Barcelona, París y Bogotá: las alcaldesas buscan humanizar las ciudades
La Superilla de Ada Colau, la “ciudad de los 15 minutos” de Anne Hidalgo y las “manzanas del cuidado” de Claudia López promueven ciudades más verdes e igualitarias
La fisonomía de París ha cambiado mucho en la última década. Los coches han perdido terreno frente a las bicicletas y los peatones. Los barrios han ganado servicios públicos gracias a la “ciudad de los 15 minutos”, una iniciativa que apuesta por hacer más humana la capital francesa. Ese proyecto de transformación urbanística está encabezado...
La fisonomía de París ha cambiado mucho en la última década. Los coches han perdido terreno frente a las bicicletas y los peatones. Los barrios han ganado servicios públicos gracias a la “ciudad de los 15 minutos”, una iniciativa que apuesta por hacer más humana la capital francesa. Ese proyecto de transformación urbanística está encabezado por la alcaldesa Anne Hidalgo (San Fernando, Cádiz, 63 años), que gobierna la ciudad desde 2014 y esta semana participa en Buenos Aires de la principal cumbre climática de alcaldes, el C40.
El compromiso de Hidalgo con la transición ecológica de la urbe ha cambiado la vida de los parisinos, pero a su vez la ha convertido en referente para otras alcaldesas que han llegado después. “Cuando yo empecé en Barcelona, y [Manuela] Carmena en Madrid, Hidalgo nos animó mucho. Nos dijo: ‘podéis empezar a pacificar. Vais a encontrar resistencias, pero resistid”, dijo la regidora de Barcelona, Ada Colau, en conferencia de prensa durante la cumbre. Colau, al frente de la ciudad desde 2015 y vicepresidenta del C40, señaló que el camino se vuelve más fácil cuando empiezan a verse los resultados de la transformación porque “nadie quiere volver a una ciudad contaminada y gris”.
Hidalgo reforzó el papel de los colegios como epicentro barrial. “Todo el mundo, tenga un hijo yendo a la escuela o no, vive al ritmo de las escuelas, igual que los comercios, la seguridad, la limpieza…”, dijo la alcaldesa de París al justificar el punto de partida del proyecto de la ciudad de los 15 minutos. A su alrededor se han construido equipamientos y se ha reducido —o eliminado— el tráfico. “Ahora vamos a trabajar con las comunidades para decidir cómo organizar esos espacios alrededor de las escuelas. Si plantar árboles, poner juegos para los niños, lo vamos a decidir junto a la población”, expuso.
En Barcelona, Colau impulsa el proyecto de la Superilla [Supermanzana] para reducir el tráfico y la contaminación. El objetivo es peatonalizar calles para ganar espacios verdes y seguros y promover el uso del transporte público. “Era un contrasentido que en Barcelona el 60% del espacio público fuera para el coche cuando sólo el 10% de los residentes utilizan el coche para desplazarse”, dijo la alcaldesa de la ciudad condal. “Allí donde transformamos se llena de vida. Y dices: ¿dónde estaban todos estos niños y niñas? Estaban encerrados en casa hasta que tuvieron espacio y pudieron ser protagonistas de la ciudad”, agregó.
El proyecto barcelonés, que implica grandes obras de transformación del trazado urbano del barrio de l’Eixample, ha ido modificándose con el paso de los años y ha encontrado numerosos partidarios y detractores en su desarrollo. Convencida de los beneficios del cambio a largo plazo, la Superilla será una de las cartas que usará Colau en la campaña para su reelección en 2023 como candidata de Barcelona en Comú.
Claudia López se convirtió en la primera alcaldesa de Bogotá a finales de 2019. Desde entonces, ha iniciado una revolución urbanística dirigida a mejorar la vida de las ciudadanas a través de las llamadas “manzanas del cuidado”. En ellas, se ofrecen numerosos servicios para cuidadoras: capacitación laboral en distintos oficios, programas para terminar la educación primaria y secundaria y clases de yoga, pilates y natación. Mientras realizan esas actividades, hay un equipo de profesionales que las sustituye en las labores de cuidado atendiendo a menores de cinco años, personas con discapacidad y adultos mayores.
“Todos fuimos niños y necesitamos cuidados. Un día nos enfermamos y necesitamos cuidados. Llegamos a viejos y necesitamos cuidados. En las ciudades del sur global, como Bogotá, ¿quién da mayormente ese cuidado? Lo damos las mujeres y es un trabajo no remunerado”, expuso López en rueda de prensa junto a sus colegas en Buenos Aires. Sus palabras están respaldadas por cifras oficiales: las mujeres colombianas destinan en promedio ocho horas diarias a estas tareas frente a las tres horas de los hombres. “Nos acostumbramos y volvimos normal la feminización de la pobreza y la recarga de trabajo de las mujeres, pero eso no podemos tener sociedades inclusivas así”, continuó López al argumentar la necesidad de esas “manzanas del cuidado” que hoy son once y aspira a que sean 45 en 2030.
Colau, vicepresidenta de la cumbre de alcaldes, cree que se trata de una tendencia que están liderando algunas mujeres pero a la que se suman cada vez más hombres. “Creo que tiene que ver con una mirada feminista que busca conquistar las ciudades del futuro. Unas ciudades más saludables, más humanas y mejores para todos, que reflejen la diversidad de personas que viven en ellas”, responde por teléfono una vez finalizado el encuentro. Hasta la próxima cumbre, que se celebrará en 2025, estas propuestas urbanas seguirán intentando abrirse paso en un mundo que enfrenta desafíos climáticos cada vez más acuciantes.
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