Agonía y resurrección del ‘best of’
Regalo navideño por definición, el álbum de grandes éxitos siempre ha sido un formato controvertido. El ‘streaming’ amenazó con acabar con él, pero varias novedades demuestran que es pronto para enterrarlo
En 2016 se anunció su próxima defunción. En 2017, se certificó. En 2018 ya era solo otra broma del pasado. En 2020 ha renacido. La agonía, muerte y resurrección del álbum de grandes éxitos ha sucedido a tal velocidad que antes de poder celebrar o llorar su muerte estamos tratando de entender los motivos de su vuelta a la relevancia. Formato basado en la comodidad y regalo navideño a la altura de una corbata o unos calcetines, el álbum de grandes éxitos siempre ha sido un formato controvertido. Unos lo aman por ser la mejor y más rápida forma de introducirse en la música de un artista. Otros, p...
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En 2016 se anunció su próxima defunción. En 2017, se certificó. En 2018 ya era solo otra broma del pasado. En 2020 ha renacido. La agonía, muerte y resurrección del álbum de grandes éxitos ha sucedido a tal velocidad que antes de poder celebrar o llorar su muerte estamos tratando de entender los motivos de su vuelta a la relevancia. Formato basado en la comodidad y regalo navideño a la altura de una corbata o unos calcetines, el álbum de grandes éxitos siempre ha sido un formato controvertido. Unos lo aman por ser la mejor y más rápida forma de introducirse en la música de un artista. Otros, por exactamente lo mismo.
La mayoría, los que los han comprado históricamente, jamás han tenido una opinión realmente formada sobre este tipo de recopilaciones, pues casi siempre han ido destinadas a un público cuya principal opinión sobre los discos es si le gustan o no. El quinto disco más vendido de la historia es Their Greatest Hits de Eagles. Recopilatorios como Gold de Abba, Legend de Bob Marley o Greatest Hits de Queen llevan más 900 semanas en las listas de éxitos británicas. Existen incluso compilaciones de prestigio, como el Standing On the Beach de The Cure, los dos volúmenes del Best… de The Smiths o el disco rojo y el disco azul de The Beatles. Son álbumes que se suman a la discografía del artista, no que le restan.
Dos de las bandas más respetadas y con unos fans más supuestamente sibaritas y sofisticados de las últimas tres décadas, Beastie Boys y The White Stripes, lanzan ahora sus primeros discos en el formato más denostado por los fans sibaritas y sofisticados de la música: el álbum de grandes éxitos. Music de Beastie Boys, editado la semana pasada, y Greatest Hits de The White Stripes, que llegará en diciembre, repasan la carrera del combo de hip hop más célebre y admirado y de la banda que, junto a The Strokes, hizo del rock and roll algo otra vez atractivo y, sobre todo, fotogénico. ¿Tienen sentido en 2020? Más del que parece. Desde 2017 se despacha más música en formato digital que en formato físico, por lo que el verbo tener aplicado a una colección de discos ha cambiado de significado.
“El streaming ha hecho de este formato recopilatorio algo obsoleto. Antes servía como acceso rápido a la obra de un artista de éxito, pero ahora puedes acceder a toda la música de ese artista al momento desde tu cuenta de Spotify”, declaraba en 2016 James Masterson, historiador experto en las listas de éxitos británicas. Incluso desde tu cuenta de Spotify o de Apple Music es posible adentrarse en la obra de cualquier artista relevante comercialmente mediante las listas que esas propias plataformas generan. This is… es un formato creado por Spotify en el que se juntan en una lista los temas más reproducidos de la banda. Apple Music lo llama Essentials y se jacta de que estas compilaciones no han sido creadas por ningún algoritmo. La existencia de estas listas podría ser uno de los motivos por los que los artistas más vendedores de este siglo, a diferencia de sus predecesores, no han lanzado ningún álbum de grandes éxitos. No hay best of de Rihanna ni de Beyoncé. Serían redundantes. De momento.
El vinilo contraataca
Este año ha sido el primero desde 1983 en el que se han despachado más discos en vinilo que en CD. En 2017 la tendencia ya se anunció. Aquel ejercicio, el vinilo aumentó en ventas un 19%, mientras que el CD cayó un 18%. Así, comprar vinilos es cada vez algo menos exclusivo, menos de personaje de Alta Fidelidad. Entre los 50 álbumes en este soporte más vendidos durante la pasada década se encuentran discos de grandes éxitos de Queen, Fleetwood Mac, Foo Fighters, ELO, David Bowie o Bob Marley. Seis de 50, un porcentaje muy similar al que se halla en las listas totales. Esto podría explicar, en cierto modo, el resurgir del formato: el público del vinilo ya es amplio y omnívoro. Un vinilo también se ha vuelto un regalo de Navidad a la altura de una corbata o unos calcetines. En 2016, un estudio de ICM informaba de que el 48% de los vinilos que se compraban jamás se escuchaban.
“Estos discos pueden reavivar el debate sobre lo buna que es la banda”. Cuando en verano de 2019 la banda indie Spoon lanzó un disco de grandes éxitos, la revista Vice decidió preguntarle al jefe de su sello, Matador, los motivos para ese tan contracultural lanzamiento. Respondió con la frase cita. Y así siguió explicándolo: “Es su grandes éxitos, uno creado por ellos, por la banda, no por un algoritmo que ha decidido qué es lo más importante en el catálogo de la banda”, continuaba al respecto de aquel Everything hits at once, uno de aquellos recopilatorios hechos con cariño, que tanto sirven para quienes no tienen nada del artista como para quienes lo tiene ya todo. Y bueno, ahora que parece que ya volvemos a querer tener música, hacerse con un disco de grandes éxitos es una opción como cualquier otra. Ahora mismo hay alguien en una tienda de discos sosteniendo un vinilo de grandes éxitos de Spoon o de David Bowie en la mano y diciendo: “Pues no tengo nada suyo en vinilo…”.