Las mejores canciones de 2021

De C. Tangana, Zahara y Natalia Lafourcade a Yves Tumor, Sharon Van Etten y Angel Olsen, los críticos musicales de ‘Babelia’ escogen los temas más destacados de 2021 en todos los estilos

De izquierda a derecha, Sharon Van Etten y Angel Olsen (‘Like I Used To’), Yves Tumor (‘Jackie’) y Zahara (‘Merichane’).JAGJAGUWAR / FILMMAGIC (GETTY IMAGES) / EUROPA PRESS

El primer sencillo de adelanto de Call Me If You Get Lost, el imperial álbum de Tyler, The Creator, fue esta barbaridad. Desquiciado, paranoico, caótico y dislocado, Lumberjack logra que pasen tantas cosas en apenas dos minutos que, una vez terminada la canción, el primer impulso es volver a ponerla, pues seguro que te has perdido algo. Trotando sobre un único pero industrioso acorde, Tyler nos recuerda que una vez fue un gran rapero. Con un flow basado en esforzarse mucho pa...

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Tyler, The Creator – ‘Lumberjack’

El primer sencillo de adelanto de Call Me If You Get Lost, el imperial álbum de Tyler, The Creator, fue esta barbaridad. Desquiciado, paranoico, caótico y dislocado, Lumberjack logra que pasen tantas cosas en apenas dos minutos que, una vez terminada la canción, el primer impulso es volver a ponerla, pues seguro que te has perdido algo. Trotando sobre un único pero industrioso acorde, Tyler nos recuerda que una vez fue un gran rapero. Con un flow basado en esforzarse mucho para que parezca que no se está esforzando lo más mínimo, el excomponente de Odd Future entrega otro corte que es como un currículo. Por debajo, ruido, gritos, conversaciones paralelas y bromas por terminar. Un maravilloso follón. XAVI SANCHO

Sprints – ‘How Does The Story Go?’

Arrepentirse de haber sido indie y maldecir a todos los que lo fueron (y, sobre todo, con los que te juntabas) ha sido una de las tendencias de este año. Y uno, al oír todas esas historias de desengaño, frustración, impostación y falta de sexo, solo espera que quienes las emitan sean lo suficientemente felices como para no contar todo eso solo para convencerse de que son ahora más felices, mejores personas, máquinas sexuales, estrellas en Twitter y alrededores, que en aquellos sombríos tiempos en los que casi perdemos para siempre el concepto de juventud. Sprints es un joven combo irlandés que fabrica indie abrasivo, con su troque de grunge, su poco de post-punk y un deje muy a la moda por recitar sus letras. Aquí, sobre un riff ubicado justo en la triple frontera en que se encuentran Breeders, Blur y Nirvana, cuentan que no están bien, que están perdiendo el tiempo, que quieren irse a casa, que... ¿quién es toda esta gente que hay en la casa? Es un pequeño himno, de aquellos que importan mucho a muy poca gente. “¡Juro por dios que soy la única gilipollas en este sitio que no se encuentra bien!”, se desgañita Karla Chubb en el estribillo. Para ser feliz no hace falta estar contento. X. S.

Simone Felice, líder de The Felice Brothers.

The Felice Brothers – ‘To-Do List’

Crecieron en las montañas Catskills, en el Estado de Nueva York, el mismo lugar donde The Band se refugió para grabar sus primeras canciones. Algo de ese espíritu campestre y forajido debió quedarse en el ADN de The Felice Brothers, una banda heredera del legado de aquel folk bastardo y pudoroso, que aúna sonidos raíces y primitivos con un arrojo rockero. Tras casi dos décadas de carrera, este año han sacado un disco que les reafirma como una de las más grandes bandas norteamericanas menos conocidas y más fascinantes del siglo XXI. Esta canción lleva todas sus señas de identidad: guitarras pantanosas, coros de asaltadores de trenes y ganas de tocar como si fuera el último día en la tierra. FERNANDO NAVARRO

Zahara – ‘Merichane’

Puta, el mejor disco en la carrera de Zahara y una de las grandes obras del año musical español, tuvo esta canción de adelanto. Una bomba contra los cimientos del patriarcado, un repaso vital en primera persona a corazón abierto y un éxtasis sonoro de pop industrial y bailable, que la elevó a una nueva dimensión artística. La dimensión de una compositora y cantante de primer nivel, referente ya para una generación. Tan dura como adictiva, Merichane, la puta de Úbeda, es ya una canción dueña de su tiempo y un personaje que sirve para reclamar el lugar justo e igualitario que propone la lucha feminista. F. N.

Robe – ‘Segundo movimiento: mierda de filosofía’

“Mierda de filosofía, me iría, me ahoga. / Dime si tú te vendrías, y el día, y la hora”. Después de casi dos años con el mundo caminando con las piernas temblorosas, Robe Iniesta quiso dejar su manifiesto de estos tiempos desasosegantes. Su tercer disco, Mayéutica, llegó en abril como una demoledora sinfonía de 44 minutos conectada por un cordón filosófico con la gran obra de Extremoduro, La ley innata, de 2008. El álbum se vendió como la segunda parte de aquel disco. Se trata de una obra que debe escucharse como lo que es: una unidad. Pero si se quiere un resumen de ella lo mejor es agarrarse a este Segundo movimiento: mierda de filosofía. Rock progresivo de hoy, furioso y romántico a la vez. Una canción vibrante diferente a todo. CARLOS MARCOS

De izquierda a derecha, Diego Moreno, Antonio Carmona, C. Tangana, La Húngara, Israel Fernández y Nathy Peluso, en los Grammy Latinos en noviembre de 2021 en Las Vegas.Kevin Winter (Getty Images)

C. Tangana y Antonio Carmona – ‘Me maten’

Nos dimos cuenta de la dimensión planetaria de Rosalía cuando la vimos en fiestas con el clan Kardashian. El salto al estrellato mundial de C. Tangana fue menos estrambótico: en un selecto programa, Tiny Desk, de la cadena pública estadounidense NPR. Allí estrenó esta canción mágica, que te saca una sonrisa nada más comenzar y que demuestra el buen momento que vive el madrileño. Una juerga de sobremesa, con botella de anís y copitas a la vista. Una quincena de personas dando palmas, golpeando la mesa, cantando, sonriendo. Alizzz, Kiko Veneno, La Húngara y el clan Carmona (mucho más saleroso que el Kardashian), con Antonio a la cabeza, al servicio de una rumbita sobre la importancia de ser fiel a los que siempre están ahí. La culminación de un artista que está modernizando la música de raíz española. C. M.

Yves Tumor – ‘Jackie’

Era verano cuando el músico americano sorprendía con una canción eminentemente rock (el peso de la guitarra eléctrica, las rocosas texturas, el espíritu grunge) y, sin embargo, telúrica y nada nostálgica. ¿Será por la voz, tratada y distante? ¿O porque Yves Tumor vino del futuro y entonces todas sus piezas ya nos saben a lo que está por venir? Jackie reconcilia con las guitarras a muchos de los que ya estábamos en otra cosa. Con el videoclip, bosque galáctico y burdeos sobre la tragedia de un mal amor (“No estoy durmiendo / Me niego a comer”, canta Tumor), uno alcanza el clímax total. BEATRIZ G. ARANDA

El cantante James Blake, en la portada de su nuevo disco, 'Friends That Break Your Heart'.

James Blake feat. SZA – ‘Coming Back’

El problema con las canciones en idiomas ajenos es que en la escucha se pierde parte de la gracia: el significado se transforma en significante. Con esta canción, parte del regreso de Blake en 2021 con un notable quinto disco, conviene hacer el ejercicio de profundizar en la letra: los versos, que encajan suavemente en una pegadiza melodía, cuentan que los sentimientos verdaderos son casas que uno decide libremente habitar o alquilar para volver a ellos más adelante. Para sujetar tanta trascendencia, bastan un luminoso piano y las sentidas interpretaciones de Blake y SZA. Una gozada. B. G. A.

Chill Mafia – ‘Gazte Arruntaren Koplak’

En los setenta, el cantautor Xabier Lete publicó Gizon arruntaren koplak, o Las coplas del hombre corriente, canción que describía un día de un hombre anónimo. En los ochenta, Hertzainak, pioneros del rock radical vasco, parecieron inspirarse en él para el tema homónimo en el que se presentaban. Y este año, Chill Mafia, un colectivo rapero pamplonés tan revolucionario en fondo y forma como lo fueron los cantautores y el RRV en su momento, lo transformaron en Gazte Arruntaren Koplak, o Las coplas del joven corriente. Una versión que produce la emocionante sensación de que algo grande se cuece en el norte. ÍÑIGO LÓPEZ PALACIOS

Damon Locks & Black Monument Ensemble – ‘The Body Is Electric’

La canción empieza como una conversación sobre la importancia de ser conscientes del aquí y el ahora, lugar desde el que entender mejor el pasado y proyectar el futuro de modo más responsable. Desde lo colectivo. Y desde ahí se construye un diálogo coral entre músicos y voces, que suena casi como un alegato, situado entre el jazz improvisado, el soul y la voluntad de creer en ese futuro común. “El cuerpo es eléctrico, está vivo con vida”, dice la canción. Todo es movimiento. ÁLEX SÁNCHEZ

Moor Mother, durante un concierto en el festival Primavera Club (Barcelona), en 2019.Dani Canto

Moor Mother – ‘Made a Circle’

Hay menos violencia explícita en el sonido del nuevo trabajo de Moor Mother que en sus anteriores entregas. Con todo, su disco Black Encyclopedia of the Air llega a las mismas cotas de intensidad desde un reposo que al principio se hace extraño y luego cala hondo. Es un disco de hip hop concreto y abstracto, donde lo old school y lo contemporáneo conviven sin complejos. Y buena cuenta de ello da aquí la propia Moor Mother junto a Nappy Nina, Maassai, Antonia Gabriela y Orion Sun. A cinco voces, construyen uno de los cortes más sobrios del álbum, de flow imparable y mensaje incontestable. “Pero ¿escucharemos? / No escuchamos”. Á. S.

Cristian de Moret – ‘Meteoro’

¿Cuánto se puede retorcer un cante flamenco —pongamos, nada menos, que una toná de trilla— sin que deje de serlo? A esta falsa paradoja de sorites (cuya solución moviliza más herramientas sociológicas que musicológicas) se ha lanzado a jugar Cristian de Moret en uno de los temas más singulares de su extraordinario disco Supernova: una toná acompañada al piano bajo un esquema de balada jazzística con una armonía que hace mutar melódicamente la toná desdibujando algunos de sus rasgos pero manteniendo aquellos otros que permiten mantener la tensión y el sentido funcional del cante. Todo un hallazgo. CARLOS GARCÍA SIMÓN

James Brandon Lewis – ‘Jesup Wagon’

En el tema que da título a uno de los grandes discos del año, Lewis y su extraordinario Red Lily Quintet miran al pasado desde el futuro, y viceversa: el blues, los ritmos de Nueva Orleans o el free jazz se unen en un tema vibrante que florece a partir de la tradición afroamericana, pero que suena totalmente contemporáneo. Si el jazz tiene futuro, es impulsado desde su propia historia. Después de varios años siendo una promesa en ciernes, el saxofonista logra con Jesup Wagon su primera obra maestra y se convierte, ahora sí, en voz imprescindible de su generación. YAHVÉ M. DE LA CAVADA

La cantante mexicana Natalia Lafourcade, en junio de 2021.Maureen M. Evans

Natalia Lafourcade con Rubén Blades y Mare Advertencia – ‘Tú sí sabes quererme’

En 2017, en el excelente disco Musas Vol. 1., Natalia Lafourcade incluyó Tú sí sabes quererme, un hermoso son jarocho cuya letra es, en palabras de su autora, un homenaje al amor valiente y libre. En 2021, Lafourcade ha retomado esa vibrante pieza para regrabarla con su compatriota Mare Advertencia, rapera, feminista y activista social, y con Rubén Blades, rey de todas las salsas. Con tal gozoso acompañamiento, la canción ha traspasado fronteras y estilos en un singular encuentro de búsquedas y hallazgos. JAVIER LOSILLA

Céline Banza – ‘Départ’

“Y aunque te vayas retomaré mi camino / No es lo que quiero, pero no me da miedo intentarlo”. La congolesa Céline Banza canta así en esta composición procedente de su debut, Prefatio. Interpretada en ngbandi, la lengua materna de su autora, la canción participa del contrapunto en francés que aporta el rapero Youssoupha. Départ no se inscribe en el agitado universo del soukous, sino que transita por una senda en la que los ecos africanos se enredan con el folk, el blues y el soul. A fin de cuentas, Banza se mueve en la misma onda sonora que Lokua Kanza. J. L.

Sharon Van Etten & Angel Olsen – ‘Like I Used To’

Volver a dormir hasta tarde. Volver a bailar solo. Volver a enamorarse. A eso invitan los versos de la segunda colaboración entre Van Etten y Olsen tras su versión de Femme Fatale. Se publicó en mayo y, más que como una oda al esforzado renacimiento que suele llegar tras el desamor, terminó sonando como la banda sonora ideal para la vuelta a la normalidad en el mundo pospandémico, que entonces quisimos definitiva. Habrá sido el dúo femenino del año, con permiso de Taylor Swift y Phoebe Bridgers en Nothing New. Contiene buen gusto al cuadrado, la épica de una power ballad que tiene la elegancia de no estallar y el realismo sucio de Bruce Springsteen: a lo lejos, hasta se oyen los ecos de su Born to Run. Ellas nacieron para ir más despacio, pero a un paso cada vez más firme. ÁLEX VICENTE

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