Astros y promesas: una selección del mejor jazz reciente
De lo último de leyendas como John Zorn y Steve Coleman al ímpetu de las pujantes Marta Sánchez y Melissa Aldana, un inventario de las mejores novedades del género
El aluvión de novedades jazzísticas en los últimos tiempos confirma dos cuestiones. Por un lado, que se publica demasiado y que resulta muy difícil estar al tanto de lo más nutritivo, musicalmente hablando. Por otro, que acercando la lupa descubrimos novedades de enorme interés y relevancia, aunque muchas queden enterradas en un mercado saturado. El mejor sitio para comenzar un paseo por el jazz actual es Nueva York, epicentro ideológico del género. Y dentro de este, otro epicentro: el club Village Vanguard, auténtica meca del jazz en la que el saxofonista Steve Coleman ha registrado su último...
El aluvión de novedades jazzísticas en los últimos tiempos confirma dos cuestiones. Por un lado, que se publica demasiado y que resulta muy difícil estar al tanto de lo más nutritivo, musicalmente hablando. Por otro, que acercando la lupa descubrimos novedades de enorme interés y relevancia, aunque muchas queden enterradas en un mercado saturado. El mejor sitio para comenzar un paseo por el jazz actual es Nueva York, epicentro ideológico del género. Y dentro de este, otro epicentro: el club Village Vanguard, auténtica meca del jazz en la que el saxofonista Steve Coleman ha registrado su último disco, Live at the Village Vanguard Volume II. Grabado con una formación ligeramente diferente a la del primer volumen —el rapero Kokayi sustituye al guitarrista Miles Okazaki—, Coleman vuelve al Vanguard con uno de sus más potentes discos en directo. Es sorprendente cómo un universo tan hermético como el del saxofonista sigue creciendo y sonando completamente moderno tanto tiempo después de sus primeros pasos en los ochenta. Su música es tan enrevesada como magnética, llena de polifonías en las que uno no puede dejar de cabecear al ritmo de la banda, que no da tregua.
Tan grande como Coleman es otro saxofonista alto neoyorquino, John Zorn, que casi 30 años después del nacimiento de su célebre cuarteto Masada publica ahora New Masada Quartet. Con una formación completamente nueva, en la que destacan el arrollador guitarrista Julian Lage y la rítmica compuesta por el contrabajista Jorge Roeder y el baterista Kenny Wollesen, Zorn reinventa Masada y le da un carácter más contemporáneo y accesible, sin perder la esencia original del proyecto, que aúna tradición judía y jazz avanzado.
A Nueva York se fue también hace unos años la excelente pianista madrileña Marta Sánchez, que, después de un buen puñado de buenos álbumes, acaba de publicar el que quizá sea su mejor título hasta la fecha, SAAM (Spanish American Art Museum). Acompañada de un sólido grupo, con solistas como Román Filiú o Alex LoRe, e invitados del calibre de Ambrose Akinmusire o Camila Meza, Sánchez firma un trabajo maduro y profundo en el que sus composiciones son tan importantes como su piano. Como sucede con Sánchez, el ascenso de la saxofonista chilena Melissa Aldana tiende a enarbolarse como la prueba de que el machismo en el jazz es, a estas alturas, algo residual. Sin embargo, quizá sea al revés: si Aldana no fuese mujer, es razonable pensar que su ascenso habría sido más meteórico, porque hablamos de una saxofonista portentosa. El nuevo álbum de Aldana, 12 Stars, con el que estrena flamante contrato con Blue Note, documenta su elocuencia como solista, que lleva la herencia de referentes como Joe Lovano o Mark Turner al siglo XXI como nadie en la escena norteamericana.
Otra ciudad clave es Chicago, que sigue teniendo una de las plantillas jazzísticas más potentes del mundo. Allí se grabó lo último de Rob Mazurek: Father’s Wing, uno de los mejores discos que han salido en lo que va de año, en el que el trompetista se acompaña del baterista Chad Taylor, el noruego Ingebrigt Haker-Flaten (contrabajista de Atomic o The Thing, entre otros) y la extraordinaria pianista Kris Davis, para un viaje sónico que nos lleva desde la tradición de África hasta el futuro del jazz, de lo espiritual a lo cerebral, con un pulso y una visión fascinantes. Aunque grabado en Estados Unidos, el álbum de Mazurek se ha publicado en un sello europeo, Rogue Art, que documenta como pocos lo más interesante de la escena actual.
Otro que se nutre de lo mejor, tanto europeo como norteamericano, es el suizo Intakt, cuyo catálogo no deja de producir obras colosales, como el nuevo álbum del británico Alexander Hawkins, Break a Vase. Aun con una perspectiva renovada, el pianista se apoya en colaboradores habituales como el contrabajista Neil Charles, el guitarrista Otto Fischer o el saxofonista Shabaka Hutchings, ahora muy popular gracias a bandas como The Comet Is Coming o Sons of Kemet, aunque lleva muchos años actuando y grabando en los proyectos de Hawkins, con quien también comparte atril en los grupos de los legendarios Mulatu Astatke y Louis Moholo. El disco presenta música muy dinámica, con un gran componente rítmico en varias piezas, un lenguaje muy libre y desarrollos brillantes que dejan claro por qué Hawkins es uno de los grandes músicos europeos de la actualidad. Y también uno de los mejores pianistas.
Hablando de Europa, no es posible eludir la majestuosa sombra del sello alemán ECM, que acaba de publicar el nuevo álbum de uno de sus artistas más recurrentes en los últimos años: el israelí Avishai Cohen. Grabado el pasado septiembre en la Provenza francesa, Naked Truth es un álbum diferente en la producción del trompetista, en el que, partiendo de un breve motivo musical que le rondó durante meses, él y sus músicos improvisan y desarrollan una preciosa suite en nueve partes, breve, reflexiva y delicada, mostrando otra cara de la improvisación: la que atiende primordialmente a la melodía y la creación de un ambiente.
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