ adelanta el comienzo del volumen, que sale a la venta este jueves
Querida lectora:
Cuando inicies este viaje te darás cuenta de que el género epistolar me resulta adictivo. Quizás es porque de pequeña sentía una gran fascinación por los Reyes Magos, concretamente por la carta que les enviaba cada año. Cuando me contaron que toda esa magia era un invento, lloré muchísimo. Dije que ya no quería hacer la comunión, que ya no quería pertenecer nunca más a ese circo de las medio verdades medio mentiras. Y así es como, tremendamente enfadada, puse fin a una primera parte de mi infancia. Lo que tienen en común ese momento y el relato de este librito que tiene...
Querida lectora:
Cuando inicies este viaje te darás cuenta de que el género epistolar me resulta adictivo. Quizás es porque de pequeña sentía una gran fascinación por los Reyes Magos, concretamente por la carta que les enviaba cada año. Cuando me contaron que toda esa magia era un invento, lloré muchísimo. Dije que ya no quería hacer la comunión, que ya no quería pertenecer nunca más a ese circo de las medio verdades medio mentiras. Y así es como, tremendamente enfadada, puse fin a una primera parte de mi infancia. Lo que tienen en común ese momento y el relato de este librito que tienes entre las manos es que ambos han sido transiciones vitales muy importantes para mí. Recuerdo perfectamente el color, olor y material de la puerta con la que considero que abandoné mi primera infancia y, posteriormente, mi primera juventud. Y recuerdo el vértigo que sentí al atravesarlas.
En octubre de 2018 le envié una nota de voz a Marta diciéndole que había estado escribiendo algo que me gustaría publicar. Su respuesta fue un “sí” tan rotundo que nos pusimos a trabajar enseguida. Marta y yo nos conocemos desde que íbamos al colegio. Ambas escribíamos nuestros propios textos para una red social llamada Fotolog y nos admirábamos la una a la otra por esa faceta literata. Cuando nos lanzamos a la aventura de autoeditar, ella venía a mi casa a menudo y leíamos las partes nuevas, las viejas, las que no servían de nada… Fue un proceso paralelo a un duelo real y eso me resultó muy terapéutico.
Cada día cuando me sentaba a escribir pensaba en Carmen Martín Gaite y en su maravillosa novela Lo raro es vivir, en cómo un libro puede acompañarte, arroparte, comprenderte. Me decía: solo con que estas palabras consigan una diminuta parte de lo que consiguió Carmen conmigo, ya habrá valido la pena. Ella hablaba del duelo hacia una madre y yo intentaba descifrar qué se siente en el duelo de una ruptura. Cuando decides poner fin a una relación no solo estás despidiéndote de esa persona, sino también de ti misma. Yo sentía en lo más profundo de mi ser que aquello no era solamente un cambio a nivel sentimental, sino a muchos niveles. Es en esta crisis donde empecé a componer canciones como una loca. También comencé a entrar en contacto con la meditación, la visualización, el cambio desde dentro. Después de Too many drugs llegó el espíritu y llegaron estas palabras.
Han pasado ya casi cuatro años de todo esto y sigo reconociéndome en este librito. Porque por mucho que mi vida haya dado un giro de ciento ochenta grados, una nunca deja de estar perdida. Leo estas páginas y me ayudan a quererme, a entenderme, a aceptar la velocidad con la que cambia todo. Por un lado es fascinante, por otro lado me pone nostálgica.
Antes tenía un nombre y ahora tengo dos. Antes escribía para mis amigas y ahora escribo para muchas más personas. Antes quería ser soltera y ahora tengo una familia. (...) No podemos adelantarnos a lo que la propia vida nos tiene preparado
Hay una persona que fui que ya nunca más seré. Y ahora que soy madre esta sensación se multiplica. Ver crecer a mi hijo es un espejo. Me da la sensación de que veo la vida en slowmotion. Plantas una semilla y enseguida es un árbol cuyas hojas ya no puedes tocar ni con las manos ni con los ojos. Antes tenía un nombre y ahora tengo dos. Antes escribía para mis amigas y ahora escribo para muchas más personas. Antes quería ser soltera y ahora tengo una familia. Me siento afortunada de haber podido asumir todos los acontecimientos que han sucedido en los últimos tres años. No podemos adelantarnos a lo que la propia vida nos tiene preparado.
Quién me iba a decir que la música sería mi gran paloma mensajera para todas esas palabras que quería hacer llegar al mundo. Me siento muy agradecida. Poder reeditar este libro, Vértigo, con una editorial tan grande es muy emocionante para mí. Sobre todo, porque me parece un homenaje a las cosas hechas porque sí, ya que nadie me pidió escribirlo, nadie le dijo a Marta que creara una editorial... lo único que hizo falta fue decírnoslo a nosotras mismas. Pese a nuestra absoluta escasez de medios para la promoción del libro, desde que lo publicamos nos empezó a dar muchas alegrías. Lo compraron amigos de amigos de amigos hasta llegar a ser un pequeño grupo de gente que no conocíamos y nos escribía mensajes preciosos. En ese momento yo no estaba nada acostumbrada a abrirme en canal con personas desconocidas y este libro fue un simulacro de todo lo que vendría después.
Ahora con perspectiva veo que necesité retratar ese salto al vacío, como si mi cuerpo supiera la magnitud del cambio que me esperaba al otro lado. Y qué bien haber llorado, haberme confundido, no haber entendido nada. Porque de esa crisis salieron estas páginas y de esa crisis también salieron muchas de las canciones que me han cambiado la vida. Rigoberta ya es una parte de Paula. Rigoberta siempre ha estado en mí. Rigoberta somos un poco todas. Parece un anuncio de Navidad, pero es el prólogo de este libro que te has comprado o te han regalado o prestado. Quiero decirte, querida lectora, que espero que disfrutes de este relato y que consigas sentirte identificada con la protagonista que ya no sé si es Paula, Rigoberta o mi prima segunda. Espero que te haga reír y llorar, que te acompañe un poquito en el camino. Y sobre todo, espero que te dé esperanza y confianza en la vida porque incluso en los momentos en los que nos sentimos más desconectadas de nosotras mismas, hay que confiar.
PAULA
P.D.: Si eres un lector ofendido porque me dirija a ti en femenino, puedes dejar el libro en una estantería o puedes empezar a comprender que me dirijo a todas las personas lectoras y no tengo nada en contra tuyo. Tan solo estoy haciendo uso de una herramienta más para nuestro camino hacia la igualdad.
Vértigo
Autora: Rigoberta Bandini.
Editorial: Aguilar, 2022. A la venta el 7 de abril.
Formato: tapa blanda (92 páginas, 17 euros) y e-book (6,64 euros).
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