La Justicia argentina exige a Venezuela que informe dónde está el gendarme detenido
La resolución judicial reclama que “de modo inmediato” el Gobierno de Maduro dé a conocer el paradero del agente argentino Nahuel Gallo y las razones de su detención
La Justicia argentina exigió este lunes al Gobierno de Venezuela que informe “de modo inmediato” el paradero del gendarme Nahuel Agustín Gallo, así como “los motivos de su detención y a disposición de qué autoridad judicial competente se encuentra”. El argentino Gallo, de 33 años, es un efectivo de la Gendarmería (fuerza federal de seguridad) que ingresó en territorio venezolano el 8 de diciembre y desde entonces permanece detenido, acusado de espionaje por el régimen de Nicolás Maduro. Además de su impacto internacional, el caso ha provocado un nuevo foco de conflicto interno para el Gobierno de Javier Milei, cuestionado por la oposición e incluso por su vicepresidenta, Victoria Villarruel.
La resolución judicial fue tomada por la Cámara Federal de Mendoza —la provincia occidental del país donde cumplía funciones Gallo—, al aceptar un recurso de habeas corpus presentado por la Gendarmería Nacional.
El tribunal también instó a las autoridades venezolanas a “presentar física o telemáticamente” al gendarme detenido ante un representante de la Cancillería argentina “con el fin de ser asesorado”, de acuerdo al artículo 36 de la Convención de Viena sobre las relaciones consulares. Además, reclamó que se le facilite a Gallo “el contacto con sus familiares”.
En simultáneo, los jueces ordenaron a la Fiscalía de Mendoza que investigue “la posible comisión del delito de desaparición forzada de personas”, del que sería víctima Gallo.
“Nos encontramos ante una situación en la que se ha privado de la libertad a un ciudadano argentino desconociendo por el momento los motivos de la misma y cuál ha sido la autoridad competente que la ha ordenado”, sostuvieron los jueces. Con ese argumento, aceptaron el recurso solicitado: “Entendemos que corresponde hacer lugar a la acción habeas corpus presentada por los representantes de la Gendarmería Nacional y proveer los medios conducentes a fin de dar con el paradero y conocer cuál es la situación procesal en la que se encuentra el mismo”.
La Cancillería argentina debe comunicar ahora la resolución judicial al Gobierno venezolano. Ambas naciones rompieron relaciones en julio pasado, cuando Maduro expulsó a los diplomáticos de siete países que habían desconocido los resultados electorales y su presunta reelección, por lo que la notificación se realizaría “vía consular a través Brasil”, según estimó la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich.
De acuerdo con el Gobierno de Milei, Gallo viajó en sus vacaciones a Venezuela para visitar a su esposa, María Gómez, una periodista venezolana, y a la hija de ambos. La mujer y la niña viven en Argentina con Gallo, pero viajaron a Caracas por problemas de salud de un familiar. El gendarme llegó al país caribeño desde Colombia, a través de un paso terrestre, y planeaba tomar un avión en Táchira rumbo a la capital venezolana para visitarlas. “Cuando hizo la migración a Venezuela lo retuvieron, ellos utilizan la palabra retener en vez de detener”, dijo María Gómez a la señal DNews. “Le quitan el teléfono celular, lo revisan arbitrariamente, y yo obviamente tengo que decirlo, soy venezolana y le escribí a Nahuel para contarle ‘el país se está yendo a la mierda’, que tenemos un Gobierno horrible, tenemos una dictadura. Esos fueron los mensajes que le encontraron en su teléfono y eso lo perjudicó”, sostuvo Gómez.
El ministro de Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, confirmó la semana pasada la detención de Gallo y lo acusó de haber viajado para “cumplir una misión”. También puso en duda la presencia de familiares suyos en Venezuela: “Todos ponen una fachada. ‘Tenía su novia’. Todos ponen esa excusa (…) El que viene a conspirar, que asuma su responsabilidad”, dijo en una rueda de prensa.
El Gobierno argentino respondió exigiendo la liberación de Gallo y acusando al Gobierno de Maduro de haberlo secuestrado. “Venezuela tiene como rehén a nuestro gendarme. Hay rehenes de países europeos y latinoamericanos. Hay muertos en cautiverio”, dijo el canciller Gerardo Werthein, quien exigió profundizar las sanciones contra Venezuela. “Uno podría pensar que están acumulando rehenes con miras al 10 de enero para extorsionar países para que reconozcan un gobierno ilegítimo”, consideró.
En ese contexto, el exembajador argentino en Venezuela Oscar Laborde y otros dirigentes del peronismo intercedieron ante la Administración de Maduro para hacerle llegar a Gallo una carta de su madre. “Hubo un acercamiento de una persona allegada a la madre del gendarme, me preguntó si podía hacerle llegar una carta y se hizo la gestión, solamente por una cuestión humanitaria”, planteó Laborde este lunes, en diálogo con radios locales. También sostuvo que, durante esas gestiones, se le aseguró que Gallo “está en buenas condiciones”, pero recalcó que “está produciéndose una investigación porque hay una irregularidad muy grande” en su ingreso a Venezuela “por una frontera que es muy irregular”.
El exembajador del Gobierno de Alberto Fernández (2019-2023) apuntó que “hay una responsabilidad muy grande de la ministra de Seguridad Bullrich” por el viaje del gendarme a Venezuela. “Hay un procedimiento que tiene que hacerse cuando un militar viaja al exterior, aunque esté de licencia [...] Alguien autorizó mal y en estas condiciones fue mal enviado”. El exdiplomático recordó que en marzo pasado Bullrich había anunciado que enviaría gendarmes a Venezuela “a cuidar a la oposición”.
En Casa Rosada desconocieron las gestiones informales realizadas por dirigentes opositores. En particular, Bullrich vinculó al exembajador Laborde con el régimen de Maduro y lo acusó de “justificar que haya un argentino desaparecido”. La ministra de Milei ya había protagonizado un cruce de acusaciones similar con la vicepresidenta. “Jamás habría autorizado a un gendarme a ir Venezuela. Lo que está ocurriendo es la consecuencia tristemente obvia”, expresó en sus redes sociales Villarruel, en un mensaje que terminaría borrando. “Los argentinos ya no toleran la cobardía ni el oportunismo político”, le respondió Bullrich. El caso del gendarme detenido volvió a exponer el divorcio entre la vicepresidenta y la mayoría del Gobierno de Milei.
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