Parques Naturales de Colombia, en alerta por déficit financiero
Un informe publicado durante la COP16 hace un diagnóstico sobre estas áreas. Aunque el país ya cumplió con la meta de proteger el 30% de su territorio, llevar la promesa del papel a la acción implica un largo camino
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Durante estos días en los que se desarrolla la Conferencia de Biodiversidad de Naciones Unidas (COP16) en Cali, Colombia, hay una meta que se pusieron los países sobre la que se vuelve a hablar: que el 30% de las áreas terrestres y marinas del mundo estén bajo alguna figura de protección para 2030. Se trata de un objetivo que Colombia ya cumplió. Por lo menos en el papel. Durante el anterior Gobierno, el del expresidente Iván Duque, se anunció que el país había logrado proteger el 31% del territorio continental y el 37% del mar. Fue una duplicación de áreas en tiempo récord: Colombia pasó de tener 31,4 millones de hectáreas protegidas al inicio de su Gobierno (2018), a 70,3 millones en 2022, cuando Duque dejó el cargo.
Pero declarar estas áreas es solo un primer paso. Como lo demuestra un informe publicado durante la COP16 y realizado por la organización Parques Nacionales Cómo Vamos, proteger requiere financiación, profesionales y un trabajo a nivel nacional. “No se trata de solo cumplir con la meta, sino de que los países desarrollen el andamiaje para concretar el verdadero objetivo: la conservación efectiva”, explica Omar Franco, su director.
El informe analizó exclusivamente lo que sucede con los 61 Parques Nacionales Naturales (PNN) que tiene Colombia y que suman 23.227.455 hectáreas. Aunque estos no representan el total de ese 30% que tiene Colombia bajo alguna figura de protección, sí da pistas sobre los retos que hay por delante. Uno de los más urgentes es frenar la deforestación.
Para el año 2023 – dice el informe – los PNN representaron el 5,9% de la superficie deforestada del país, con 4.682 hectáreas. Los peores años fueron 2018, 2020 y 2021 y, al igual que sucedió a nivel nacional, durante 2023 la tala de selva en estas zonas estuvo por debajo del promedio histórico. Esta buena señal, sin embargo, tiene sus matices. En solo cinco Parques se concentró el 77% de esta pérdida de bosque entre 2013 y 2023: Tinigua (42.478 ha), Sierra de La Macarena (25.736 ha), Paramillo (10.505 ha), Serranía de Chiribiquete (9610 ha) y La Paya (8.759 ha).
“Tenemos que reflexionar sobre esto”, agrega Franco, recordando que a nivel mundial se ha dicho que joyas históricas y ambientales como Chiribiquete sean “intocables”. Como ex director del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), entidad que le pone la lupa a la deforestación en Colombia, Franco asegura que “seguir reportando año a año esta pérdida es frustrante”.
Conservar efectivamente – insiste – requiere una política de Estado y recursos. Y sobre esto último el informe también envía una alerta. A pesar de que el dinero que se le ha otorgado a la entidad que maneja los PNN de Colombia ha ido creciendo, logrando ser cerca del 10% del presupuesto del sector ambiental, sigue siendo insuficiente. Si se hace el ejercicio de mirar cuántos dólares se invierten por hectárea, la cifra es de 1,5 dólares, cuando lo ideal es que fueran entre cinco y ocho dólares por hectárea. “Es necesario aumentar la movilización de recursos financieros entre 205 millones a 373 millones de dólares para su adecuada gestión”, dice el informe.
Se trata de un documento cargado de datos que sirven para entender por qué hay más de 190 países reunidos en Cali para negociar sobre conservación y biodiversidad. Los PNN de Colombia protegen el 32% de la diversidad biológica del país y allí habitan un 29% de las especies que son endémicas. Pero, paradójicamente, a estos santuarios de flora y fauna también se han colado las especies invasoras, capaces de colonizar y maltratar los ecosistemas. En los 61 PNN ya se han encontrado nueve: cinco de animales y cuatro de plantas, como el pez león – cuya abundancia en el Caribe está entre uno y seis millones de especies -, y el retamo espinoso, “una bomba de incendios” que se ha ido desplazando a lo alto de los páramos.
Un último tema que le preocupa a Franco es que en en la mayoría de los PNN no hay ningún plan de adaptación frente al cambio climático. Para realizar el informe, se envió una encuesta al respecto a los encargados de cada parque. De los 61 solo respondieron 37 y, de estos últimos, solo 16 afirmaron que sí cuentan con acciones frente al cambio climático dentro de sus planes de manejo.
“Celebramos que Colombia haya declarado más del 30% del territorio bajo alguna figura de protección”, concluye Franco. “Pero el reto es apropiar esa meta”. No es uno fácil, y menos en un país en donde, como también explica el documento, se han contabilizado por lo menos 283 afectaciones a la naturaleza desde que se firmó el Acuerdo de Paz entre el Gobierno y la extinta guerrilla de las Farc en 2016, hay registros de mínimo nueve amenazas contra funcionarios de PNN y presencia de grupos armados en 20% de estos territorios. No es una coincidencia que esta COP16 lleve como lema “paz con la naturaleza”.