Revolución en la intimidad
El poeta malagueño Rafael Saravia delimita en su libro más reciente un camino propio, muy personal
El amor es un sentimiento que a veces se enreda, de modo inevitable, en la voluntad y se convierte en un vector casi exclusivo de un periodo de la existencia. Esa es la base sobre la que Rafael Saravia (Málaga, 43 años) arma Vena Amoris, su sexto libro de poemas, estructurado en dos grandes capítulos: ‘Cafuné’ y ‘Revolución’. La “vena del amor” de la cultura clásica dando sentido a cada pequeño acto, flotando sobre los viajes y sobre espacios urbanos o rurales: la ciudad de León, presente, de manera dir...
El amor es un sentimiento que a veces se enreda, de modo inevitable, en la voluntad y se convierte en un vector casi exclusivo de un periodo de la existencia. Esa es la base sobre la que Rafael Saravia (Málaga, 43 años) arma Vena Amoris, su sexto libro de poemas, estructurado en dos grandes capítulos: ‘Cafuné’ y ‘Revolución’. La “vena del amor” de la cultura clásica dando sentido a cada pequeño acto, flotando sobre los viajes y sobre espacios urbanos o rurales: la ciudad de León, presente, de manera directa o sugerida, en varios poemas (“Tú sabes, León / que la estrechez no define las jaulas y sus vacíos”); los pueblos chilenos de Los Vilos o Monte Patria, o Tánger, entre otros lugares con nombre propio marcando la agenda de la vida. ‘Cafuné’ es un término portugués no traducible al castellano, aunque remite a la caricia suave, a la seducción y a la dependencia emocional. Esa calidad se contagia al poema, que avanza en delicados meandros a través de un verso libre amigo del encabalgamiento y de las rupturas, que oscila entre la imagen imprevista y las torceduras del lenguaje, modificando el sentido de algunas expresiones (“no heride el lugar”, “residencia del respiro”) o alumbrando otras que aportan desconcierto (“ejecutar resquicios”, “la llorez”).
La segunda parte, ‘Revolución’, es un mosaico de textos en prosa poética con los que afirma una ética en la que lo colectivo es conducido hacia la intimidad. En ese proceso se advierte una hebra de escepticismo, asoma la retórica de las revoluciones imposibles y una confianza sin fisuras en el papel del arte (de la poesía) en la conformación de la conciencia (Brodsky al fondo). Es la del poeta una revolución “que conjuga la complicidad de las minorías”. Saravia, que en sus primeros libros mostraba huellas de las poéticas de Gamoneda y cierta propensión a la expresión imaginativa con tendencia a la verbosidad, define en este libro una clara vocación de estilo y rasgos de asentamiento y madurez, delimitando un camino propio, muy personal. Y valiente. Un poeta no realista que bordea el abismo. Con mucha cautela: no en vano estamos ante una revolución, escribe, “compañera del poco a poco”.
Vena Amoris
Eolas. León, 2020.
72 páginas. 16 euros.
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