Una valla publicitaria por hogar

En la novela de María José Ferrada ‘El hombre del cartel’, un trabajador decide abandonar su casa e irse a vivir al cartel de Coca-Cola

Dos operarios preparan una valla publicitaria.PACO PUENTES (EL PAIS)

La nueva novela de la escritora chilena María José Ferrada, El hombre del cartel, puede leerse como una obra de ficción, pero también como una alegoría. Incluso como un poema en prosa. Sin embargo, esta narración tiene una línea argumental y un principio y un final (como también lo tienen algunos de los grandes poemas en prosa de la literatura universal). Y sobre todo tiene una manera de entender la escritura, como entidad en sí misma y co...

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La nueva novela de la escritora chilena María José Ferrada, El hombre del cartel, puede leerse como una obra de ficción, pero también como una alegoría. Incluso como un poema en prosa. Sin embargo, esta narración tiene una línea argumental y un principio y un final (como también lo tienen algunos de los grandes poemas en prosa de la literatura universal). Y sobre todo tiene una manera de entender la escritura, como entidad en sí misma y como vehículo de la historia que vamos a leer. O escuchar, que también.

Un día, un hombre llamado Ramón decide abandonar su hogar e irse a vivir al cartel publicitario de Coca-Cola que hay cerca de su distrito (o villa como se denomina en la novela). Allí instala su nueva vivienda. Él trabaja en la empresa que protege estos carteles del vandalismo habitual en la zona. En su casa, una comunidad de vecinos, quedan su mujer, que regenta una tienda, su cuñada Paulina y su sobrino Miguel, el narrador de esta historia. Las razones que llevan a Ramón a tomar esta trascendental decisión son varias, también podría ser que se redujeran a una sola: ver a los hombres desde arriba y sentirse él mismo un ave y esperar a descubrir que la gente que lo rodea también pueden ser aves. También no es menor la oportunidad que tiene de ver las estrellas más cerca que el resto de los mortales allá abajo. De ver las montañas que encierran el paisaje que lo rodea. También se puede decir que Ramón está cansado de vivir encerrado en un piso donde sus vecinos muestran muy poco interés por los paisajes imposibles. También, de manera un tanto más prosaica, se podría decir que está cansado de hacer siempre lo mismo en su trabajo. Ahora no tiene que hacerlo, la empresa le permite ocupar ese espacio como vivienda a cambio de que siga vigilando. Por el momento lo que más vigila es el cielo. Pero también se podría decir que Ramón tiene una razón poética, de justicia poética.

El hombre del cartel se aproxima mucho a la idea que tenía Italo Calvino de levedad en la narrativa. Quitar ese peso de gravedad tonal innecesaria que suele lastrar tantas historias. Hágame caso, lector, entre en este libro.

El hombre del cartel 

Autor: María José Ferrada.


Editorial: Alianza Literatura, 2021.


Formato: tapa blanda (160 páginas. 16 euros) y e-book (10,99 euros).

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